Francisco Alarcón
Como El Fantasma “saldrá” en todas partes y su imagen se hará más interesante para los comic sans. El candidato del PSUV persistirá pero como actor ausente sin la peculiar petulancia, hasta que desvanezca
Viendo la forma como ahora el candidato oficialista se dirige a las “masas” a través de Twitter e interviniendo fugazmente en la televisión oficial. Nos recuerda aquel personaje de las tiras cómicas “El Fantasma”, que de madera muy seria resolvía todos los problemas imponderables que le pudieran ocurrir, fue precursor de la ubicuidad e Internet. Seguíamos sus divulgaciones semanales con interés y fruición, lograba lo que antes no pudieron hacerlo otros y se adelantó al ciberespacio. Así es y será el resto de campaña electoral de Chávez entre fábulas en Internet tratará de mantenernos ocupado sin que lo logre, su imagen será cada vez más vetusta y sus apariciones raras con una enfermedad no certificada y con distintas facetas, unas veces hinchado y pringoso y otras no. Empero, afirma que pronto será un hombre nuevo y con veinte kilos menos, y lanzado desde hace tiempo para su tercer periodo en contra todos los pronósticos y realidades cognoscitivas.
En cuanto a promesas y propósitos no ha cambiado; reactivó “las misiones” y los becarios bullen los días de cobros en los bancos del Estado siendo una manera de tratar de amarrar votos. Se convenció que las casas ofrecidas no se construirían antes del 2012, pero se implica en un nuevo gobierno a impulsar un plan masivo de viviendas, todo es singular como si no hubiese gobernado durante trece años y no fuera el responsable de la tragedia que sucede en Venezuela. Reconoce lo que antes negó exasperadamente como fue su descuido por el sistema eléctrico, afirma que hoy si sabe disponer y de ello nadie está seguro ni siquiera en su entorno. Su interés mayor es mantenerse en Miraflores y en eso le va la vida. Su enfermedad sigue siendo paradójica y de su propia programación como quien crea una alegoría para beneficiarse de ella; las quimioterapias se realizan por entregas, ni antes ni después sólo en los momentos de mayor tribulación para el país. Sus ministros paulatinamente van cediendo ante su ausencia y se atreven a hablar de dialogo con sectores de la disidencia, o en atender las constantes manifestaciones aunque nada significativo haya ocurrido con este régimen sectario. El talante del candidato- presidente será cada vez más virtual y su gente de confianza tendrá que enderezar cuantiosísimos entuertos para que materialice su participación en la futura contienda electoral. No basta con adelantar las elecciones el tiempo obra en su contra y muy pocos creen en la figura legendaria de quien otrora fue el caudillo de la “revolución”. Su campaña tendrá que ser virtual y será la impar carta que podrán jugarse los camaradas ante la ausencia de un liderazgo alterno. Es la figura “insuperable” que se erigió para representar a la “revolución” aunque se encuentre disminuido, no hay luz para enarbolar otra aspiración. Así funcionan los regimenes marxistas y en esta oportunidad deberán aceptar la mesmedad de su postulante que no sabemos si recibirá igual acogida en los sectores populares. Como El Fantasma “saldrá” en todas partes y su imagen se hará más interesante para los comic sans. El candidato del PSUV persistirá pero como actor ausente sin la peculiar petulancia, hasta que desvanezca. El Fantasma alcanzaba sus objetivos imponiendo la justicia y utilizando la omnipresencia. Por supuesto, los fines eran otros y vivir en la selva no le impedía desempeñarse en el mundo real, y resolver finalmente cualquier fatalidad por intricada que fuera. Fidel Castro en Cuba no quiso jugarse el papel de fantasma y se vio obligado en ceder el poder a su hermano.
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