Felipe Torrealba
Presidente Chávez una vez usted dijo que Fidel Castro era su Taita, lo que de haber constituye un gran elogio para su ídolo, dando la impresión que intenta elevar a Fidel a la altura del Centauro de los Llanos, El Taita de todos los Venezolanos que ponemos primeros y por encima de todo, a nuestra padres libertadores y en especial al Taita de los Lanceros de los Venezolanos
El Taita para los Venezolanos tiene profundas raíces históricas, esa expresión corre por nuestra sangre, es parte del sentir Venezolano. Cuando uno de mis hijos quiere mostrar su amor y admiración, me elogia cuando se dirige a mi “Bendición Taita”, que significa más que padre. Así se dirigían los lanceros al que sería el PADRE de nuestra NACIONALIDAD. Excepcional guerrero de la independencia de Venezuela, que nos libro del yugo español. Ese era el Centauro de Los Llanos: El General en Jefe José Antonio Páez, reconocido Universalmente como la Primera Lanza del Mundo, triunfador de Carabobo, en donde basto que sus Lanceros entraran al campo de batalla, para que los realistas salieran en desbandada para salvar sus vidas, por lo tanto es el artífice del triunfo patriota en Carabobo, batalla que sella definitivamente la Libertad de Venezuela.
El Taita de Venezuela vive en los relatos históricos de sus hazañas en la guerra y en la paz, que no fueron escritos en los textos oficiales, sino que han pasado de familia en familia por generaciones, como cuando pregunta ¿Qué pasaba por tanto alboroto entre la tropa? Es cuando le informan falta el tabaco de mascar. El responde, ¡Pero si hay mucho tabaco en la siembra que se encuentran frente al campamento!. Es que esa hacienda está ocupada por los realistas. El Taita Páez se queda pensativo por unos minutos, para luego pedir que le traigan su caballo. Inmediatamente se monta y se dirige directamente hacia la espesura donde se encuentra la colecta de tabaco en rama. A penas se va acercando, se comienza a escuchar las andanadas de disparos, que al poco tiempo cesan al perderse en el monte, para salir al poco tiempo después cagado con el tabaco para sus lanceros, se escucharon de nuevo los disparos de los realistas, sin que dieran en el blanco.
Caballo y Jinete llegaron su preciada carga sin contratiempos, ante el jubilo de sus lanceros y el asombros de sus enemigos o cuando por primera y única vez en la historia de las guerreras escenificado en el mundo, hombres a caballo vence a la armada española. Esos son los hombres que los pueblos siguen tratando de inmolar sus hazañas. Porque se dan por entero a su gente, a su patria, no una ideología política, religión o héroes de otras tierras.
Y usted Presidente Chávez, no solo se ha quedado en su admiración por Fidel Castro, sino que además no pierde oportunidad para ignorar y masacrar la memoria de Centauro de los Llanos, porque según usted, al final de sus días se aburgueso y se volvió un aliado de la Oligarquía Nacional y de los Estados Unidos, cuando en realidad lo único que hizo Páez fue superar sus escasos estudios, convirtiéndose en un hombre respetado y admirado en Europa, EU y América, dejo de ser un peón de hacienda para convertirse en un estadista. Pero fíjese hasta donde llegan sus contradicciones, que es usted quien hace una larga introducción en el libro de José Antonio Páez, donde analiza las guerras emprendidas por Napoleón Bonaparte y hace elogios que se extienden en su acostumbrado programa Alo Presidente.
El General José Antonio Páez, también conocido como el Centauro de los Llanos, el León de Payara o simplemente el Taita, escribió un libro que fue re-editado por iniciativa de su gobierno, edición GRATUITA, que por andar buscando me tropecé con este libro que no sabía de su existencia hasta ese momento y que de seguro muchos historiadores tampoco.
Lo interesante de la publicación del Libro, es que justamente es usted el que hace una larga exposición de las hazañas del Taita, como lo refleja algunos de los pasajes que reproduzco a continuación: En los programas Aló Presidente 216 y 217, el presidente Hugo Chávez Frías dijo que el general Páez fue uno “de los más grandes guerreros de la historia venezolana y del mundo”. Aprovechó para comentar el libro “Máximas de Napoleón sobre el arte de la guerra”. Así fue su análisis:
Dice aquí Páez: “En prueba de ello, citaremos el siguiente episodio de la guerra de nuestra Independencia, en el cual se ve confirmado lo que hemos dicho sobre los inconvenientes que ofrecen nuestros llanos a un ejército invasor.
