Un romance que ya da frutos.... ahora vienen los misiles
1. LA NATURALEZA Y DIMENSIÓN DE LAS SANCIONES.
El anuncio hecho ayer por un vocero del gobierno de los Estados Unidos dice: “La Secretaria de Estado Clinton ha decidido imponer sanciones a siete entidades foráneas, bajo los términos del Acta sobre sanciones a Irán de 1996, modificada por el Acta Intregral de Sanciones contra Irán… conocida como CISADA, de 2010, en razón de sus actividades en apoyo al sector energético Iraní. Estas empresas son: la Petrochemical Commercial Company International, PCCI, de Jersey e Irán; Royal Oyster Group, de los Emiratos Arabes Unidos; Speedy Ship, del mismo país e Irán; Tanker Pacific, Singapore; Ofer Group, de Israel; Associated Shipbroking, Monaco y Petróleos de Venezuela, PDVSA, de venezuela.
Todas estas empresas han llevado a cabo actividades relacionadas con el suministro de productos refinados a Irán, incluyendo el suministro directo de gasolina y productos relacionados, así como el suministro de combustible a la Línea de Navegación de Irán, entidad que ha sido designada por los Estados Unidos y la Union Europea por su papel en el apoyo de las actividades de proliferación [nuclear] del Irán.
Bajo los términos del Acta, la secretaria tiene la autoridad para calibrar las sanciones en base a cada caso….. en el caso de PDVSA las sanciones aprobadas incluyen el cese del acceso de PDVSA a contratos con el gobierno de los Estados Unidos, el financiamiento a través de la entidad de Importación y exportación y las licencias para tecnologías controladas. Estas sanciones no impiden la venta de petróleo a los Estados Unidos por parte de PDVSA y no afectan a las empresas subsidiarias de PDVSA”. (Mi traducción).
Esto es lo esencial de la decisión estadounidense. Una decisión como esta tiene, al menos, tres potenciales impactos: uno, el impacto real sobre las operaciones de la empresa sancionada; dos, el impacto financiero de la medida sobre la empresa sancionada, y, tres, el impacto político/psicológico de la medida sobre el régimen de Hugo Chávez en Venezuela.
Antes de considerar estas tres variables, es importante mencionar que esta es la primera medida tangible que el gobierno de Barack Obama toma en contra del régimen de Hugo Chávez. Pienso necesario distinguir entre el régimen de Hugo Chávez y la nación Venezolana, ya que es evidente que las actuaciones del régimen en materia de política exterior no han sido tomadas para promover los mejores intereses de la nación venezolana, sino para promover el proyecto personal de Hugo Chávez. No otra explicación puede darse a la entrega de 100.000 barriles diarios de petróleo venezolano a Cuba, en condiciones abiertamente desfavorables para la nación venezolana. De igual manera, no es posible explicar el endeudamiento con China y la entrega de petróleo venezolano a futuro (hasta por diez años) como una medida para el bien de la nación sino como una entrega de soberanía y patrimonio venezolanos impulsada por la sed de dinero para ser usado por el régimen en función política-partidista.
Lo otro importante de notar es que estas sanciones responden a una política de disuasión contra el programa nuclear iraní, el cual ha desafiado toda advertencia internacional, no solo del gobieno de los Estados Unidos sino de la Unión Europea y de las Naciones Unidas. Si el desafío iraní no existiera, las sanciones tampoco existirían. Ello significa que la decisión estadounidense no representa un acto de agresión sino una respuesta a lo que es una postura forajida por parte del régimen de Ahmadinejad en Irán. Al suministrar hidrocarburos a Irán, el régimen de Hugo Chávez no ha tenido en mente los mejores intereses de la nación venezolana sino, simplemente, ser consecuente con el alineamiento ideológico de Hugo Chávez y de M. Ahmadinejad en contra de las democracias occidentales.
La tercera observación que parece impotante hacer en este momento es que la decisión no es exclusiva para PDVSA sino que PDVSA es una de siete empresas incluídas, las cuales tienen múltiples orígenes. Parece ser, sin embargo, la empresa más importante entre las mencionadas.
2. LOS IMPACTOS POTENCIALES DE LAS SANCIONES.
A. Impacto Operacional.
En este momento PDVSA debe estar evaluando el posible impacto de las sanciones sobre su operación pero, en general, parece ser modesto. PDVSA envia a USA unos 980.000 barriles diarios producidos directamente. Esta es la poducción que sería afectada por las sanciones. Pero las sanciones solo se refieren a aspectos de financiamiento y licencias que esta producción, por lo que podemos ver, no requieren. Las actividades de producción en la Faja del Orinoco estarían esencialmente fuera de las sanciones, ya que son llevadas a cabo por empresas filiales de PDVSA.
En materia de refinación pudiera haber un impacto modesto en lo referente a licencias o a ventas de equipos especiales de origen estadounidense. Lo mismo puede decirse de transporte y oleoductos.
En resumen, no vemos un impacto significativo de las medidas sobre el sector operacional.
