13/8/11

MCM a Soto Rojas


DIPUTADA MARÍA CORINA MACHADO

Estado Miranda

Caracas, 12 de agosto, 2011

Ciudadano

DIPUTADO FERNANDO SOTO ROJAS

PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA NACIONAL

Su despacho.-

De mi consideración:

Habiendo terminado recientemente el primer período de sesiones de la Asamblea Nacional, estimo procedente dirigirme a usted con la finalidad de expresarle mi profunda decepción sobre el funcionamiento y rendimiento de un Parlamento al cual pertenezco por decisión del pueblo del Estado Miranda y que usted preside.

Siento que la Asamblea no ha cumplido con los mandatos que de manera muy expresa establece la Constitución de la República, y que nuestros electores tienen todo el derecho a sentirse frustrados por el rendimiento de quienes los representamos.

I.- LA FUNCIÓN LEGISLATIVA

La primera obligación de la Asamblea Nacional, órgano supremo del Poder Legislativo, es, y perdóneme lo obvio, legislar. Así lo prevé el artículo 187 constitucional, el cual dispone “Corresponde a la Asamblea Nacional: (…) legislar en las materias de la competencia nacional y sobre el funcionamiento de las distintas ramas del Poder Nacional”.

No podemos olvidar tampoco que el 22 de marzo del presente año la Asamblea Nacional aprobó un Programa Legislativo Básico que establecía la discusión y aprobación de 28 leyes.

De estas 28 leyes solo cuatro (5) se han aprobado en primera discusión: Ley de Reforma de la ley del Régimen Prestacional de Empleo (28-04-11), Ley Orgánica contra la Discriminación Racial ( 10-05-2011), Ley de Reforma Parcial de la Ley contra la Corrupción (17-05-2011), Ley para Sancionar los Crímenes, Desapariciones, Torturas y Otras Violaciones de los Derechos Humanos por Razones Políticas en el Período 1958-1998 (21-06-11) y Ley de Reforma Parcial a la Ley Orgánica de Justicia de Paz (19-07-2011).

Ninguna ha sido sancionada aún.

Los dos únicos proyectos de ley que se han sancionado durante este primer período de sesiones son la Ley Especial de Endeudamiento Complementario, el cual fue enviado desde el Palacio de Miraflores. La primera discusión de este instrumento se realizó el día 07 de julio 2011 y la segunda discusión y respectiva sanción se realizó, con toda premura. el día 09 de junio de 2011. La Ley fue promulgada desde La Habana. Recientemente fue sancionada Ley Orgánica del Deporte. Cabe destacar que la primera discusión de este proyecto se llevó a cabo el 16 de enero de 2001, mientras que el Informe para la segunda discusión data del 24 de mayo de 2011.

En la sesión del 28 de junio se aprobó el Proyecto de Ley Orgánica del Servicio Exterior y se remitió a la comisión respectiva para la lectura final. Aún no ha sido sancionado.

Fueron sancionadas, prácticamente sin debate, 21 leyes aprobatorias de tratados y convenios internacionales que establecen cargas y obligaciones para la República y en relación a las cuáles ni una sola vez tuvo el Ministro de Relaciones Exteriores la cortesía de venir a la Asamblea a explicar las ventajas que esos tratados significarían para los venezolanos.

El 5 de abril 2011 se aprobó en primera discusión el Código Orgánico Penitenciario, instrumento que no aparece en la Agenda Legislativa 2011. Fue propuesto por el Ministro del Interior y Justicia, Tarek El Aissami. En la actualidad dicho instrumento está en “consulta pública”.

Igualmente, se aprobó en primera discusión (sin formar parte de la agenda) la Ley de Reforma de la Ley sobre Transplante de Órganos y Materiales Anatómicos en Seres Humanos. La primera discusión se llevó a cabo el día 14 de junio de 2011.

LA FUNCIÓN DE CONTROL

El numeral 3 del artículo 187 de la Constitución establece que corresponde a la Asamblea Nacional, “ejercer funciones de control sobre el Gobierno y la Administración Pública Nacional, en los términos consagrados en esta Constitución y la ley. Los elementos comprobatorios obtenidos en el ejercicio de esta función, tendrán valor probatorio, en las condiciones que la ley establezca”.

Esta función es tan importante como la legislativa. La democracia moderna descansa sobre los controles que puedan establecerse al ejercicio del poder. Forma parte de los famosos “pesos y contrapesos” que caracterizan al Estado de Derecho. En democracia el Parlamento es un lugar de debate y un instrumento de control.

