Siguiendo el modelo de WikiLeaks, el periodista Carlos Fernando Chamorro publica información sobre los oscuros mecanismos de cooperación entre Venezuela y Nicaragua. Carlos Fernando Chamorro es el hijo menor de Pedro Joaquín Chamorro, director del diario nicaragüense La Prensa, asesinado en 1978 en las postrimerías de la dictadura de Anastasio Somoza, y de Violeta Chamorro, ex presidente de Nicaragua (1990-97).
La iniciativa expone la modalidad mediante la cual los acuerdos comerciales o de cooperación bilaterales se convierten, en ocasión, para el negociado y el enriquecimiento ilícito de funcionarios de ambos gobiernos.
Chamorro es periodista como sus padres y economista. Fue viceministro de Cultura y dirige la revista Confidencial.
Con su firma y la de Carlos Salinas Maldonado, Albaleaks publicó un informe sobre la empresa Alba de Nicaragua S.A. (Albanisa), fundada hace cuatro años por las estatales PDV Caribe de Venezuela y Petronic de Nicaragua al amparo de un convenio de cooperación entre los Gobiernos de Hugo Chávez y Daniel Ortega, convertida “en un inmenso conglomerado económico que en 2009 manejaba ya activos por más de 290 millones de dólares, con ventas anuales superiores a los US$ 400 millones”.
Para poner fin al secretismo que rodeó desde 2007 la operatoria de esta empresa, los autores publican la información filtrada por fuentes vinculadas con Albanisa: un archivo Excel con copia de buena parte de la contabilidad de la empresa desde su creación hasta 2009. Estos documentos -que Chamorro presenta como los primeros de AlbaLeaks- están disponibles en el sitio web de la revista Confidencial, a disposición de quien los quiera analizar.
“El origen de este negocio, que se mantiene al margen de toda clase de regulación pública, radica en el monopolio de la importación del petróleo de Venezuela y la comercialización de otros derivados -dice el artículo. Según el convenio de cooperación petrolera entre Venezuela y Nicaragua, el 50% de la factura petrolera debe pagarse a un plazo de 90 días, mientras que el otro 50% se convierte en un crédito a 23 años de plazo, con dos años de gracia y 2% de interés anual, que es manejado de forma discrecional por el gobierno de Nicaragua a través de mecanismos privados como Albanisa y la «cooperativa» Caruna (Caja Rural Nacional)”.
Los autores también denuncian que “el negocio de la importación y distribución del crudo y otros derivados, ha convertido a Albanisa en un poderoso consorcio, expandiéndose a otras actividades, como generación energética, exportación de productos agropecuarios, construcción e infraestructura, explotación forestal, hotelería y hasta la compra de un canal de televisión privado (Telenica Canal 8), que pasó a ser propiedad de la familia del presidente Ortega”.
AlbaLeaks es un cuestionamiento a la total falta de transparencia en el uso de los millonarios fondos originados en esta operatoria por parte del presidente nicaragüense. No existe, por ejemplo, “desglose de sus actividades dirigidas a financiar los programas gubernamentales extrapresupuesto”, por un lado, y “las actividades partidarias del FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) y los negocios particulares en que participa la familia gobernante”, por el otro.
Raro negocio a pérdida
De los documentos filtrados, surge un dato curioso: Albanisa pierde plata. Un millón ochocientos mil dólares en 2007, más de 11 millones en 2008, y a agosto de 2009, llevaba perdidos 7 millones. Una pérdida acumulada de 20 millones de dólares.
“La razón aparente de dichas pérdidas -dicen Chamorro y Salinas- es que la empresa vende el petróleo y los derivados del crudo a un precio equivalente a su costo sin ninguna clase de margen de ganancia. Pero esto no se debe a una motivación altruista, [sino] a un sofisticado esquema de transferencia de fondos y subsidio indirecto hacia otras empresas relacionadas”.
Chamorro y Salinas pretenden que el Gobierno responda a una serie de interrogantes: “¿Por qué Albanisa trabaja sin márgenes y está diseñada solamente para generar pérdidas contables?; ¿cuáles son las empresas relacionadas que se benefician de este mecanismo de transferencia de fondos?; ¿quiénes se están quedando con las ganancias reales generadas a través de esta millonaria operación?”, etcétera. Hasta ahora, no han tenido respuesta oficial alguna.
Los “dueños” de Albanisa son todos funcionarios públicos de Nicaragua y Venezuela, a saber: Asdrúbal Chávez Jiménez, venezolano, presidente de PDV Caribe y presidente de la Junta Directiva de Albanisa; José Francisco López, presidente ejecutivo de la Empresa Nicaraguense del Petróleo Petronic, y vicepresidente de la Junta Directiva de Albanisa; Paul Oquist Kelley, Coordinador del Consejo de Políticas Nacionales del gobierno de Nicaragua, secretario de la Junta Directiva; Emilio Rapacciolli Baltodano, ministro de Energía y Minas, del gobierno de Nicaragua, Rodolfo Delgado Romero, Asesor presidencial del gobierno de Nicaragua, y la lista sigue….
AlbaLeaks ofrece otros artículos sobre el tema: la opinión de expertos que aseguran que Albanisa es inauditable; detalles acerca de los negocios privados del ingeniero López, vicepresidente de la empresa; una descripción detallada de todas las compañias que integran el conglomerado Alba Nicaragua S.A.; además de las opiniones de diputados y analistas.
Las filtraciones de AlbaLeaks en Nicaragua han repercutido en Venezuela, donde los diputados de la oposición quieren interpelar al presidente de PDVSA.
INFOBAE /CodigoVenezuela.com
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