B. Impacto Financiero.
Este impacto, aunque también moderado, puede ser mayor que el impacto puramente operacional. Las finanzas tienen un componente psicológico mayor. Las sanciones, expresión de una polítíca de USA hacia PDVSA, pueden ocasionar bajas importantes en la cotización de los bonos emitidos o por emitir por parte de esta empresa. En efecto, ya algo de este tipo ha podido verse en el mercado de los bonos que se cotizan en el mercado de capitales de los Estados Unidos, los cuales han caído en unos dos puntos, debido a la percepción de que las medidas incrementan el riesgo-país de Venezuela, ya uno de los más altos del mundo. Un mayor riesgo-país obligará a PDVSA a ofrecer intereses más altos para lograr colocar futuros bonos, lo cual tiene un impacto real sobre las finanzas de la empresa.
Por otra parte, el impacto sobre posibles financiamientos bancarios de los Estados Unidos es limitado, pués Chávez ya carece de credibilidad en ese sector y ha tenido que recurrir a China como reemplazo de la banca internacional. Las sanciones debiltarán la posición de PDVSA como potencial acreedor ante China, país que desea aumentar su influencia en Venezuela y ve su posición de casi único prestamista disponible como la vía para hacerlo.
3. Impacto político/psicológico.
Este es el campo donde las sanciones pudieran tener un mayor impacto. Quizás sin planificarlo de esta manera, el gobierno estadounidense ha ofendido gravemente a Hugo Chávez. Repetimos: a Hugo Chávez, no a Venezuela. Consideremos lo siguiente: (1), PDVSA es incluída en una lista de siete empresas, todas de modesta importancia, solo PDVSA una empresa importante; (2), la decisión es emitida como algo de rutina, como “una advertencia”, sin querer realmente dañar materialmente a la empresa
No se trata de un puñetazo sino de una cachetada. Pero, en la mente de Chávez, es decir, en la mente del régimen, una cachetada es peor que un puñetazo. Un puñetazo se le da a un hombre pero una cachetada se le da a un ser indefenso, poco importante. Quizás Chávez hubiera preferido que las sanciones hubiesen sido más dramáticas, para plantear un conflicto en el cual pueda conservar su credibilidad de macho frente a sus seguidores.
Las primeras reacciones del régimen de Chávez muestran que la “dignidad nacional y la soberanía ofendida” es el tema principal de la respuesta, al menos en su primera etapa. Ya lo ha dicho Nicolás Maduro, el canciller. Lo ha dicho en la Asamblea Nacional Aristóbulo istúriz y lo ha esbozado Chávez, quien ha sacado a relucir, inevitablemente, el nombre de Bolívar. Todo recuerda a Cipriano Castro y su cursilísimo discurso sobre “la planta insolente del extranjero”.
La primera reacción oficial es un largo y repetitivo comunicado de la Cancillería, muy mál escrito por cierto, con total desdén de las comas y del punto y seguido, en el cual se dice, entre otras cosas: “A todos los trabajadores que nos están escuchando, a todo el pueblo venezolano que nos escucha le garantizamos aseguramos que sabremos sortear esas situaciones tenemos una industria petrolera que se ha fortalecido y ha librado importantísimas batallas en defensa de nuestros intereses nacionales y estamos haciendo un llamado a que todos los hombres y mujeres se movilicen en defensa de nuestra nación y de nuestra soberanía y de nuestra industria petrolera”.
Sin embargo, esta retórica es cansona y suena hueca. El entusiasmo patriotero de Chávez no es compartido por un país que se ha dado cuenta de que la verdadera entrega de soberanía y de recursos nacionales ha sido la que Chávez ha llevado a cabo en los últimos años, al darle a Cuba, Vietnam, China, Irán , Bielorrusia y otros países sin tecnologías modernas o conocimiento de la industria una participación a dedo en la Faja del Orinoco y al hipotecar una porción de la Faja para obtener dinero a ser usado sin transparencia y sin rendición de cuentas para sus propósitos tribales.
Chávez va a necesitar hacer algo más que hablar, como respuesta, si es que quiere mantener su “prestigio” de líder anti-estadounidense. Va a tener que hacer algo más dramático, lo cual probablemente le va a hacer real daño al país. O podría ser creativo y hacer algo que lo deje bien parado frente a la comunidad internacional. Dos escenarios se me vienen a la mente:
(1), Chávez decide cortar suministro parcialmente o totalmente a USA. Un corte, parcial o total, sería muy dañino para la nación pero aplaudido por el extremismo internacional y le daría fuelle politico temporal a Chávez. Si el corte fuere total, el régímen de Chávez probablemente no duraría más de seis meses y él lo sabe. De ser parcial, eso podría darle beneficios políticos a corto plazo pero lo debilitaría a mediano plazo.
(2), Chávez decide poner la otra mejilla y pagar la agresión con un gran gesto de “generosidad”, por ejemplo, ampliando el programa de subsidios de combustibles a los “pobres” estadounidenses. Este es un programa demagógico que le cuesta mucho dinero a la nación venezolana y que afecta a los verdaderos pobres, los venezolanos, pero que le ha ganado muchos partidarios en los Estados Unidos. Ampliar el programa le serviría para enfatizar la diferencia entre el “gobierno” de USA, su enemigo y el “pueblo de USA”, su amigo.
Cualquiera que sea la respuesta, Chávez está herido. Con estas decisiones Estados Unidos lo ha tratado como un criminal de poca monta, cuando él desea ser tratado como un enemigo respetable. Algo tendrá que hacer si es que no quiere que le sigan jurungando el paltó.
27/5/11
Análisis preliminar de las sanciones contra PDVSA y de las posibles reacciones de Chávez
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