Jesús Torrealba - El Radar de los Barrios - Diario La Voz
El pasado sábado 6 de febrero nuestro Presidente Hugo Chávez Frías realizó una cadena desde el pueblo de El Junquito. ¿La razón? La inauguración de un “acueducto” que permitiría librar a esa parroquia de la sed. pues (como reconoció el mismo Jefe de Estado) a esa comunidad el agua le llega -en promedio- cada sesenta días… Aunque el Presidente hizo lo de siempre (cantó, recitó, anunció, prometió, entregó unos “créditos” aquí, unos “certificados” allá, etc.) esta cadena fue distinta. Muy distinta. La diferencia la hizo la conducta del pueblo.
CONTRALORIA SOCIAL ANTES DE LA CADENA…
Ya semanas antes de la visita presidencial el pueblo se movilizó ante el inusual espectáculo de cuadrillas de la alcaldía y otros organismos del Gobierno Nacional recogiendo basura, pintando brocales, reubicando contenedores de desechos y desbrozando maleza. Así fue como la comunidad de El Junquito se enteró de la inminente visita presidencial: Porque la burocracia gobiernera estaba limpiando “por donde pasa la novia”. La gente empezó a denunciar esto por distintos medios desde carteles en los comercios y paradas de transporte hasta llamadas telefónicas a programas de radio y TV: “Que el gobierno no intente maquillar la verdad. Vengan y hagan su trabajo, pero háganlo siempre, no sólo cuando viene el Presidente”…
VIGILANCIA SOCIAL DURANTE LA CADENA
Llegamos así al sábado 6 de febrero. La visita presidencial se organizó de acuerdo al protocolo acostumbrado: En primera fila, activistas uniformados; De la segunda fila para atrás, “el relleno” transportado en autobuses, todo en medio de un estricto control de los micrófonos. Los vecinos del sector La Peña, en el Km. 16, donde numerosas casas se están cayendo por fallas en el terreno, se comunicaron previamente con los organizadores para ver si era posible plantear su situación. “Eso no esta en agenda. Ni se acerquen”, fue la seca respuesta. Pero ocurrió entonces algo no previsto por los burócratas: la red del Radar de los Barrios en la parroquia, coordinada por el dirigente comunitario Javier Torres, se dispuso a seguir la cadena presidencial. Teléfono en mano y televisor al frente, los líderes sociales iban contrastando en tiempo real lo que el Presidente decía sobre El Junquito con la realidad que ellos conocen mejor que nadie. Transmitían sus impresiones al equipo de Javier, que verificaba y consolidaba la información, y este a su vez la remitía a la Redacción del Radar. Y de allí al mundo por Internet, vía twitter… Así fue como el país se enteró de que ese día el Presidente llegó por la carretera (aun en construcción, con años de retraso) que une Mamera con El Junquito; Así fue como se supo que buena parte de los acompañantes del Presidente no eran de la zona, y que los pocos que si eran pertenecían a consejos comunales con sus mandatos vencidos; Así fue como el país se enteró de que el supuesto “acueducto” que estaba inaugurando el Presidente era en realidad un viejo pozo, al que le habían incorporado dos bombas eléctricas y una tubería de 8” para conectarlo al VIEJO acueducto del pueblo; Fue así como nos enteramos de que los únicos beneficiarios del pozo “inaugurado” eran los habitantes de EL PUEBLO de El Junquito, concretamente el sector Cruz Carrillo, que es apenas una pequeña parte de la PARROQUIA EL JUNQUITO, que sigue condenada a la sed; Fue así, a través de la denuncia en tiempo real del pueblo empoderado gracias a la tecnología y a la organización, que el país supo que los minitractores donados son inútiles en el accidentado relieve de la zona, que las “fumigadoras” donadas son repudiadas por los productores del lugar que prefieren usar control biológico de plagas para no contaminar y que en el sector Montealegre, en el que se anunció la entrega de más de 400 títulos de propiedad, en realidad hay menos de 50 familias! Así fue desmontado el show, desarmando con la verdad del pueblo cada uno de los mentirosos eslabones de la “cadena” presidencial.
AUTOPSIA A LA MENTIRA, DESPUÉS DE LA CADENA
48 horas después vino lo más grave: Una de las válvulas del viejo acueducto estalló, al no soportar la presión de las bombas. El agua corría libremente por las calles, en medio de las protestas airadas de los vecinos y la vergüenza de los pocos burócratas que se asomaron por el lugar. Y no era para menos: El supuesto “acueducto” inaugurado por el Presidente en cadena nacional no aguantó dos días en servicio, a pesar de que el Ingeniero Inspector de la obra, el Ing. Alfredo Bozo, no es cualquier ingeniero: Fue presidente del INAVI, presidente de FEDE, Vice ministro de Vivienda, alto funcionario de la Alcaldía de Libertador y esposo, para más señas, de la Defensora del Pueblo Gabriela Ramírez. Así que ya saben, tanto la Defensora como el mismísimo Presidente de la República, a quien tienen que preguntarle sobre el fiasco de El Junquito. El aprendizaje que deja esta experiencia es que ya la mentira no es impune. Ya los ciudadanos no tenemos que soportar, resignados, las cobas del Poder, ni tenemos que esperar pasivamente que un factor externo a la comunidad descubra al mentiroso. ¡Nosotros mismos podemos hacerlo! Con un simple teléfono celular o sentados frente a una computadora en un cibercafé, podemos tener acceso a audiencias globales con nuestras denuncias locales. Así que ya sabemos que hacer cuando suene la fanfarria y un nuevo abuso, una nueva cadena, se anuncie: Que proliferen las contra-cadenas del pueblo. Como dice nuestro Himno Nacional,
¡Abajo cadenas!
Jesús Torrealba / radardelosbarrios@ gmail.com
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