A principios del año 1819 salió de Calabozo el general Morillo, para invadir el Apure con 5 mil infantes y 2 mil caballos. Nosotros no teníamos, entonces, sino 4 mil hombres, 2 mil infantes reclutas y el resto de caballería. En dicha época era el ejército de Apure el más fuerte con que contaban los patriotas y no nos pareció prudente exponerlo contra fuerzas superiores…”
López Hidalgo, fíjate lo que dice aquí: “el ejército de Apure era el más fuerte con el que contaban los patriotas y no me pareció prudente exponerlo contra fuerzas superiores; lo hubieran derrotado a lo mejor, en una lucha frontal”. Eran reclutas, aunque era el mejor ejército el de Apure, eran reclutas y, además, teníamos sólo 2 mil infantes, los españoles tenían 5 mil infantes contra 2 mil y los nuestros eran unos reclutas y los de ellos eran unos veteranos que venían de pelear contra Napoleón y mejor armados.
Si Páez sale a la sabana a enfrentarlos, de manera simétrica, los hubieran destrozado; pero Páez era astuto, era Rey de la guerra asimétrica, era un maestro de la guerra irregular, pues. Dice Páez: “Aquellos tenían 2 mil caballos y nosotros teníamos igual, 2 mil caballos. Además las fuerzas eran superiores no sólo en número, sino en calidad”.
Sigo leyendo: “Por lo tanto, resolvimos adoptar otro género de guerra en aquella campaña: la guerra de movimientos y hacer penetrar al enemigo en los desiertos de Caribén”. ¿Dónde están los desiertos de Caribén? Aquí mismito, a pocos kilómetros de aquí. Oigan lo que viene ahora: “Una vez resuelto esto convocamos a todos los vecinos de la ciudad de San Fernando de Apure, en donde estaba situado nuestro Cuartel general, a una reunión, en la cual se participó la resolución que teníamos de abandonar todos los pueblos y dejar al enemigo que pasase, sin molestia, los ríos de Apure y Arauca, para atraerlo a los desiertos ya citados”.
Antes en los cuartes se daban clases de historia, en donde los nuestros héroes ocupan un lugar destacado, sino el único, ahora no dejo de escuchar rumores que nuestros valores patrios ha ido siendo sustituidos por héroes de otras tierras que las mejores de sus hazañas en el campo de batalla se puede comparar con los hombres y mujeres que nos dieron nuestra libertad e identidad como Venezolanos, que si los gobiernos, universidades e institutos privados, partidos y líderes políticos hubieran dispuesto tiempo y recursos para recopilar y divulgar los registros históricos de nuestros antepasados, los Venezolanos ahora y del futuro, tuviéramos una visión más clara de lo que hemos sido, de lo que somos ahora y de lo que podemos llegar hacer, como nación Libre, Soberana al servicio de sus ciudadanos.
Edición de Libros, Películas, Conferencia, Obras de Teatro, Festivales, utilizando al máximo los medios de comunicación y la tecnología del presente, para traer el pasado glorioso de nuestros AUTENTICOS HEROES, sangre de mí sangre, cantera de futuros héroes de la patria. Pero esto no ha sido posible, porque los mediocres y apátridas controlan los hilos del poder y no les interesa un pueblo que piense, razone y exija basado en su educación, conocimiento, fuertemente identificado con su nación, orgulloso de su identidad y no un ser que pueda ser fácilmente manipulado por propagando malintencionado que le enseña a no desconfiar y dejar de luchar por sus ideales, porque alguien se va a encargar por el de conseguirlos.
Los primeros que desean acabar con nuestras raíces, identidad, Libertad y Soberanía, son los que asechan nuestros recursos naturales, fuente de riqueza para los Venezolanos del presente y del futuro, que no se pueden defender, si perdemos nuestra identidad como pueblo.
Máximas de Napoleón sobre el arte de la Guerra
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