Están apareciendo síntomas que hacen suponer justificadas las advertencias que se hacen sobre nuevas amenazas a Venezuela.
Veamos algunos de ellos.
Seguramente no vinieron de Amsterdam los informes sobre movimientos en las bases de EEUU en Curazao y Aruba, es posible que haya sido de esas islas de donde llegaron, y confiables debieron ser para que el presidente Chávez hiciera la denuncia que hizo en Copenhague y el llamado a la Unión Europea. Un vocero del Gobierno holandés respondió que ellos sólo tienen en esas islas aeropuertos civiles. Podrán ser muy civiles, pero desde allí opera una escuadrilla de aviones F-16 que trasladaron de la zona del canal de Panamá y que Martín Pacheco, siendo cónsul en Curazao, me mostró un día desde una loma.
Fue fácil contar hasta seis en tierra. Y de raro nada tendría que siendo tanta la autonomía estadounidense sobre ese escenario es posible que muchas de sus operaciones y movimientos los desconociera el Gobierno holandés.
Otra vez los jefes militares colombianos acusan al Gobierno de Venezuela de proteger a comandantes guerrilleros, esta vez a Iván Márquez y otros 15, que estarían en territorio venezolano en sitios que Bogotá tiene ubicados. Por supuesto, no es esta la primera vez que los colombianos hacen tales denuncias. Uno tiene que preguntarse cómo es posible que, si en Colombia operan 10 mil o más combatientes de las Farc y el ELN con sus respectivos jefes, no sean capaces de detectar donde están para perseguirlos y aniquilarlos, y en cambio sepan con tanta precisión dónde se esconden 15 de ellos en Venezuela? Puro cuento bogotano. Pero siempre con alguna intención, y a menudo acompañadas.. .
A esa denuncia debemos añadir otra muy reciente del general Douglas Fraser, jefe del Comando Sur, que tiene la conducción de las siete bases militares que controlan las Fuerzas Armadas de EEUU.
Denunció la compra de los fusiles que Venezuela le hizo a Rusia ¡hace dos años! Y que oportunamente merecieron la reacción del Pentágono.
Gradualmente van creando una matriz de opinión con varios supuestos, como el armamentismo de Venezuela, la protección a las guerrillas colombianas, y más adelante la vincularán con las acciones terroristas. ¿No ha acusado el mismo Comando Sur a Venezuela de tolerar células terroristas de Al Qaeda en la isla de Margarita? Nada de eso se hace por error u omisión, ni son simples provocaciones ni excesos de algún jefe colombiano o estadounidense. Precisamente para reforzar la idea de que Colombia se siente amenazada, el presidente Uribe anunció la instalación de una nueva base militar en La Guajira, ahí cerquita.
¿Qué les falta para meter a Venezuela en la lista de los Estados terroristas, provocar incidentes armados en las fronteras y tener la justificación para intentar alguna operación de mayor envergadura?
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