24/8/11

La Venezuela doliente, la que sufre, la que se avergüenza se pregunta: ¿Hasta cuándo durará esta pesadilla?


Este pasado domingo, mientras el mundo presenciaba el final de un sádico tirano, entronizado sobre la sangre y el sudor del pobre pueblo libio, se me hizo obligante reflexionar sobre el Editorial del día sábado del diario colombiano El Tiempo cuyo tema fue el regreso de Hugo Chávez a Venezuela, después de recibir tratamiento para su lucha contra el cáncer y presentarlo casi como un Superman que retornó decidiendo sobre las reservas monetarias, las relaciones con Colombia y los problemas sociales, lo que lleva al periódico de la familia Santos a concluir que los “bríos” que marcaron el retorno de Chávez buscan enviar un mensaje de “fuerza y energía y alejarlo de la convalecencia”.
Pero me pregunto ¿De verdad logra alguien imaginar que Chávez puede vencer un cáncer terminal si realmente lo tuviese y la medicina fraudulenta de los Castro devolverle la salud y los bríos? Ciertamente yo no sé… Lo que si es evidente es la actitud alerta de muchos, en especial los colombianos, que ahora con Juan Manuel Santos apuestan a la “Buena fe” de un milico poco fiable, que decide sobre los recursos de Venezuela, sobre sus reservas monetarias, sobre el oro que sustenta su moneda como si estos fuesen ahorritos que él tiene en su libreta de banco.
No termina de llegar y ya debe volver a Cuba lo que me lleva a proponer que en vez de ser la Asamblea Nacional venezolana la que autorice los viajes de Chávez a La Habana, sea el legislativo cubano quien le autorice sus breves viajecitos a Caracas… Y mientras ésta es la rutina del enfermito, la situación social como bien señala el diario colombiano, sigue deteriorándose. Enumeran realidades: Tasas de inflación más altas del mundo, “revolución socialista del siglo XXI” incapaz de traducir la riqueza del petróleo en calidad de vida para sus habitantes. Escasez de productos básicos de la canasta familiar. Hacinamiento carcelario, un creciente déficit de vivienda popular y la inseguridad rampante, entre otras problemáticas, no son abordadas eficientemente por las autoridades venezolanas.
Resaltan además la intensificación de la violencia urbana que es imposible de ocultar: Los homicidios, los robos y los secuestros están a la orden del día, mientras el crimen organizado controla el microtráfico de drogas con ayuda de fuerzas policiales capturadas por la corrupción y el abuso. Cada media hora una persona es asesinada en Venezuela… Circo y poco pan definitivamente es la táctica chavista. Promesas incumplidas, mentiras a granel y un solo objetivo: Emular la “Gesta” del tiranosaurio cubano y quedarse en el Poder hasta que de viejo, la muerte lo separe de él.
Vergonzante culto a una personalidad trasgresora, delincuencial es la que impone este tiranillo cuarto mundista. Reclutan pobres muchachos a los que con seguridad les dieron tres lochas para que se rapen el pelo en un fulano templete solidario montado en el propio palacio de gobierno. Pone a los jóvenes a afeitarse sus cabezas y lo que falta es que también los someta a quimioterapia…
Tal cual el tiranosaurio castró la dignidad de muchos cubanos que se dedicaron a adularlo y a apoyarlo, Chávez recluta indignos, muchachos que a cambio de migajas dicen ser “Solidarios” con un déspota traidor.
Templete palurdo que se une a un verdadero rito pagano que curas serviles llaman “Ceremonia de sanación”. Misa negra donde el tropero traidor pedía oraciones por su compinche Gaddafi… También reclutan chulos en otros países y a cambio de un viajecito de turismo robolucionario les rapan la cabeza a dominicanos y quizá a otros caribeños… La chequera corruptora sigue moviéndose y comprando dignidades y la Venezuela doliente, la que sufre, la que se avergüenza de haber caído tan bajo se pregunta ¿Hasta cuándo durará esta pesadilla? Más, mucho más… pero debo terminar por hoy. Solo les digo que esta es nuestra terrible realidad, pero parece que nos adormecieron y somos incapaces de rebelarnos contra un déspota cuyo único objetivo es su beneficio.


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