No es la lluvia: es el temporal de inmundicias que lo tapa de la cabeza a los pies. El olor llega Beijing.
Billete venezolano mata galán cubano. Ante un billetazo chavista, en Bolivia no hay Che Guevara que aguante. Lo cuentan los norteamericanos filtrados por Wikileaks. Un fantasma recorre América: el fantasma de los mafiosos chavistas cargados de maletines. Hambrientos del mundo, estirad la mano. Un cheque petro venezolano os aguarda. Es el triste, el ominoso aporte que los “revolucionarios” venezolanos dirigidos por Nicolás Maduro y la V Internacional de su capataz le dan al mundo: corromperlo hasta la médula para que alcance el paraíso.
PEDRO LASTRA
LA DIPLOMACIA DEL BILLETE
Esas y muchas otras vergonzosas verdades están saliendo a la luz pública gracias a las indiscreciones del Sr. Lessange, dueño de Likileaks. El alto mando boliviano se divide entre los que se venden al postor bolivariano, de un lado, y los que se niegan a ser comprados, del otro. Los que le lamen las botas al teniente coronel venezolano y los que aún resienten cierto sentimiento moral. Como los cocaleros del altiplano. Ante lo cual, Evo se hace el pendejo: agarra de lado y lado y cree mantener cierta autonomía ante los ladrones y estafadores venezolanos y los cubanos que creen merecer la ventaja de ser revolucionarios auténticos.
¿Hubiera imaginado Carlos Marx que andando los años las revoluciones no se harían con conciencia internacionalista sino con abultados paquetes de dólares, corrupción a destajo y compra de gobiernos? ¿Lo hubieran creído Lenin y Stalin, Mao y Ho Chi Min?
Es la gran contribución venezolana al arte de la revolución. Derretir fidelidades acercando el dulce aroma del billete y cambiando constituciones luego de un remate express de conciencias uniformadas. Eso explica muchas cosas: la desaparición de dos mil millones de dólares del llamado Plan Bolívar, la regaladera de cincuenta y tres mil millones de dólares a los sarampiones revolucionarios del tercer milenio y la creciente influencia de los cuarenta generales y los asesores de Walid Makled en la política hemisférica.
¿Cuán mojados están Cristina y su difunto esposo, el Pingüino? ¿Cuánto Lula y su emisario Marco Aurelio García? ¿Cuánto han agarrado los esbirros de Evo, de Daniel Ortega, de Manuel Zelaya? ¿Estará libre José Miguel Insulza de los billetes rojo rojitos? ¿Lo estará doña Piedad Córdova? ¿Quién lleva la cuenta de las entregas de PDVSA y el Banco Central?
Este escribidor sólo espera por la lista de las decenas de generales, mayores, coroneles, parlamentarios y políticos chavistas registrados en las nóminas de Walid Makled. ¿Estará en ella la otra hermana de El Aissami, mandada a Holanda vaya a saber uno en que misión secreta? Makled vino a aguarle la fiesta al caudillo y Likileaks a darle el bautismo en botella.
No es la lluvia: es el temporal de inmundicias que lo tapa de la cabeza a los pies. El olor llega Beijing.
5/12/10
LA DIPLOMACIA DEL BILLETE
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