29/1/11

TÚNEZ, EGIPTO, JEMEN, ¿VENEZUELA?

Si de algo podemos estar seguros los venezolanos, es de que si en 12 años Chávez no ha conseguido doblegarnos, menos lo conseguirá en los breves dos años que le quedan. Que como bien demuestran las insurrecciones populares de Túnez y de Egipto, revientan cuando menos se lo piensa, arrasan cuanto encuentran a su paso y terminan por sacar a las patadas a los autócratas. 23 años, Ben Ali, 30 Mubarak. Como me lo dijese un uniformado con breve elocuencia: Chávez no pasa del 2012 ni a tiros.

A poco comenzar la revuelta de Túnez se iniciaron los primeros escarceos en Egipto. Ya comienzan a cundir en Yemen. Y no pararán hasta barrer con las tiranías africanas. Todos, desde el monstruo de Mugabe – tan íntimo y consentido de nuestro teniente coronel – hasta el enano fanático y reaccionario de Irán. Es una oleada democrática que nada ni nadie lograrán contener. Abusos, represión y torturas, pobreza endémica y prepotencia cuartelera hicieron cundir y crecer un odio tan feroz, que convertido en movimiento popular será semejante a las grandes tormentas tropicales.

Chávez, hecho a imagen y semejante de estos sátrapas, tan seguro de sí mismo como Mubarak y tan impetuoso como Ajmadinejad, tan prepotente e inescrupuloso como Sadam Hussein, tan sordo, tan ciego y tan ambicioso como Mugabe, debiera comenzar por poner sus bardas en remojo. Cree que podrá manipular a su antojo a quienes enfrenta, sin siquiera comprender que aquellos que lo enfrentan no son los dóciles y timoratos dirigentes políticos, sino millones de seres anónimos que no tienen absolutamente nada que perder, pues ya lo han perdido todo. Y que a la hora de vengarse por los hijos y hermanos asesinados, por las humillaciones sufridas, por el hambre padecida y los temporales que han debido soportar bajo condiciones de brutal inclemencia, invadirán plazas y calles hasta expulsarlo del poder.

Cree sinceramente que lo que le espera son elecciones, tras elecciones y más elecciones. Todas las cuales las podrá sortear con éxito, auxiliado por sus mafias de manipuladores, maquinitas tragaperras y la complicidad de sus fieles. Ni siquiera le pasa por la cabeza que en Venezuela TODAS las crisis se han resuelto de la misma manera: mediante un levantamiento cívico militar.

Es lo que el destino le tiene preparado: un día despertará atropellado por la inclemente batahola de un levantamiento popular. Que Dios lo encuentre confesado.

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