Preside la Asamblea Nacional con mano leninista. Desde que se hizo figura pública utiliza un discurso radical, de barricada. Grita Patria, Socialismo o Muerte, habla con odio de los “ricos y oligarcas”, manda a “rezá” a diputadas, dice que la jerarquía de la iglesia está “podrida”. Pero en la otra cara de la moneda luce un crucifijo, se atiborra de joyas, incluso cuando está en campaña. Y eso si, no pone un pié en un refugio. Después de 12 años de revolución, sólo los que tienen muchos “escoltas” se atreven a salir a la calle con semejante joyería.
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