2 de abril de 2009 (LPAC).— En respuesta al comunicado final dado a conocer ayer sobre las conclusiones de la cumbre del G-20 en Londres, Lyndon LaRouche afirmó que "lo que proponen es equivalente a recomendar usar cianuro para aliviar un dolor de cabeza. Es un remedio permanente".
LaRouche se refería a las premisas que sustentan la declaración en conjunto, la cual dice: "Creemos que el único cimiento para una globalización sustentable y de una prosperidad creciente para todos es una economía mundial basada en los principios del mercado, una regulación eficiente e instituciones globales fuertes". La declaración establece después: "Estamos emprendiendo una expansión fiscal concertada y sin precedentes. .. que llegará, para fines del próximo año, a los $ 5 billones de dólares, elevará el producto del 4% y acelerará la transición a una economía verde".
LaRouche caracterizó la declaración anterior como "equivalente a las confesiones de una asamblea de lunáticos".
"Esto es fascismo en la forma británica de Oswald Mosley. Mosley estaría extasiado; él, y H.G. Wells que estaba respaldando a Mosley por allá en 1933. En ese entonces los aliados de la City de Londres en Wall Street apoyaban a Mussolini, al igual que el gran pragmático estadounidense, John Dewey. Ellos apoyaron también a Hitler por ser el Mussolini alemán.
"Esto es fascismo combinado con locura. Es el caso de una mente criminal que se vuelve loca".
LaRouche afirmó que él esperaba que "hubiera suficientes hombres y mujeres patriotas en el Congreso estadounidense para evitar que se apruebe este acuerdo. Sería la muerte para Estados Unidos y mucho más. Se tiene que parar. Se tiene que eliminar de inmediato".
El Financial Times de hoy publica una columna de Andrew Ward titulada "¿Puede Obama ser la diferencia?" . Aquí destaca que HG Wells, en su relato de la conferencia económica de Londres de 1933 —una conferencia que boicoteó FDR en oposición al imperialismo británico— escribió que Roosevelt era la "última esperanza de la humanidad. No había ninguna otra personalidad visible que pudiera siquiera prometer exorcizar la maldición que cayó en la vida económica de la raza. Era la conferencia de Roosevelt o nada".
Desafortunadamente, contrario al rechazo de Roosevelt entonces a la 'Conspiración Abierta' de HG Wells por un gobierno mundial, el Presidente Obama ha hecho exactamente lo opuesto.
En conferencia de prensa después de concluir la cumbre del G-20, Obama ratificó todo el programa de Gordon Brown, expresando personalmente su aprecio por el trabajo que realizaron Brown y todo su equipo. Es más, sostuvo que él personalmente había tenido un papel importante en "lograr un consenso".
LaRouche destacó que los británicos lo engatusaron con base precisamente al perfil que él tiene de sí mismo, de ser un forjador de consensos. Como consecuencia de esto, dijo LaRouche, Obama "está al borde de derrumbarse. No tuvieron que controlarlo, porque él mismo se controla. Esto es una tragedia".
"No se puede aceptar este acuerdo" dijo LaRouche. " Si se hiciera esto podría provocar disturbios en Estados Unidos, la desintegració n de la nación y terrorismo. Por lo tanto, tiene que rechazarse. Estados Unidos no puede firmar ningún acuerdo de tratado con estos elementos. Ningún patriota permitirá que esto se confirme, sin importar en qué lado del pasillo se encuentren (los congresistas) . Firmar esto sería una traición a los Estados Unidos.
"Este es un viaje del ego del cual el Presidente puede regresar, pero quizás la nación no pueda regresar. El precio de este viaje del ego es demasiado alto como para pagarse. Ningún hombre tiene el derecho de dejar que se use su ego de esa manera. No se puede poner en peligro a nuestro país, no se puede poner en peligro a la humanidad, solo porque él quiera ganar un concurso de popularidad" .
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