Porque le da la gana

1 En el documento del ALBA destinado a la V Cumbre de las Américas, año 2009, Gonsalves, Evo, Raúl, Chávez, Skerrit, Ortega, Lugo y Zelaya, propusieron el sedicente modelo alternativo que aceleraría la crisis global del capitalismo y nos llevaría a la felicidad sin fin. Se respira un contagioso optimismo; emana del texto una sensación de triunfo e inminencia.

El modelo postulado no admite prórrogas. "La crisis económica global, la del cambio climático, la alimentaria y la energética, son producto de la decadencia del capitalismo que amenaza con acabar con la propia existencia de la vida en el planeta".

Precisamente para salvar la especie humana en trance de desaparecer, es que los jefes de estado y gobierno firmantes presentan su diseño futurista y alternativo. Por desgracia abundan en el texto las promesas y escasean las medidas. La economía mundial, ciertamente, está lastrada por severos problemas aunque no parecen terminales. La humanidad, es verdad, merece condiciones de vida, ambientales y de trabajo mejores. Pero en lugar de recetas que podamos tocar, en el indicado documento apenas encontramos vagas aspiraciones con inciertos significados.

2 La fórmula tan pomposamente postulada se resume en cinco puntos: Solidaridad y no competencia. Armonía con la madre tierra sin saquear el medio. Diversidad cultural y no imposición de valores ajenos Paz y justicia social, sin guerras imperialistas. Los genocidios de Gadafi y Asad no cuentan por no ser imperialistas. Combatir el consumismo. Desde semejante homenaje al optimismo hasta nuestros días, ha corrido mucha agua bajo los puentes. Los del ALBA, unos más otros menos, están en un tremedal. Evo pierde terreno y es acosado por la COB, los campesinos y muchos aymaras; Correa se mantiene pero su certificada popularidad no se reflejó en el referéndum. Ganó, con la oposición acercándosele mucho; Zelaya salió y no se sabe cómo será recibido; Ortega mantiene su TLC con EEUU y depende de la división liberal. Raúl: ¿sobrevivirá este hombre? Está en el disparadero, probablemente consciente de que en algún momento deberá encontrar un salvador modus vivendi con EEUU y el exilio cubano; y Chávez, ¡ay Chávez! No existe un país en el Continente ¡ni uno! que iguale a Venezuela en número de protestas sociales. En enero, 480; en el primer trimestre, 1500, y suma y sigue. Alguien puso en sus manos el Manifiesto de Marx. Retendría dos de sus postulados: "centralización del crédito en manos del Estado mediante un banco nacional estatal con monopolio exclusivo" y "propiedad pública de los medios". Por ahí ya corren sus obsesiones.

3 Otro detalle a considerar es que las reformas de los sistemas productivos del ALBA no se conocen, no avanzan o lo hacen en forma desconsoladora. La economía alternativa de Chávez se fue al diablo y las estatizaciones lo están arruinando. De Venezuela podría decirse si acaso que es un capitalismo de estado en mal estado. Las empresas públicas de producción y servicios están, sin excepción, endeudadas, con saldos rojos y desplome productivo, incluyendo en lugar estelar las industrias petrolera, eléctrica y pesada. ¿En eso pararía el modelo alternativo frente al capitalismo? Se explica el viraje perceptible de los agobiados miembros del ALBA y especialmente de Venezuela. Han viajado desde la emocionante tribuna mundial de 2009 a las tristes realidades vernáculas, tan duras, tan reacias, tan indoblegables, de 2011. El presidente Chávez, que trabaja y suda como un buey, eso hay que reconocérselo, debería guardar silencio y dejar de meterse en todo, a ver si las cosas se arreglan solas. Cada vez que entra en juego multiplica los escombros. Retado a construir 150 mil viviendas sacándolas de un sombrero de farsante de feria, se apodera de cuanto espacio se le muestra a la vista, para confiscarlo, con la obsesión de construir unas viviendas que por múltiples razones no aparecen ni aparecerán.

4 El hombre miraba a un lado y otro hasta que pescó en el aire la sanción contra Pdvsa. Pretende solapar los ítems que lo abruman debajo de una resonante causa patriótica. Ya no habla de otra cosa. Y como la medida del Departamento de Estado fue protestada también por la oposición, quiere forzar un gracioso deslinde que lo ayude a derrotar electoralmente a sus rivales de la MUD. Cualquier otro presidente que se sienta amenazado desde el extranjero trataría de unir a la nación para enfrentar la emergencia. Chávez ni se siente amenazado ni es tan patriota como hace creer. Por eso se aferra a causas de esa índole únicamente si le sirven a su manía reeleccionista. En lugar de unificar al país, cuando menos en ese punto, viste de rojo sus manifestaciones de encargo y agrede a la oposición "apátrida". Como la incomprensible medida del gobierno norteamericano no afecta en nada a Pdvsa, más de lo que la castiga el presidente Chávez, éste se rasga las vestiduras a sabiendas de que no le pasará nada, mientras Ramírez, Soto Rojas y Aristóbulo, echando espuma por la boca, gritan la "novedad" de que Venezuela le vende "a quien le da la gana". Bueno, le vende a EEUU el grueso de sus exportaciones petroleras y le compra el grueso de sus importaciones, "porque le da la gana".