19/9/10

Cómo seguir siendo dictador y no morir en el intento


Definitivamente, si usted quiere ser dictador, tiene que conseguir dinero para comprar y corromper voluntades. Nadie ha coaccionado y martirizado a su pueblo solo en base a bonitas y románticas frases, aunque éstas hayan servido para la propaganda del régimen. Si no me cree, pregúntele a los Kirchner por el problema que tienen para conseguir el dinero suficiente para sostener a sus "aliados". Ahora, ¿cómo conseguir esos fondos? Hay tres caminos.

Primero, "heredarlos", como Perón que recibió un gobierno repleto de oro como consecuencia de las enormes ventas de alimentos argentinos a un mundo hambreado por la II Guerra Mundial, o como Chávez que tiene más petróleo que cualquier jeque árabe lapidador de adúlteras.


Segundo, conseguir que los ricos vergonzantes como Bill Gates y Warren Buffett hagan donaciones, y mejor si son gobiernos porque preguntan menos por el destino final y tienen más dinero. Benjamin Powell y Matt Ryan, del Independent Institute, mostraron cómo EEUU y sus socios en la OECD han contribuido con ayuda "humanitaria" a regímenes como el de Sudán, "el peor dictador del mundo", otorgándole "más de US$ 6.000 millones… La OECD contribuyó con asistencia a todos los 20 peores dictadores del globo que, en conjunto, recibieron US$ 55.000 millones". La asistencia estatal no solo fracasó, sino que sirvió para financiar y fortalecer Estados contrarios al mercado, cuando no dictaduras totalitarias.


La tercera alternativa, cuando no queda más remedio porque las otras no alcanzan, es dejar que la gente trabaje en lugar de estar rindiendo pleitesía al Gobierno, o sea que el mercado funcione sin que el Gobierno lo impida con regulaciones, y luego cobrarles impuestos. Por ejemplo, la URSS llegó a autorizar mini chacras privadas y éstas, a pesar de que totalizaban sólo el 3% de las tierras cultivables, producían el 27% de los alimentos nacionales. El "milagro" consistió en que la gente trabajaba en lugar de estar "haciendo burocracia" (haciendo "huevo", se dice en Argentina, por referencia a las gallinas).


Pero vamos, el caso más sintomático es China, que se ha enriquecido enormemente gracias a que cada vez más deja que la gente trabaje, es decir, que el mercado funcione sin que los burócratas estatales lo estén impidiendo. Así, según la revista Foreing Policy, en la lista de los peores dictadores del mundo aparece décimo el chino Hu Jintao, que está cada vez más firme en su lugar y a nadie se le ocurriría destronarlo. En cambio, los nueve que lo preceden como Kim Jong Il, de Corea del Norte, y Robert Mugabe, de Zimbabwe, quién sabe dónde terminarán.


Hugo Chávez, aparece en el puesto 17 y si sigue como viene, con el país cada vez más empobrecido a pesar del petróleo, no está claro si podrá continuar, mientras que en el puesto 21 aparece su socio Raúl Castro, que está cayendo en la cuenta de que necesita dinero urgente si quiere seguir el envidiable camino de Hu Jintao, y no el de Mugabe.


Así es como los Castro han decidido que eliminarán, en los próximos seis meses, más de 500.000 puestos, el 10% de la "fuerza laboral estatal", es decir, menos burócratas y más gente que trabaje para lo que ampliarán la iniciativa privada. Increíblemente la Central de Trabajadores dijo que "nuestro Estado no puede ni debe continuar manteniendo empresas, entidades productivas, de servicios y presupuestadas con plantillas infladas y pérdidas que lastran la economía, resultan contraproducentes, generan malos hábitos y deforman la conducta de los trabajadores". Castro ya había reconocido que "Cuba es el único país del mundo en que se puede vivir sin trabajar".


Según el Partido Comunista, unas 250.000 nuevas licencias para trabajadores por cuenta propia comenzarán a ser emitidas en octubre, en unos 120 tipos de negocios como talleres de reparación de electrodomésticos, zapateros, peluqueros, relojeros, mecánicos, jardineros, traductores, masajistas y vendedores de hierbas. Cuba legalizó el trabajo por cuenta propia en 1996 para enfrentar la crisis que siguió a la desintegración de su principal "sponsor" la URSS, pero hubo escasos avances.


Actualmente, hay unos 143.000 cuentapropistas que manejan pequeños negocios como restaurantes, cafeterías, talleres mecánicos, carpinterías, manicuras y hasta payasos. El Gobierno espera que esas nuevas licencias generen unos 465.000 nuevos empleos, ya que por primera vez los cuentapropistas podrán subcontratar mano de obra, con lo que podrá recaudar más tributos para la dictadura.


Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California
alextagliavini@gmail.com

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