Cualquier persona con un mínimo de sentido común tiene que estar consternada por las acciones emprendidas por el gobierno y la fuerza militar para adueñarse de los ambulatorios del Estado Miranda, llegando incluso al acto barbárico de lanzar gas lacrimógeno en un ambulatorio ubicado en Baruta.
Pero lo más grave es que esa acción política es realizada en el momento en el que la OMS declara una alerta mundial nivel 5 , es decir que estamos a un punto de que se declare un estado de pandemia global.
Pero como para el gobierno lo único que cuenta es la política esos hechos son considerados como no relevantes. El presidente dio la orden de quitarle los recursos a las alcaldías y gobernaciones que fueron ganadas por la oposición, y los esbirros están dispuestos a acatar la orden y entre más violenta sea la ejecución de la misma más meritos para el que la lleve a cabo.
De verdad, el gobierno tiene que saber que su popularidad está de capa caída, y por lo tanto, creen que la violencia es el mecanismo más expedito para conservar el poder . Lo que no saben es que si ocurre , y Dios quiera que no sea así, una situación crítica epidemiológica en el país y se demuestra que no adoptaron las decisiones necesarias para evitarla serán responsables por crimen de lesa humanidad.
Este no es un momento para la politiquería , sino para la colaboración y cooperación entre todos los venezolanos, sea cual sea su color político. No entender esto es una muestra de una irresponsable intolerancia cuya consecuencias pueden ser muy graves. Venezolanos somos todos no sólo los rojos rojitos
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