ROBERT SERRA, CANDIDATO A DIPUTADO POR EL PSUV, EN EL CIRCUITO 2 DEL CENTRO DE CARACAS, DISPARO E INTENTO ASALTAR MODULO DE LA GUARDIA NACIONAL EN EL SECTOR EL ATLANTICO DE CATIA.
Cuando era estudiante becado por su marinovio Carlos Escarrá en la UCAB, la asaltó con sus delincuentes. ..¿QUÉ ESPERAS DE ÉL?
Cuando se le acaba el maridaje con el gobiernito vendrá a la oposición como un Eduardo Semtei cualquiera.
La institucionalidad está siendo sustituida por el imperio del malandraje Sebastiana Barráez en su columna del 30 de abril en Quinto Día, da cuenta de un hecho insólito.
Pero que en el ámbito de estos tiempos bolivarianos, parece formar parte de la nueva “institucionalidad” imperante.
Se trata de un episodio que protagonizó el entonces precandidato del PSUV, Robert Serra, en el sector El Atlántico de la parroquia Sucre el día 25 de abril, cuando acompañado por 30 motorizados, muchos de ellos armados, amenazaron y dispararon contra el puesto de la Guardia Nacional Bolivariana ubicado en esa zona, a fin de presionar a los efectivos para que soltaran a un miembro del grupo de Serra, quien momentos antes había sido detenido por la GNB por agredir, juntos a otros del grupo, a dos personas. Al detenido le confiscaron un arma con los seriales limados.
El grupo de Serra formaba parte de los Tupamaros del 23 de Enero y ya durante la tarde unos 200 motorizados rodeaban el Destacamento Móvil 51 donde se encontraba el detenido, quienes entre gritos y amenazas exigían que se les entregara.
Hasta aquí el relato ha tenido situaciones parecidas como cuando el grupo La Piedrita sacó a tiros de la zona que ocupan en el 23 de Enero a un comando policial y su jefe, Valentín Santana, a pesar de la orden de captura en su contra, “despacha” con toda impunidad desde el búnker protegido por un contingente armado y hasta con un sistema de vigilancia por TV.
Igual puede decirse de los ataques que en ocasiones recibió la PM en la que con armas de alto calibre perforaron los blindados de ese cuerpo policial. Igualmente podemos mencionar cómo algunos líderes de estos grupos armados, son protegidos desde el Gobierno y se ríen del sistema judicial cuando en alguna ocasión se emiten órdenes de detención en su contra.
Pero lo descrito en el relato de la periodista, especializada en temas de seguridad, muestra con crudeza la degradación en la que ha caído la institucionalidad, para ser sustituida por el imperio del malandraje. A la par de las amenazas del grupo de Serra contra la GNB de que serían arrasados si no accedían a sus peticiones, el dirigente del PSUV realizó algunas llamadas y al poco tiempo se impuso la autoridad del ministro Tarek El Aissami para que el comandante de la GNB ejecutara la orden de poner en libertad al tupamaro.
¿ASÍ ESPERAN COMBATIR LA DELINCUENCIA?
Esta es la misma institucionalidad que aplican los funcionarios del INTI cuando entran a una finca blandiendo las armas, como ocurrió en La Carolina. También hay similitud con los pistoleros que disparan contra manifestantes que realizan protestas para exigir reivindicaciones laborales. Es la filosofía que llama a “tomar el cielo por asalto”.
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