El pasado miércoles, el engendro de las noches en el canal ocho, hizo la irresponsable afirmación según la cual Francisco Illaramendi, uno de los autores del guiso con los Fondos de Pensiones de Pdvsa, había pertenecido a la directiva de Tal Cual, y en consecuencia Teodoro Petkoff y el periódico estaban vinculados al acto de corrupción.
No hay ni que negar esta infamia, pues está clara la integridad directiva de este diario a la cual nunca perteneció Illaramendi. Pero el hecho revela la deleznable condición de este miserable, quien se cree dueño de una "verdad revolucionaria" que utiliza para difamar, calumniar, mentir y ofender a quienes critican la gestión del déspota a quien le sirve hoy. Porque Mario Silva de lo único que es dueño es de su vergonzoso pasado, cuando servía de valet al dueño del Bloque de Armas a quien prestó los más eficientes servicios como sapo y espía de la empresa, para atacar a sus dirigentes sindicales. Es el mismo sapo y espía que hoy ataca a los trabajadores del canal 8.APRETARSE EL CINTURÓN
Con un máster en aguante, por soportar cada día el saboteo chavista a su gestión, el alcalde metropolitano Antonio Ledezma se prepara para superar otra prueba de fuego: la candidatura presidencial a nombre de las fuerzas democráticas. No será tarea fácil. Además de medirse con otros venezolanos con iguales méritos a los suyos, tendría que enfrentar después el obsceno ventajismo del eterno candidato de Miraflores.
HITLER FUE AMIGO DE ELLOS
Un diputado del Partido Popular español, Luis Peral, comparó la actuación del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ante Chacumbele, con la que tuvieron algunas democracias europeas con Hitler. Evidentemente que Esteban no tiene nada que ver con el Führer, pero el PP sí tiene que agradecerle a Adolfo Hitler que los padres ideológicos y, en algunos casos, biológicos, de los líderes del partido de José María Aznar llegaron al poder en España debido al apoyo del dictador alemán a Francisco Franco durante la guerra civil española. Estos señores del PP, que hoy se presentan ante el mundo como unos grandes demócratas, son los mismos que siempre han rechazado condenar el alzamiento del admirado por ellos generalísimo.
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