Viernes, 29 de mayo de 2009
No se está hablando de la hoja de coca, porque aunque la coca también se convierta en cocaína, pero este tema ha hecho piruetas a fin de pasar por alto el producto derivado como si este no existiera. El argumento ha sido siempre que la coca es coca y punto y que el acullico es una práctica que forma parte de una cultura ascentral y que esto la vuelve lícita, violando todos los controles que debería tener en forma rigurosa para que no se transforme en cocaína.
Pero si bien la coca se puede camuflar, se puede esconder detrás de una cortina de humo, al punto que el mismo ex presidente Jimmy Carter quizás a fin de congraciarse son el gobierno de Bolivia dijo que vendría a cosechar coca, planteando que esto es lo mismo que cosechar cacahuete en sus campos de cultivo.
Pero en la presente circunstancia un informe del Organismos Internacional de Energía Atómica (OIEA) acaba de revelar que en Oruro existen minas de uranio. Lo que contradice la opinión del Ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana, quien negó que en Bolivia se explotara uranio tal como lo expresó la inteligencia Israelí en un informe con el que piensa acusar a Bolivia y Venezuela frente a la ONU por estar enviando Uranio al gobierno de Irán.
También el Ministro de Minería, Luís Echazú planteó que “Bolivia no produce uranio” y que nunca ha producido. Pero un informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), contradijo esta afirmación al revelar que existen yacimientos de uranio, aunque esta información habría sido mantenida como “reservada”, por el gobierno.
El diplomático Egipcio, El Baradei, confirmó que su venida a Bolivia obedeció a que su país acordó con Bolivia llevar a cabo “varios proyectos de desarrollo nuclear”, entre los que se cuenta el “explorar minas de uranio”, aunque por supuesto trató de erradicar los temores declarando que “en Bolivia no existen condiciones de tecnología suficiente” para producir armas nucleares.
Pero por supuesto que sabemos que esto no es suficiente garantía pues Bolivia podría ser simple y llanamente un proveedor del materia nuclear para países como Irán que están empeñados en crear armas nucleares, en un complicado momento para la humanidad en el que se están alineando fuerzas de uno y otro lado, a causa de la marcada polarización que existe y que ha vuelto a recrear un mundo bipolar que puede terminar en una contienda nuclear de impredecibles y nefastas consecuencias.
Lo cierto es que la amistad del gobierno boliviano y venezolano con Irán es innegable y no se puede ocultar ya que el presidente de este país, Mohamed Ahmadineyad, ha visitado nuestro país en septiembre de 2007 y luego han venido varias comisiones que dan cuenta que existe una franca alineación de estos países asociados en torno a las políticas desarrolladas por el Socialismo del Siglo XXI que forman parte del bloque del continente americano que está francamente comprometido con los gobiernos del Medio Oriente que muestran una marcada animadversión y una posición abiertamente opuesta y crítica al gobierno Norteamericano y sus aliados.
Sabemos a ciencia cierta que el mundo no es una taza de leche, es más bien un caldo de cultivo de todo tipo de amenazas e intentos de confrontación que pueden fácilmente terminar en una guerra nuclear de características absolutamente destructivas.
Se puede palpar que existe mucho odio, mucho malestar, mucha animadversión y un mundo en franco proceso de carrera armamentista, lo que puede incitar una confrontación que no es sólo política sino que también pretende ser armada.
Si Israel confirma su denuncia contra Bolivia, el país podría sufrir sanciones de la ONU puesto que Irán es un país declarado interdicto por el Consejo de Seguridad que aprobó una resolución para evitar la proliferación de armamento nuclear en el planeta, además Israel asegura que hay una aterradora invasión Iraní en Bolivia y en América Latina. Por ende esta es una denuncia muy grave y que también puede conllevar graves consecuencias para el gobierno del presidente Evo Morales.
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