6/7/11

Una farsa más

Amigos todos, el pasado 25 de Junio de 2011, les hice llegar una reflexión que titulé “El sainete junio-Juliano”, en la que hacía referencia a un rumos que estaba circulando en varios ámbitos acerca de la realidad de la supuesta enfermedad del déspota sabanetero y se afianzaba en la teoría de un montaje teatral muy bien diseñado e instrumentado con el apoyo de los agentes del G2 cubano que componen la sala situacional de Miraflores, con la finalidad de crear un ambiente proclive a la lástima por el desquiciado y generar el ambiente para una reaparición triunfal y funambulesca para este 5 de Julio falsamente identificado como bicentenario de nuestra independencia, cuando en realidad lo que se cumplen son doscientos años de la firma del acta de Declaración de Independencia, la cual se hizo una realidad en 1821 con la Batalla de Carabobo, refrendada dos años después, el 24 de Julio de 1823, por la Batalla naval del Lago de Maracaibo.

Pues bien, en esa reflexión comentaba todos los pormenores de los que me había enterado a través de ese rumor y decía que, de corazón, esperaba que esa situación se quedase sólo en rumor porque, de ser una realidad, sería una diabólica farsa más ideada por las mentes desviadas del orate sabanetero y sus asesores cubanos a los que la tranquilidad y paz de nuestro los tiene muy sin cuidado porque son los instrumentos que su barbudo jefe utiliza para concretar el muy antiguamente manoseado sueño de echarle mano a nuestro país (recuerden Machurucuto y las loas y homenajes hechos por el régimen a través del también desviado Diosdado) y sus múltiples y abundantes riquezas y recursos naturales.

Y es así como el demente viene al país solapadamente, bajo la protección de la oscura madrugada del 4 de Julio, y horas más tarde aparece rozagante y fresco en los salones mirafloranos recibiendo los parabienes de sus acólitos continentales sin rastro ninguno de esa supuesta enfermedad que, de ser real, no le permitiría, a él ni a nadie, a tan poco tiempo de la supuesta intervención quirúrgica extensiva para extirpar un también supuesto tumor de colon sigmoides de Grado IV, mantener una actividad física de alta exigencia e impacto en un organismo con capacidades disminuidas por le enfermedad y su exigente tratamiento radio y quimioterápico.

Y recuerdo que en los comentarios previos de mi reflexión decía que aquí puede pasar cualquier cosa porque enfrentamos a un régimen especialista en la “mentirología cotidiana”, al cal no le importa instrumentar un montaje de tan cruel fondo, con tal de generar una imagen triunfante y apoteósica de su delirante cabecilla, con abstracción total de las consecuencias que esa farsa teatralizada pueda tener en la vida normal de esta sufrida Venezuela actual.

Que dolor y que vergüenza como pueblo pensante, si es que lo somos, que un absoluto demente, sin vergüenza ninguna, se burle de nosotros en nuestras propias caras y nosotros permanezcamos en la más absoluta inacción y conformismo.

Que dolor ser venezolano de ahora, prefiero seguir siendo venezolano de los de antes, con guáramo y tabaco en la vejiga, pero sobre todo con vergüenza y principios éticos.

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