El Primero de Mayo, en el cónclave de empleados públicos chantajeados que fueron congregados en la avenida Bolívar para hacerle bulto al desfalleciente prestigio de Chacumbele, José Vicente Rangel dio un tubazo que todavía tiene conmocionado al país: ¡Chávez será candidato presidencial en 2012! ¡Nunca nos lo habríamos imaginado!
¡EL TUBAZO DEL AÑO:
CHÁVEZ SERÁ CANDIDATO!
Pero las palabras del Gran Visir fueron inequívocas. YoElSupremo continuaría sacrificándose por el país, aun contra su voluntad, porque como todo el mundo sabe Él, El Inmarcesible, lo único que de verdad quiere es irse a jugar con sus nietos en los topochales de Sabaneta.
Todavía no nos habíamos repuesto de la estupefacción que nos causara el asombroso anuncio, cuando el viejo derviche nos soltó otro impresionante dato: la candidatura de su amo no había sido decidida por una "cúpula", a diferencia de la de la oposición que, con toda seguridad, será decidida por una cúpula, porque lo de las primarias "ustedes saben", ironizó es una coba.
Chacumbele no, insistió el gran chambelán de la Corte por cierto, sin reírse, no fuera que se le descosiera la cara, Chacumbele será candidato por la voluntad del pueblo, es decir de Él mismo, ya que, como todos los allí presentes lo habían oído mil veces, Él es el pueblo. Él, El Supremo, es uno y millones.
Mucho más que el Espíritu Santo, que apenas es uno y trino. Fue un día de revelaciones extraordinarias. La gente se montó en los autobuses para volver a sus respectivos terruños a divulgar la buena nueva: Chacumbele los había interpretado; por boca de Rangel habían hablado ellos, obligando a Chacumbele a ser candidato y, además, no por el forro de sus riñones, como dicen los escuálidos calumniadores, sino por la de ellos. ¡Aleluya!
¡EL TUBAZO DEL AÑO:
CHÁVEZ SERÁ CANDIDATO!
Pero las palabras del Gran Visir fueron inequívocas. YoElSupremo continuaría sacrificándose por el país, aun contra su voluntad, porque como todo el mundo sabe Él, El Inmarcesible, lo único que de verdad quiere es irse a jugar con sus nietos en los topochales de Sabaneta.
Todavía no nos habíamos repuesto de la estupefacción que nos causara el asombroso anuncio, cuando el viejo derviche nos soltó otro impresionante dato: la candidatura de su amo no había sido decidida por una "cúpula", a diferencia de la de la oposición que, con toda seguridad, será decidida por una cúpula, porque lo de las primarias "ustedes saben", ironizó es una coba.
Chacumbele no, insistió el gran chambelán de la Corte por cierto, sin reírse, no fuera que se le descosiera la cara, Chacumbele será candidato por la voluntad del pueblo, es decir de Él mismo, ya que, como todos los allí presentes lo habían oído mil veces, Él es el pueblo. Él, El Supremo, es uno y millones.
Mucho más que el Espíritu Santo, que apenas es uno y trino. Fue un día de revelaciones extraordinarias. La gente se montó en los autobuses para volver a sus respectivos terruños a divulgar la buena nueva: Chacumbele los había interpretado; por boca de Rangel habían hablado ellos, obligando a Chacumbele a ser candidato y, además, no por el forro de sus riñones, como dicen los escuálidos calumniadores, sino por la de ellos. ¡Aleluya!
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