El chavismo implosionará y con mayores riesgos si no es Chávez de nuevo su candidato en el 2012. Si lo fuera habiéndole ganado cierto tiempo a su enfermedad, sería un aspirante lisiado y el temor se apoderaría de sus correligionarios duros
Pronto veremos la mayor diáspora dentro del “chavismo”, cuando sintiéndose sin dueño y ante mil pretensiones no les quedará más alternativa que dispersarse. Aunque Chávez se cure de sus males, ya no podrán contar con el otrora virulento candidato para las elecciones del 2012, igual que Venezuela va quedando acéfala de una dirección propia, sumisa a los Castros e intervenida desde Cuba. La anarquía que siempre existió será mayor en los mandos del gobierno, todavía no se ha definido una sucesión y todo está en veremos. No hay estabilidad de liderazgo dentro del chavismo pero si sobran los aspirantes; asimismo nunca más el Comandante será lo que fue durante trece años. La enfermedad lo hizo claudicar y desdibujó cualquier opción de “líder”, actualmente es un veterano en condiciones de reposo que eventualmente en el mejor de los casos logrará terminar su mandato. Las nuevas elecciones no estarán a su alcance, a pesar de mantener intacto sus puntos de apoyos e incondicionales conocidos. Los mercaderes de este país no miran sólo a corto plazo, ni planifican por un periodo breve sus negocios, las estrategias de quienes así operan están abrazando desde ya nuevas opciones, que quizá no se consigan dentro de ese chavismo heterogéneo, que no logró materializar nunca nada. Entre ellos cada uno se considera un líder insustituible y representante de una facción, pero éstas no existen como tampoco existe el PSUV. Puras improvisaciones y movilizaciones de empleados públicos fueron las que signaron las apariencias de la Venezuela roja, hoy agonizante. El chavismo implosionará y con mayores riesgos si no es Chávez de nuevo su candidato en el 2012. Si lo fuera habiéndole ganado cierto tiempo a su enfermedad, sería un aspirante lisiado y el temor se apoderaría de sus correligionarios duros. Empero, los cubanos se jugarán hasta final esta ficha que es la única posible para ganar o perder todo. Entretanto de las filas de la “revolución” emergerán distintos sectores, los duros dispuestos a dar la vida por el “proceso”, militantes de los grupos minoritarios focalizados en los barrios y asidos a la bandera cubana, tan degradados como los servidores antillanos que a la hora de las chiquitas serán los primeros en escapar del país. Los viejos combatientes guerrilleros no les quedará otra alternativa que asentarse en Cuba, su Cuba soñada y de toda la vida pero también en condiciones disímiles; posiblemente allá, recibirán los cambios de otra moribunda “revolución” erigida en un pleonasmo a la falsedad. Todo este panorama es factible para el chavismo, se creía que el Comandante tendría más años útiles pero la vida tiene sus pasajes sórdidos, llegaría el final pero no pensaron seria de esta manera. Sin embargo, debemos reconocer que en la oposición no hay una dirección política que sepa capitalizar estos avatares, y doblegar a un régimen con las mayores faltas e incompetencias en las memorias de Venezuela. Será hoy en día, cuando deberán demostrar estos “dirigentes políticos” su desprendimiento y su amor por la patria porque ella os demanda lealtad. Con tantos tercios alborotados y con ganas de ser candidatos, habrá que tener cuidado para no correr con la misma desdicha que hoy atraviesan los camaradas, desamparados de su salvador y guardián. La unidad debe trascender más allá del vocablo y ceñirse a un único candidato, y a una sola acción en este difícil camino que todavía le falta recorrer a la disidencia venezolana. Llegó la hora de las concreciones y la impar nobleza se llama Venezuela.
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