No es el mural de Leonardo Da Vinci, en el cual el maestro italiano recreaba un pasaje de la Biblia donde Jesús de Nazaret anuncia que uno de sus 12 apóstoles le traicionaría. Se trata de la interpretación de nuestra caricaturista Calavera sobre las serigrafías que han significado estas trece semanas santas, estas trece “últimas cenas” en el imaginario popular. La de ahora con esa mezcla calculada de lo que sería hoy el “apostolado” chavista. Un cena rapidita pero opípara y cordial, suficiente para montarse en sus “naves” y volver a cenar el año que viene después de doce meses de duro ayuno y mayores sacrificios por el pueblo venezolano.
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