1 Julio, 2011
ND.- En su comentario de la semana en Las Verdades de Miguel, el editor Miguel Salazar afirma que aunque “ciertamente la dirigencia opositora no tiene rumbo, pero con todo, tal y cómo van las cosas, salvo un viraje de 180 grados, la revolución pierde las elecciones de 2012. No importa quien sea el candidato opositor, y eso es lo terrible compañero Chávez, usted pierde”.
A continuación su columna de este viernes:
Al compañero Presidente. Que sirvan estas breves líneas para expresar el ánimo popular porque se trata de pensares del pueblo.
Antes que nada, hago votos porque usted supere pronto sus quebrantos de salud. Su ausencia ha servido, entre otras cosas, para dejar de manera dramática un error perfectamente atribuido a su persona, como lo es ese de haber estimulado como imprescindible su presencia en el desarrollo del proceso.
Esa conducta ha sido apuntalada por unos cuantos adulantes de oficio, dos de ellos ocultos tras dos pseudónimos, como el identificado Valderrama, recién descubierto abanderado de la anquilosada tesis del hombre nuevo.
Desde su convalecencia se habrá podido percatar de cómo el proceso revolucionario sin usted se hace sal y agua, precisamente por haber investido a su mentor de “iluminado”.
Para usted debe ser terriblemente desalentador caer en cuenta de que sus muchachos no son tales ni que Sancho anda por estos lares. Ahora usted, como buen llanero, debe conocer el lenguaje de los galleros, entonces viene al caso porque están cacareando en el gallinero y se debe estar preparado para cuando uno de los gallos cante, porque usted bien sabe que esos presumidos viven mansos entre ellos hasta que canta el primero. Cuando ocurre la guerra es a muerte.
Compañero Chávez, el gallo está por cantar. No me gusta andar por las ramas y por eso digo mis verdades sin tapujos y usted camarada debe estar al tanto de que las cosas no van bien. No me ha hecho caso, aun cuando muchas veces he atinado y me he adelantado a los acontecimientos.
Yo no creo en las encuestas que le venden los fracasados. ¿Se acuerda cuando le adelanté en diciembre de 2007 el final de fotografía de aquellos comicios? Más cerca aún, las elecciones parlamentarias del 26S, le anticipé que el PSUV no llegaría al centenar de diputados. No obstante, en ambos casos, sus encuestadores lo llevaron como asadura para el campo; en dos palabras, lo engañaron. Siento decírselo amigo descarnadamente, pero usted ya está mayorcito para que se deje tomar el pelo.
Ahora, lea bien: ciertamente la dirigencia opositora no tiene rumbo, pero con todo, tal y cómo van las cosas, salvo un viraje de 180 grados, la revolución pierde las elecciones de 2012. No importa quien sea el candidato opositor, y eso es lo terrible compañero Chávez, usted pierde.
Se lo digo claro y sin rodeos. Jamás he buscado cargo alguno en el Gobierno revolucionario y eso usted bien lo sabe. Estoy convencido de que más hago desde esta tribuna, aunque (parafraseando al cantor) mi letra muera como lo hace la tarde, degollada en el filo del ocaso.
En una oportunidad escribí que usted acariciaba la idea de no presentarse en el 2012 y mire pues las ironías de la historia, usted, desdeñando a lo largo de estos años su condición de mortal ha sido su propio victimario. Honestamente creo que tendrá que hacer un esfuerzo sobrehumano para optar a la reelección y ojalá no sea inútil.
También me atreví a afirmar que su hija María Gabriela sería su relevo en esa circunstancia, en la cual usted no pueda continuar temporalmente con el testigo; pues bien, debe ir pensando en retomar ese sentimiento.
Por ahora, ninguno de sus otros discípulos muestra otro interés por el poder que no sea para usufructuarlo. Usted sabe mejor que yo quiénes se han aprovechado del Gobierno para hacer fortuna. La revolución, amigo mío, amenaza con terminar siendo la vanguardia de los reencauchados.
Hemos hecho apología de la marginalidad y por ello hoy no podemos lamentarnos si Venezuela es una réplica en gigante de un antro carcelario. Compañero Chávez, contra viento y marea, granjeándome cada vez más enemigos, sigo sosteniendo que la verdadera revolución es posible siempre y cuando se imponga la voluntad revolucionaria por encima del resentimiento y los intereses bastardos. En el escenario actual no hay oposición peligrosa porque muchísimo más lo es la contrarrevolución enquistada en su entorno. Amanecerá y veremos.
CUBANOS HUID ANTES DE QUE SEA TARDE...
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