Teódulo López Meléndez
El país se está cayendo una pedazos. La frontera con Colombia se ha convertido en un Pandemónium atizado por las matanzas indiscriminadas y las Declaraciones irresponsables. La delincuencia hace de las suyas en un Entrevero donde las investigaciones no determinan si se trato de un asalto o de un uso político del hampa. La cesta básica está muy vecina A LOS DOS mil bolívares fuertes. La inflación devorará los aguinaldos y las utilidades dejando sembrada para febrero una nueva Posibilidad de estallido social. El agua y la luz se escurren en un torbellino de irresponsabilidades y dejadez. Los atentados a la propiedad privada se disfrazan de Declaraciones irresponsables de "patrimonio cultural", lo que no resiste un análisis desde el punto de vista jurídico, pero tampoco desde el ángulo terminantemente arquitectónico y de Protección Histórica.
El Deterioro de las Formas Políticas corre paralelo. Cae el Gobierno por su ineptitud y caen los llamados "partidos" de la democracia representativa por su consistencia de barro. La organización sociopolítica del país se diluye, se apaga como la luz o no surgen de los grifos como el agua. Los habitantes de este campamento minero o apagan sus miedos en el encierro del entorno cercano o botan sus angustias en los portales de las frases desesperadas o Entierran la cabeza en la arena del desierto o se dedican una litigar En torno a unas elecciones que Llevan en sí MISMAS un veneno mortal, o simplemente se encogen de hombros y aseguran que hay que seguir viviendo Mientras se pueda.
Eso que se llamaba "Calidad de Vida" se ha perdido en las alcantarillas o semitapadas confundida con las vertientes de las quebradas o se ha Ocultado en la psicología de un país desconocido para muchos que abarrota los centros comerciales como nuevos parques quizás a la espera de que sean cerrados por la incontinencia sin pañales que asegura que allí sólo van los ricos.
Una observación de los Transeúntes de las calles o de la población que deambula en los sistemas del transporte o que se amontona en los pequeños espacios sobrevivientes A LOS desamparados que duermen en las otrora jardineras, nos indica un Deterioro humano cercano a la catástrofe. La otra cara está representada en los privilegiados del Régimen que comen langosta y beben vino bajo la Canícula del mediodía en los clubes privados o en los resquicios de las clases alta y media que atiborran los restaurantes un Pesar de los altos precios y por la lógica simple que parece presidir a la Nación: Mientras se pueda.
Me pregunto por el estado psicológico que emergerá de la Navidad, el pecado muy Posiblemente la Cruz del Ávila, emblema del caraqueño diciembre, sin adornos o de luces en las avenidas o sin árboles de Navidad iluminados o con la precisión de que la alegría de haber cobrado se hace espuma Frente a los precios inflacionarios y ante el fracaso del intento de Amortiguar la diferencia entre el dólar oficial y el paralelo o frente a la Imposibilidad de atender serenamente A LOS familiares que han venido de visita DEBIDO A LOS apagones oa la ausencia de agua .
Este diciembre se presenta casi como cruzar el Rubicón. Este diciembre está allí atravesado como una herencia Gregoriana inapelable en esta medición cristiana del tiempo. Quizás los venezolanos PUEDAN percibir en sus días de otrora El drama felicidad sencilla ya la vez complejo de un país que se deteriora como afectado por ácidos de extremo poder corrosivo. Quizás.
La discusión pública es banal. Las ondas de transmisión Están Infectadas de intrascendencia. La discusión gira en Torno a los fantasmas y cómplice acomodamiento al. Se habla de Elecciones Mientras los pedazos de un país caen nuestros pies como cornisas desprendidas por el efecto indetenible de una lluvia ácida. Nos miramos los dedos de la mano sin que nada de Asir, futuro sin predecibles para no ser el de la ruina nacional, nos hundimos en las nuevas costumbres en los nuevos hábitos que bien Pueden definirse simplemente como adaptación al caos.
La república vive los tiempos de la oscuridad. Deambulamos, no vivimos. A ratos recordamos a Platón ya su cueva y nos pReGuNTaMoS si alguien Trata de escalar para salir y regresar y ver a contar un encerrados los que hay un mundo distinto QUE SE PUEDE perseguir. Algunos soltamos a diario el desafío, por si Algún oído Aún está abierto, Mientras recordamos un Lewis Carroll ya la pequeña Alicia frase con su "En nuestro país no hay mas que un día, al mismo tiempo" O sentimos la presencia inefable de Dionisio, tirano de Siracusa, Utilizando su peñasco en forma de oreja para oír lo que sus Prisioneros decimos.
La república está viviendo una hora sordida, preñada de incógnitas aunque no tan incógnitas. En medio de las tinieblas el futuro se va armando y no somos nosotros los que ponemos las piezas. Se va armando por la inercia de una pieza que se mueve en la falta de gravedad y al desgaire se encuentra con otra y van constituyendo un cuerpo que reclamará su independencia de nosotros. El futuro así se gana el mote de impredecible, aunque no tan impredecible.
La República PADECE UN GRAN Apagón donde apenas Pueden distinguirse las pequeñas llamas de un astro que se consumen hacia adentro para Hacerse hueco negro invisible, materia oscura, Desaparición de nuestras posibilidades.
Hay que Decírselo a los venezolanos para tentar la comprobación de que Aún Tienen los cinco sentidos funcionando o si se han apagado como la luz o evaporado como el agua.
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