13/9/09

Gira de película de terror, nos analiza Miguel Sanmartín

Una Tribuna para voces del decoro

Provocación. Es como está siendo observado, entendido y comentado el inconveniente-contrariador periplo (carísimo, por cierto; además de innecesario y desconsiderado con los venezolanos, hoy agobiados por la acumulación de males y carencias) realizado por el Comandante Hiperlíder por países de África, Asia y Europa. Resultaría estéril razonar los motivos de la gira. Y más ocioso aún calificar a los regímenes y los "adalides" de algunas naciones visitadas: Irán, Libia, Siria, Argelia y Bielorrusia, entre otras.

La historia, los gobiernos democráticos y las sociedades civilizadas, liberales, tolerantes y pacíficas del mundo ya los han juzgado. También comienzan a "descubrir" la verdadera catadura y caradura del petro-jerarca tropical. Ni él ni sus "compinches" están ni serán absueltos por sus trayectorias. Todo lo contrario. Son relegados por sus prácticas y modelos hegemónicos-opresivos-ruinosos. Por eso los tienen bajo lupa. Marcados. Execrados. ¡Bien lejos con esa calaña, dirán algunos!

La gira exótica (con paseo festivalero-glamoroso por la roja alfombra veneciana incluido) se produce tras dos "rutilantes" fracasos del Comandante Hiperlíder: en la encerrona-celada montada con el combo de insumisos bravucones en Unasur, en Bariloche, contra el presidente Uribe y su decisión de autorizar el uso de bases colombianas a fuerzas militares estadounidenses y, también, en las encuestas que reflejan una gran pérdida de popularidad.

¿Objetivo de la gira? hacerse el niño díscolo-indomable y meterle el dedo en el ojo al imperio maluco. ¿Beneficios? Para el país, escasos. Más bien perjuicios. Para él, turistear, regodearse, ufanarse y sentir la lisonja de aduladores bien servidos (Oliver Stone, por ejemplo) y de una fanaticada nostálgico-arcaica, siempre obsecuente con quien pitchea. La visita a estos países y el codeo con los parias que los rigen (Ahmadinejad, Gadafi, Al-Assad, Buteflika y Lukashenko) fue para llamar la atención con sus irreverencias e incontinencia verbal en contra de los "enemigos" de la humanidad. Y, por supuesto, para desviar el foco de la atención pública de los verdaderos problemas que asolan al país.

Por encima de la chorrera de acuerdos suscritos en el tour, algunos sólo de utilería, otros inejecutables (como proveer gasolina a Irán o maíz y arroz a Siria), prevalece la controversial imagen del Hiperlíder al retozar con parias y tiranos. Más allá del discurso exultante, pero destemplado e irreflexivo, queda el resquemor, la desconfianza y enemistades por los agravios proferidos. Más fuerte que las carantoñas y aplausos cosechados será el aislamiento del país que evidentemente ocasionarán estas malas juntas y peores compromisos adquiridos. De hecho, comenzaron las advertencias en ese sentido. Son de distinto tenor y provienen de diferentes países. Son preocupantes y de consecuencias impredecibles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario