Señor Juan Manuel Santos
Presidente de Colombia
Palacio de Nariño, Santafé de Bogotá
Muy estimado Presidente y amigo:
En noviembre de 2010 en declaraciones ofrecidas en el Palacio de Nariño
usted aseguró que iba a cumplir la palabra empeñada a Hugo Chávez, en el
sentido de entregarle a las autoridades venezolanas al narcotraficante Walid
Makled una vez cumplidos los tramites legales de su extradición.
Hoy la decisión de la Corte Suprema de Justicia de Colombia que autoriza la
extradición del presunto narcotraficante venezolano deja en sus manos la
delicada decisión de entregarlo a los Estados Unidos o al régimen
venezolano.
Dadas la naturaleza y ramificaciones del caso Makled, a nadie puede escapar
que los alcances de la decisión que usted ha de tomar transcienden el ámbito
de la política de acercamiento al régimen venezolano que su gobierno
adelanta.
No tengo que destacarle a usted la importancia de un juicio con plenas
garantías de modo que no se le vulneren los derechos procesales al reo, pero
tampoco se oculten las posibles conexiones de este último con altos
funcionarios del régimen venezolano.
Al respecto, debo recordar a usted que el señor Makled ha denunciado
públicamente a altos oficiales de las Fuerza Armada venezolana como sus
cooperadores directos. Estas denuncias también han sido presentadas ante la
Fiscalía de la ciudad de Nueva York, que le ha tomado declaraciones en el
penal donde permanece recluido. Para los venezolanos que condenamos la
penetración de nuestro país por el narcotráfico internacional, el destino
del señor Makled tiene una importancia excepcional para develar de manera
integral el entramado de los gravísimos crímenes por los cuales se le acusa.
Señor Presidente y amigo: Hoy le escribo con viejo afecto, pero con la más
profunda preocupación cuando advierto que por un compromiso político basado
en su reconocida amistad con Venezuela pueda usted comprometer el
esclarecimiento pleno de tan graves acusaciones y denuncias, las que de ser
ciertas, afectan seriamente el futuro de mi país. Y ese derecho no nos debe
ser vedado.
No es mi intención hoy valorar la política de Colombia hacia el gobierno de
mi país, pero puedo sin temor a equivocarme considerar de nula credibilidad
el acercamiento que este último pregona desde que usted accediese a la
presidencia de Colombia y como superficiales los aparentes progresos en la
"solución" de temas bilaterales. En este particular solo llama la atención
el interés personal de Hugo Chávez que le ha reclamado a usted públicamente
la entrega de Makled alegando para ello ser "su mejor amigo". Usted y
Colombia en pleno, mejor que nadie, podrán valorar la credibilidad de esta
afirmación.
Señor Presidente; Ya al inicio de su gobierno usted, seguramente el
colombiano mejor enterado de la situación, de la cual ha incluso escrito en
su libro "Jaque al Terror", abandonó, sin "verificar" la denuncia formal
presentada al Consejo Permanente de la OEA por el entonces Presidente de
Colombia, Álvaro Uribe. Esta decisión dejó sin dilucidar la grave acusación
de complicidad con el terrorismo aducida por el anterior gobierno de
Colombia contra el régimen de Hugo Chávez, dando a suponer que prevalecieron
intereses de otro género, nunca esclarecidos, y que constituye un tema
pendiente entre nuestros países.
Usted está igualmente en conocimiento que tres altos oficiales de la Fuerza
Armada venezolana están indiciados por el Gobierno de los Estados Unidos
como cooperadores activos de las FARC en materia de lavado de dinero,
trafico de drogas y de armamento. De esos oficiales, uno desempeña el más
alto cargo en la operación de la Fuerza Armada y otro del sistema de
inteligencia militar. El gobierno de Colombia, sin embargo, nada ha hecho
por llevarlos a la justicia.
Si ahora, en adición a esta ya grave situación su gobierno decidiese
entregar al señor Makled al régimen de Hugo Chávez, ello equivaldría a
archivar también el caso de la más prominente red criminal de narcotráfico
de América Latina, de la cual presuntamente formarían parte jerarcas
militares y civiles del régimen venezolano. Una red que, según alega Makled,
contaría con la cooperación de las autoridades, sin la cual evidentemente no
le habría sido posible disponer de almacenes resguardados en Puerto Cabello,
el principal puerto del país; de una línea aérea, Aeropostal Venezolana y de
casi el monopolio de la urea, producida por una empresa del estado,
ingrediente usado como precursor para el procesamiento de la cocaína.
Ninguno de estos particulares le son hoy desconocidos a usted pues como ex
Ministro de la Defensa ha de haber sido de su conocimiento que la llamada
"Mafia del Puerto", liderada por Walid Makled desde Puerto Cabello, tenía
nexos con el principal cartel de la guerrilla de las FARC, a la que
entregaba armas a cambio de cocaína. Y este aspecto creo es de interés para
el pueblo colombiano del cual Hugo Chávez no es para nada su mejor amigo.
Con todo lo anterior deseo significarle que las circunstancias del caso
Makled son tan serias y de tan graves implicaciones que el mejor favor que
podría usted hacerle a la amistad perdurable entre Colombia y Venezuela, dos
naciones cuyos intereses y destinos en mucho sobrepasan las coyunturas de la
política y de la economía, seria brindarle a este indiciado de la justicia
garantías de un juicio transparente, condiciones que el sistema de justicia
venezolano, no esta actualmente en condiciones de asegurar.
Señor Presidente: entiendo bien la responsabilidad que asumo al hacerle esta
carta pública pero las circunstancias y lo que está en juego en nuestro país
no me deja alternativa. Usted tiene en sus manos la oportunidad de salvar a
Venezuela del mismo flagelo que tanto daño le ha hecho a Colombia. Usted hoy
conoce perfectamente lo que le estoy exponiendo con toda franqueza, como
amigo suyo y de su admirable país. No deje de hacerlo.
Aprovecho para saludarle con mi invariable afecto, deferencia y cordialidad
Diego Arria
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