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Venezuela no puede renunciar a la salida soberana al Atlántico

Lunes, 26 de septiembre de 2011

El historiador Manuel Donis afirma que Venezuela puede desconocer la solicitud de Guyana de extender la plataforma continental hasta 350 millas

El anuncio de la canciller de Guyana, Carolyn Rodrigues, de que en abril de 2012 su país solicitará a la ONU la extensión de su plataforma continental, según la Convención sobre el Derecho del Mar, de 1982, desató preocupación en la academia del país. El silencio del gobierno de Hugo Chávez sobre el tema ha aumentado esa inquietud.

Manuel Donís, director del Instituto de Investigaciones Históricas padre Hermann González Oropeza de la UCAB, es una de las voces que exige una respuesta a lo que considera un intento de Guyana por desconocer la reclamación sobre el Esequibo. Afirma que Caracas tiene que protestar lo ocurrido, llamar a Georgetown a alcanzar una solución y a mantener su interés por extender su salida al océano Atlántico.

­¿Cómo afecta al diferendo el hecho de que Guyana solicite la extensión de su plataforma continental? ­Porque Venezuela reclama parte de la plataforma continental, el mar territorial y la zona exclusiva. De alguna forma, Guyana desconoce la reclamación del territorio y se puede interpretar que el Gobierno lo permite. Según el Acuerdo de Ginebra, de 1966, cada vez que algo se decide debe tener la autorización, el permiso y el conocimiento de Venezuela. Por eso la preocupación. Uno se pregunta: ¿Venezuela entregó la reclamación? ¿Hay un acuerdo bajo la mesa firmado entre los gobiernos?

­¿Qué le hace pensar eso? ­La actitud de Venezuela, el silencio de la Cancillería. Me preocupa que Guyana lleve la iniciativa absoluta en el tema y que el Gobierno sólo diga que está en manos del buen oficiante de la ONU. No es una respuesta satisfactoria.

­¿Cuáles son los intereses que el país pone en juego? ­Venezuela necesita ampliar su salida al Atlántico, tener acceso directo al Atlántico y al Caribe oriental, y que se satisfaga el Acuerdo de Ginebra, que indica que debe haber una solución práctica de la controversia. Aquí se hizo daño desde los años setenta cuando se les dijo a los venezolanos que se quería reclamar los 159.500 kilómetros cuadrados de territorio. La posición de la Cancillería era el interés en el Cuyuní, en la zona norte de la salida del Atlántico, y en el mar territorial, plataforma continental y zona económica exclusiva. ¿Cómo es posible que entreguemos nuestros principales argumentos y mecanismos de negociación? ¿Qué quiere el Presidente? ¿Que Guyana nos apoye en foros internacionales? ¿A cambio de qué? ¿De un proyecto personal? Eso es traición a la patria.

­¿Qué parte del territorio debe reivindicar Venezuela? ­El Acuerdo de Ginebra habla de una solución práctica, se podría decir: "Me interesa la parte norte, la zona entre la desembocadura de los ríos Cuyuní y Mazaruni". También puede decirse: "Quiero la salida al Atlántico, con tantas millas náuticas de plataforma continental, mar territorial o zona exclusiva", o "Queremos explorar de forma conjunta los yacimientos de oro, cobre, bauxita, zinc, uranio y los recursos petroleros en la zona en reclamación y frente a sus costas". ¿Qué está en juego? Más de 159.500 kilómetros cuadrados que sirven para negociar.

­¿La solución para Venezuela es insistir en el reclamo de una parte o de todo el territorio del Esequibo? ­La salida al Atlántico, arreglos en tierra; siempre en función de interés nacional. El Acuerdo de Ginebra indica implícitamente que tenemos razón en la reclamación.

­Guyana alega que no hay reclamación. ­Ellos han pedido que demostremos la nulidad del Laudo de París, de 1899. Venezuela creyó que con la reclamación, que está desde 1899, teníamos la razón. Después del congelamiento del protocolo de Puerto España, el que ocupa el territorio es Guyana, lo ha desarrollado y solo hay una respuesta venezolana cuando pretenden hacer algo. Ellos tienen la ventaja de poseer el territorio. Por eso Raúl Leoni decidió en 1968 contrarrestarla con mayor presencia en su mar territorial.

­La canciller Rodrigues dijo que habló con Trinidad y Tobago, Surinam y Barbados. ¿Por qué no con Venezuela? ­Guyana ha manejado al Caricom. Ha tenido excelentes relaciones al punto de que cuando Chávez inició su gobierno y fue a Jamaica, la organización, en apoyo a Guyana, cuestionó la soberanía venezolana en Isla de Aves, que viene dada de un laudo de 1865. Los buenos oficiantes han estado ligados al Caricom.

­¿Por qué Venezuela lo ha aceptado? ­La historia dice que no hemos tenido la capacidad para responder de manera efectiva. Es verdad que cuando se han propuesto individuos de otras latitudes Guyana se ha negado.

­¿El no habernos consultado nos permite desconocer la decisión? ­Por supuesto, apelando a los artículos 4 y 5 del Acuerdo de Ginebra. En teoría, el acuerdo es ley de la República; en la práctica, Guyana ocupa el territorio, ejerce acto de soberanía, explota y viola el acuerdo.

Tenemos que responder.

­¿De qué manera? ­Con una nota oficial de protesta; preguntando qué ocurrió con el Acuerdo de Ginebra.

­El canciller Nicolás Maduro dijo que las controversias se tratarán con el buen oficiante. ­No es suficiente. Hay que presionar, oficializar nuestro desagrado. Entablemos un diálogo con Guyana para invitarla a ser realista y buscar una solución práctica y estemos atentos a la explotación petrolera.

­¿Sabe si ha habido negociaciones en los últimos años? ­No lo sé.

­¿Un gobierno debe negociar de manera secreta o de espaldas al país un tema territorial? ­Los países serios discuten esos temas en petit comité.

Una vez que se toma la decisión se hace una consulta pública para ver si se aprueba.

­¿A qué atribuye el silencio de Venezuela? ­No lo sé. El presidente Chávez empezó muy bien, pero en 2004 hubo un cambio. Uno se pone a pensar qué pudo pasar.

­¿Pesa que el ex embajador de Guyana Odeen Ishmael dijera en 2007 que el Gobierno de Venezuela debe renunciar al reclamo por ser socialista y antiimperialista? ­No lo sé. El interés nacional debe estar por encima de la ideología. Si ese fuera el argumento, por qué regalar territorio. Es evidente que hay un cambio; nadie en Cancillería responde si antes Chávez no da la orden.

­¿Cómo nos afecta que el Presidente haya dicho que la reclamación responde a un interés imperial por derrocar un gobierno de Guyana? ­El silencio vale en política exterior; hay aquiescencia.

­¿Sería positivo ganarse la voluntad de la gente del Esequibo? ­Sí. Habría que comenzar por darles cédula. Tenemos entre 60.000 y 70.000 esequibanos en el país; no se les puede tratar como extranjeros

aavellaneda@el-nacional.com

"Hombres aman a su país no porque sea grandioso, sino porque es de ellos."

Seneca

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