Con el avance de la guerra “no declarada” para abolir en Venezuela la democracia, las libertades políticas y económicas y la empresa privada, aumenta la impudicia y la desfachatez para instaurar el boli-comunismo de Chávez.
Para robar tierras y propiedades, el Gobierno ya ni siquiera se toma la molestia de aducir que los bienes están ociosos o forman parte de un latifundio de la oligarquía. El despojo boli-comunista ya no se detiene cuando el Instituto de Tierras admite que las tierras están en producción, o pertenecen a pequeños productores.
Un paso de este dictatorial proceder fue el “rescate” expropiatorio en abril de 2008, de unas 2.400 hectáreas de tierras productivas de pequeños agricultores en el valle del Río Turbio, para convertirlas en una supuesta Unidad de Producción Socialista (UPS), cuyos principios de desarrollo estarían basados en la agro-ecología. Un año después ésta aún está en veremos. Más recientemente, se está aplicando un similar modus operandi en el eje Aragua - Carabobo, donde el Gobierno está “recuperando” unas 20.000 hectáreas de tierras productivas y en plena producción de pequeños y medianos agricultores que surten al Central El Palmar y a la empresa Santa Teresa.
Otr a novedad en el frente boli-comunista es la extraña reducción entre 4% y 19% en los precios regulados de algunos alimentos básicos, entre ellos la leche en polvo. Esta medida se podría justificar por la caída de los precios de estos productos a nivel mundial debido a la crisis financiera. Pero, el problema con esto es la inflación de costos que se registra en Venezuela. Lo deseable hubiera sido que un precio más alto de la leche en polvo sirviera para estimular la producción nacional, en vez de seguir propiciando la importación.
También es una novedad, el aumento de los precios mínimos de venta del arroz paddy tipos A y B a nivel de productor. A primera vista pareciera positivo que el precio de este producto se aumente en Bs.F.210/Tm, hasta Bs.F.930/Tm. Mas, no lo es. Y no lo es, porque simultáneamente se eliminó el subsidio de Bs.F.180/Tm que tenía el arroz, lo que hace que el aumento realmente termine siendo escasamente Bs.F.30/Tm (apenas 3,3%), con lo cual el precio al productor queda muy por debajo de los costos de producción, en un país donde la inflación ronda por el 50% anual. La misma situación se repite con el incremento del precio del maíz a nivel de productor, el cual con la eliminación del subsidio termina siendo en realidad sólo 2,2% mayor.
Y la última novedad que se comenta hoy es la que trae la propuesta de reforma de la, muy comunista, Ley de Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Ley de Depabis), un instrumento legal presuntamente para prevenir la escasez. Entre los cambios propuestos estaría no sólo el recrudecer las penalizaciones para los “infractores”, sino cambiar el vocablo de “esencial” al de“servicio público” para definir todas las actividades de la cadena de producción y comercializació n de los bienes y productos declarados de primera necesidad.
Con este último cambio se perjudica por igual al trabajador, a quien se le cercenaría el derecho a huelga, y al empresario a quien se le privaría de su derecho al lucro y le enterraría aún más sobre su propiedad la espada de Damocles de la expropiación boli-comunista.
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