Los camaradas están lanzando la casa por la ventana en un remate sin precedente, ya no encuentran a quien pedirle prestado, mientras Venezuela se aproxima a su ruina. Son tiempos peligrosos viendo una población domeñada ante los designios de la “revolución”, las tragedias se suceden y el país no se conmueve, lo de El Rodeo pareciera un hecho común y fortuito. Hace tiempo los venezolanos pasaron por las horcas caudinas impuestas por los comunistas, la voluntad se atrofia y se acostumbran a ver la quiebra de la nación impávidamente. No hay una dirección política capaz de canalizar el descontento, solo protestas que brotan de forma espontánea y se quedan ahí. El gobierno oficializó la crisis eléctrica con el alza de las tarifas; las consecuencia de ello no importan, estamos en el tránsito hacia el colectivismo y las pérdidas no interesan, que la capacidad productiva del país se aminore no es el problema, el asunto es otro, mantenerse en el poder a como de lugar y en esto no hay escrúpulos.
Entretanto, la oposición sigue dispersa y no pareciera que fueran suficientes doce años de ineptitud para ponerse de acuerdo, a veces, vemos como las orientaciones políticas la asumen los particulares como en el caso del “Ciudadano” en su estelar programa de TV. Los partidos tradicionales andan en otros avatares escogiendo sus candidatos. La tragedia de la nación engruesa con la escasez, inflación y el desempleo; sin embargo, las cifras oficiales no acusan esa realidad. Al ritmo que vamos el 2012 será el año no sólo electoral sino de la debacle económica y quien salga airoso de la contienda tendrá que cargar con un país empeñado.
El riesgo mayor sería que el final estuviese en una anarquía definitiva que nos involucrara en una guerra civil. El contraste social es elocuente, las dificultades se dirimen mediante la violencia y el capitoste mayor de la “revolución”, sigue insuflándola en un pueblo, que siempre fue pacífico y acostumbrado a solventarlas en democracia. Las cosas en momentos se desbordan pero regresan a cierta normalidad; mientras nos van privando de ese bien sagrado llamado libertad. Las leyes que aprueban están dirigidas a la confiscación, es muy probable que con la Ley de deporte nos dejen sin béisbol profesional por tratarse de un pasatiempo “capitalista”.
Algunos compatriotas se vendieron o se dejaron seducir por la “revolución” y ahora no hallan como hacerle cumplir a su Comandante las promesas. La turbulencia de doce años continuará entre invasiones y expropiaciones, las viviendas prometidas no se construirán y mucho menos antes de las elecciones, habrá cantidades de decepcionados y el régimen extenderá con las expropiaciones hasta que no haya bienes que expropiar y la gente siga sin tener casa, tocará el tiempo de sincerar, y lo solucionarán igual que con la electricidad acabando con la propiedad privada.
Seguramente de ocurrir esto, seremos tan pobres que Chávez no le mandará a lavar el paltó a nadie, porque no tendremos con qué hacerlo. Se terminará el resquicio de libertad y estaremos sumergidos en el rancio comunismo cubano. Cuántas elucubraciones hemos leído en el Internet y una vez que llegan las cosas se aceptan con resignación que diríamos decepcionante.
El 5 de julio gesta magna de nuestra emancipación lo recibiremos con un ejército rojo, unos próceres rojos y veremos un desfile en ese nuevo escenario con tribunas rojas en marcial formación de nuestro soldados, copiando las añosas rutinas cubanas. Así muere Venezuela sin dolientes y sometida al denuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario