La Venezuela de hoy, la que ha tenido que sobrevivir a doce años de ineptitud gubernamental, es un país que está pagando un precio muy alto al querer enrumbar su camino en la justa búsqueda de un mejor nivel de vida, para ello sembró sus esperanzas en un farsante que jugó con cartas marcadas.
La tragedia del pueblo venezolano comienza en la Presidencia de la República a donde llegó un Teniente Coronel quien fuera reprobado en el curso de Estado Mayor, ya esto era una señal preocupante para dejarlo llegar a la primera magistratura del país, si bien debió rodearse de eficaces asesores que pudieron haber llevado a Venezuela al lugar de vanguardia que le corresponde en el concierto de naciones por ser un país rico en minerales con una posición geográfica importante y con destacados profesionales en todas la ramas de la educación y de las ciencias.
La ignorancia innata del dictador venezolano lo llevó a rodearse de asesores expertos en guerras sucias que como perros de presa están preparados para defender por un jugoso salario proyectos indefendibles, destruir lo productivo, eclipsar el progreso, quebrar las instituciones y hacer de los ciudadanos mendigos que suplican un pedazo de pan, se rodeó de gente que sólo sabe destruir por acción o por omisión La razón por la que con tanta saña ataca al imperio ha de ser, porque es un país donde los servicios básicos son una prioridad para las autoridades electas, donde las calles y las autopistas son largas extensiones de asfalto probablemente comprado a Venezuela donde extrañamente se encuentra un hueco, un país donde los locales comerciales disponen de electricidad las veinticuatro horas, durante el día para dar servicios a quienes lo requieran, durante la noche para exhibir las mercancías a quienes deseen curiosear sin temor a ser asesinados o secuestrados, un país donde los grandes edificios ya sean de oficinas o condominios son iluminados durante las horas nocturnas sin el temor de un aviso de corte, un país donde el trabajador que devenga el salario mínimo tiene acceso a comprar un automóvil y soñar con ser dueño de un apartamento en una zona libre de inseguridad y provista de servicios públicos, un país donde los ancianos disfrutan de seguridad social como retribución a sus años de trabajo, un país donde los supermercados están abastecidos de insumos de todo tipo y se tiene la opción de elegir el producto deseado, un país rico como el nuestro donde la escases hizo las maletas y se marchó probablemente a Venezuela.
Los mercados de hoy se mueven en un mundo competitivo donde la ventaja la tiene quien este más capacitado, quien disponga de herramientas intelectuales y técnicas para competir de manera eficiente que le asegure un sustancial margen de ganancia, no es diferente con los estados que en algunos casos disfrutan de las ventajas que le ofrece las fortalezas otorgadas por la naturaleza que acompañadas con la preparación y audacia de sus dirigentes debieran de hacer de estos, polos de desarrollo donde sus ciudadanos vivan disfruten de calidad de vida. Como competir con esperanzas de triunfo en un mundo globalizado donde los adversarios están capacitados intelectualmente, además de estar dotados de un profundo sentimiento nacionalista y amor por su país. La Venezuela de hoy se presenta con un equipo de eunucos mentales que tienen como director a un sabelotodo. Más de la mitad de los hombres y mujeres que representan el tren Ejecutivo venezolano sobre quienes esta la mayor responsabilidad de la administración pública no cursaron una carrera y los que se hicieron de una, en el desgobierno del dictador venezolano se desempeñan en cargos distintos para los que se prepararon.
En la Venezuela en donde se sigue engañando a quien ''manda'' el Pueblo, continuará la deficiencia en la prestación de servicios públicos y la ineptitud en la solución de problemas de índole social, económico, de seguridad y de educación debido a que el único mérito que deben llenar quienes ocupan cargos de alta gerencia es ser incondicional al régimen y a su amo no importa si el país se cae a pedazos. Con bombos y platillos el régimen anuncia un 25% de aumento en el salario de los trabajadores, reflejo del poco respeto que se le tiene al soberano, cuando se hacen las comparaciones, el sueldo mínimo del año 2010 era de BsF 1.224, el precio del dólar en el 2010 era de BsF 2.6 por $, se ganaba $ 471 mensuales, con el ''aumento'', el sueldo mínimo del año 2011 es de BsF 1.550, el precio del dólar en el 2011 es de BsF 4.3 por $, se ganará $ 360.46 mensuales, lo que representa un 23% menos en el ingreso de los venezolanos. El dictador se burla e irrespeta a los venezolanos de manera vulgar.
En un país donde la política exterior está representada por quien se desempeñaba como chofer y sindicalista del Metro de Caracas, el Ministerio de Agricultura y Tierras lo ejerce un economista, una odontólogo es encargada de la Educación Superior, un geógrafo atiende el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, un abogado está al frente del Ministerio de Energía Eléctrica, un abogado es el Ministro del Deporte, una médico es la Ministro de Asuntos de la Mujer e Igualdad de Género, un ingeniero mecánico maneja la industria del petróleo y su monumental ingreso, un economista es el Ministro de Industrias Básicas y Minería, el Ministerio del Trabajo está dirigido por un sociólogo, una economista es la Ministro de Comercio, la Ministro para las Comunas, nueva cartera de la dictadura la ejerce una antropólogo, un teniente que dio un gran salto es el Ministro de Alimentación, un criminólogo es el Ministro de Relaciones Interiores y de Justicia, un licenciado en Relaciones Internacionales es el Ministro de Turismo.
Este intelectual panorama con el que se dirige al país no le deja al éxito y al progreso otra opción que huir de la ignorancia y la ineptitud dejándonos en manos de quien ha conformado un equipo de leñadores que están talando el futuro de veintiocho millones de venezolanos. La sabiduría del noble y humillado pueblo venezolano ha de prevalecer ante la ignominia de quien se cree dueño y señor de Venezuela.
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