Nuevamente, no se trata de desconocer el poder de la mayoría (así ella sea producto no del voto popular sino de argucias jurídicas e “ingenierías electorales”). El oficialismo para nada está obligado a aprobar las propuestas de la oposición, pero sí a debatirlas. No tiene obligación de votar las conclusiones de una investigación, pero no puede dejar de realizarlas. “El país necesita razones”, dijo el Jefe del Estado en ocasión de la presentación de su Mensaje anual.

¿No sería saludable, señor Presidente, un gran debate nacional sobre la inseguridad? ¿No sería bueno que los ministros explicaran a los venezolanos por qué tenemos una de las más altas tasa de homicidios del mundo, y la segunda en secuestros? ¿No sería conveniente que una investigación parlamentaria busque las razones por las cuales más del 90% de los homicidios no reciben castigo? ¿No cree usted que el país necesita “razones” que le expliquen por qué mueren niños cuando bandas rivales se enfrentan en nuestras calles?

¿No le parece a usted, colega Diputado, que el país se merece saber por qué no se discute en la Asamblea una política petrolera que sólo ha logrado disminuir la producción de petróleo, destruir la institucionalidad de PDVSA, endeudarla y liquidar su capital humano? ¿No cree usted que Venezuela tiene derecho a discutir “razones” sobre la venta de petróleo a futuro, hipotecando al país, como nunca se había hecho antes? ¿No deberíamos hablar de las mal llamadas “expropiaciones” de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, o sobre el programa Siembra Petrolera, que sólo ha logrado hacernos cada día menos productivos? ¿No cree usted que bautizar una unidad productiva con el nombre del 28 de Julio, en homenaje al cumpleaños del Presidente de la República, es un acto de adulancia que causa indignación a cualquier revolucionario o a cualquier ciudadano?

¿No cree usted, señor Presidente, que tener la tasa de inflación más alta de Latinoamérica, y una de las más altas del mundo, con un régimen de control de precios y de control de cambios, debería de ser objeto de debate en la Asamblea Nacional? ¿Será acaso, señor Presidente, que le tienen miedo a las “razones” y que no hay cómo explicar porqué con un precio del barril de petróleo superior a 100 dólares se sigue endeudando al país? ¿No le parece a usted que debe investigarse la forma como se maneja la mitad del ingreso público a través de fondos que no están sometidos a control alguno?

¿No le parece, estimado colega, que la situación carcelaria amerita discusión? ¿No cree usted que la situación de hacinamiento y de permanente violación de los derechos humanos amerita una mejor solución que congelar el ingreso de presos a los penales? ¿No piensa usted que lo ocurrido en El Rodeo amerita una investigación de la Asamblea? ¿No estamos necesitando “razones” en torno al problema de la inseguridad?

¿No estima usted necesario debatir pública y abiertamente nuestra relación con Cuba? No le parece que sería bueno debatir sobre el contrato de cedulación o sobre la injerencia cubana en los registros y notarías, o sobre la presencia de oficiales cubanos en la Fuerza Armada; o sobre las importaciones trianguladas a través de Cuba que encarecen la vida de los venezolanos; o sobre convenios que mucho aportan a los hermanos Castro y muy poco a Venezuela? ¿Habrá “razones”?

¿Cree usted lógico, honorable colega, que la Asamblea haya aprobado más de 90 créditos adicionales en lo que va del año, por un monto total que supera el 36% del Presupuesto 2011, sin que el Presidente del Banco Central y los ministros que van a manejar el dinero comparezcan a la Comisión de Finanzas para explicar de dónde viene el dinero, cómo lo van a gastar y por qué hace falta agregar gasto a lo previsto en la Ley de Presupuesto?

Sería hacer esta carta muy larga el seguir enumerando temas que deberían ser debatidos y problemas que deberían ser investigados. Podría hacer una lista larguísima de los temas que hubiéramos debido debatir en estos seis meses. El Presidente de la República tiene razón: el país necesita razones.

En seis meses la Asamblea no llegó a realizar 10 debates. ¿Está usted satisfecho, señor Presidente, con ese desempeño?

Personalmente creo que no. Usted ha declarado que la Asamblea debe cumplir sus funciones, que debemos sesionar todos los días, por la mañana y por la tarde. Que para eso nos pagan. Haga buenas sus palabras, señor Presidente, pero no con paños calientes y de última hora que sólo conducen a la improvisación. Estudie por qué la Asamblea no rinde.

