23/2/10

Los compadres

—¿Se acuerda, compadre, de cuando Venezuela y Cuba eran pueblos hermanos?

—Sí, mi Compa. Recuerdo de lo mucho que ayudamos a la causa de Fidel Castro.

—¿Se acuerda de “La marcha del bolívar sobre la Sierra Maestra”?

—¡Claro que sí!... Estaba yo en una cola de carros y le di el último fuerte que me quedaba, a un cubano que recolectaba dinero para esa ‘marcha’. Hoy parece poco, pero en 1958 con cinco bolívares se llenaba el tanque de gasolina, podías comerte dos perros calientes, y sobraba 1 bolo… La gasolina costaba tres puyas (0,15) el litro y los perros eran a real (0,50).

—¡Y cómo nos pagaron esos muérganos!... ¡Invadiéndonos nomás tomar Fidel el poder!... ¡Están echándonos vainas desde 1960!

—Recuerdo que todo lo cubano era bien recibido.

—Nuestros ‘cerranos’ los imitaban en todo. Algunos usaban zapatos de ‘tacón cubano’ que se parecía al de las botas tejanas. Y los pantalones casi les llegaban al pecho como los que usaba ‘el pachuco’.

—E inventamos el ‘arroz a la cubana’ en honor a Cuba.

—¿Cómo?

—Sí, mi Compa. Según mi profesora Flora, ¡un encanto de cubana!, ella probó ese plato cuando llegó a Venezuela porque en Cuba es desconocido.

—¿Quién es Flora?

—Una exiliada que enseñaba matemáticas en la Escuela de Electrónica donde estudiamos mi hijo Luis y yo. A pesar de sus ‘añitos’ tenía una simpatía y un sabor que motivaban al alumnado… Después que reunió unos reales, se fue con su marido para Miami.

—Nadie puede censurarnos el resquemor que sentimos hacia Cuba… pero sigo creyendo que la Serie del Caribe sin el Almendares, no vale.

—¡Yo También!



Simón Anduze G., Guatire, martes 23 de febrero de 2010

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