18/4/09
EL LAMECULOS DEL IMPERIO
Maripili Hernández tendrá que enrollarse esa lengua y> metérsela por donde su jefe suele recomendárselo: tachó> de imbéciles a “esos señores que se las dan de> internacionalistas y dicen la estupidez de que el comandante> va a la cumbre a conseguir la foto con Obama.” Ahí tienes> la foto, Maripili: tu jefe, como un vulgar lameculos del> Imperio, pidiéndole amistad al presidente de los Estados> Unidos: “I wanna be your friend”.> ¡Cálatela! > > Esa es la realidad, Maripili. Lo único que tu señor ha> buscado durante diez años es llegar a convertirse en el> Chapita Trujillo de la Casa Blanca, de quien dicen que dijo> Roosevelt: “yes, he is a son of a bitch, but he is our son> of a bitch: “Ciertamente es un hijo de puta, pero es> nuestro hijo de puta.” > > Buscó desesperadamente la foto con Bush. No le dio en el> gusto. Entonces se deslizó por el enfrentamiento lingual:> lo llamó borracho, inepto, ladrón, asesino, burro,> diabólico. Lo que no fue ningún impedimento para que> estirara la mano y cobrara puntualmente los 850 mil millones> de dólares con que ha mantenido su cloaca bucal en> permanente ebullición. Esa ha sido su política frente al> imperio: convertir a los Estados Unidos en su putching ball> ideológico pero entregarle su petróleo puntual y> servicialmente. “A son of a bitch, but their son of a> bitch”. > > Hay que reconocer que en eso, por lo menos, Fidel Castro ha> sido consecuente. Lo que tampoco lo exime de dar cuenta de> la brutalidad de cincuenta años de tiranía. Tuvo los> apéndices que le faltan a su epígono: si por él hubiera> sido, aprieta el botón rojo y lanza la bomba atómica sobre> Washington. Si no hubiera sido por Kruschev, Cuba hubiera> desaparecido del mapa y Miami sería un terreno> baldío. > > Con Chávez tenemos en cambio al clásico dictador> latinoamericano incubado en la pestilente somnolencia de los> cuarteles. Lo dijo ayer con todas sus letras el político> colombiano Fernando Londoño Hoyos: “Chávez es un pobre> diablo, un viejo dictador latinoamericano”. Santa palabra.> Como si fuera brujo y hubiera visto en un rasgo premonitorio> lo que sucedería pocas horas después: un baboso ex> teniente coronel pidiendo amistad, escoltado por un ex> chofer de autobús sufriendo un orgasmo ante el gigantesco> logro: un apretón de manos y una sonrisita del presidente> Obama. > > Cree el pobre infeliz que el Departamento de Estado> olvidará que lo llamó ignorante, negro, traidor a su raza,> etc., etc., etc. Hillary no lo olvidará. El Pentágono> tampoco. A menos que siga cuidadosamente los pasos de Raúl> Castro y comience a buscar la mano del negro Obama para> comer lo que le suelte. Ese es su máxima aspiración:> montar su dictadura a la Trujillo, aplastar a la oposición,> hostigar, perseguir y encarcelar a su liderazgo y obtener la> complicidad y el silencio de los Estados Unidos. Llegar a> ser finalmente el soberano hijo de puta que fuera Trujillo> para Roosevelt. El propio son of a bitch de los yankees.> > ¿Lo logrará? Depende de nosotros, que ni buscamos ni> buscaremos apretones de mano con los poderosos del mundo. No> buscamos ni queremos otro que el apretón de manos del> pueblo, como el que ayer le dieran los vecinos a Antonio> Ledezma rescatándolo de las garras de los esbirros del> régimen.Compré ndelo de una vez Maripili: tu jefe es tan> coprófago como Trujillo. El apretón de Obama no le sacará> las patas del barro. Está metido hasta el cogote. Les> saldrá caro
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