Yo le sugiero cuatro respuestas:

1) La Asamblea no rinde porque el Reglamento Interior y de Debates, aprobado por el Parlamento fenecido se lo impide. ¿Cree usted lógico, señor Presidente, que una Asamblea saliente, cuyos miembros en su mayoría no fueron reelectos, podía regular la marcha del Parlamento que el pueblo acababa de elegir? ¿Cree usted que es honesto pagar a los diputados por un tiempo completo que se reduce a una sesión semanal y a una reunión de comisión? De no haberse producido la reforma arbitraria del Reglamento Interior y de Debates, la Asamblea hubiese efectuado 66 sesiones ordinarias.

2) No producimos resultados porque la función legislativa le fue delegada al Presidente de la República por esa misma Asamblea, no sólo por el tiempo que le quedaba de existencia, sino por más de un año de nuestro mandato. ¿En conciencia, señor Presidente, comparte usted ese despropósito? ¿Está usted de acuerdo que, con la excusa de las lluvias, se haya privado a la Asamblea de la real potestad legislativa? ¿Sabe usted que en este período que concluye, el Presidente ha dictado 16 decretos con fuerza y rango de Ley mientras que la Asamblea sólo ha sancionado dos leyes?

3) No puede funcionar la Asamblea cuando toda su estructura secretarial y administrativa está férreamente controlada por “comisarios políticos” que atropellan a los empleados y sólo están al servicio de una parcialidad. No puede funcionar la Asamblea cuando sus medios de comunicación, ANTV, la Radio y la Página Web han sido transformados en pasquines al servicio de un partido y son totalmente ajenos a la pluralidad del Parlamento.

4) La Asamblea no cumple con la Constitución y con la Democracia porque los diputados que la manejan no ven en ella un sitio de encuentro, de diálogo y de trabajo provechoso para el país. Es una concepción excluyente y sectaria, propia de los regímenes fascistas en los cuales sólo se acepta la sumisión al caudillo y se estigmatiza y condena a los que tienen el atrevimiento de disentir, a los que pretendemos esgrimir “razones”.

Desde la instalación de la Asamblea, la oposición ha presentado los siguientes proyectos:

· Ley de Reforma Parcial de la Ley de Alimentación de los Trabajadores. Presentado por los diputados Alfredo Ramos, Andrés Velásquez, Américo De Grazia y Luís Edgardo Mata.

· Ley para la Recuperación de las Empresas Básicas de Guayana. Presentados por los diputados Enrique Márquez, Alfonso Marquina, Elías Matta, Enrique Catalán y Stalin González.

· Ley de Aumento General de Sueldos y Salarios Presentados por los Diputados Andrés Velásquez, Américo De Grazia, Luís Mata y Alfredo Ramos.

· Ley que Otorga Beneficios a los Trabajadores y Trabajadoras de las Misiones Sociales, Presentado por el diputado Ismael García y los diputados de la “Bancada de la Unidad”.

· Ley de Amnistía y Reconciliación Política. Presentado por los diputados Eduardo Gómez Sigala, Carlos Berrizbeitia, Morel Rodríguez, Iván Colmenares, Biagio Pilieri y De Las Ciudadanas Diputadas Deyalitza Aray y Vestalia Sampedro.

· Ley de Fomento del Primer Empleo. Presentado por los diputados Julio Borges, Tomás Guanipa, Juan Carlos Caldera, Richard Mardo, Gustavo Marcano, Francisco Soteldo, Juan Pablo Patiño, Fernando Peña, Alejandro Romero, Richard Arteaga, Eduardo Marin, Rafael Guzmán y de las ciudadanas diputadas Dinorah Figuera y Amaiza Tamburrini.

Ninguno de estos proyectos ha recibido atención alguna por parte de la Asamblea. Créame, señor Presidente, que entiendo que la mayoría no tiene por que someterse a los dictados de la minoría ni aprobar sus propuestas, pero sí está en la obligación de discutirlas y argumentar su rechazo. Dar y oír “razones”.

Esta situación, señor diputado Fernando Soto Rojas, es de su responsabilidad. Usted fue elegido para dirigir un Parlamento, no un caja de resonancia del Ejecutivo o del PSUV. ¿Por qué no abordamos el próximo período de sesiones de manera distinta? ¿No le parece que deberíamos empezar por un debate sobre la ausencia de debates? ¿No cree usted que el país necesita razones?

A la espera de su pronta respuesta, quedo de usted manifestándole mi sentimiento de respeto y consideración,

Atentamente,

MARIA CORINA MACHADO

Diputada por el Estado Miranda

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