13/11/11

¡Qué vivan las misiones! de Francisco Alarcón



Chávez en su empeño por disociar a la sociedad venezolana, repite persistentemente que si la oposición llega a ganar las elecciones en los comicios del 2012, serán eliminadas las misiones, cuestión que resulta un adefesio. Las misiones no pertenecen al ingenio chavista ya ellas existían cuando él llegó, quizá con otras denominaciones pero que cumplían los mismos cometidos en la ayuda familiar. Además estaba el excelente Plan de Becas Gran Mariscal de Ayacucho, escuelas de música y orquestas, entre otros. Las becas Gran Mariscal de Ayacucho dieron sus frutos y aun continúan dándolos, pero tristemente se pierden para el país, porque muchos de sus egresados se encuentran actualmente allende de nuestras fronteras, realizando laudables labores en otros lugares.

Seguramente, habrá modificaciones y mejoras en esas becas para elevar sus rendimientos, igual que en las últimas “ediciones” de universidades de dudosas reputaciones y con breves aspersiones académicas, o en la improvisación de la medicina y de los médicos. Empero, los CDI instaurados por Chávez deberán ser reformados, comenzando por el material humano incorporando a médicos graduados en universidades nacionales, y los extranjeros que cumplan con la ley de ejercicio profesional. Probablemente, quienes hoy se encuentran al frente de los “Barrio Adentro” les cueste regresar a su país de origen y se hallarán en mejores condiciones, cuando Venezuela recobre su democracia. Nadie tiene que temer por la demagógica expresión de Chávez, cuando masculla que serán eliminadas las misiones, pues no, las misiones deberán continuar y el Seguro Social que tampoco es de su invención, tendrá que revaluarse para que realmente sea eficaz, esencialmente al servicio de las personas de la tercera edad o incapacitadas.



Las misiones que hay que acabar son las que atentan contra la soberanía de la Patria, regalando reales en el extranjero condenando a la indigencia a los nacionales, o cuando se obsequian plantas eléctricas en el exterior y en Venezuela se presentan fallas de electricidad en gran parte de su territorio. Todas esas misiones piratas inventadas para llenarles los bolsillos a los boliburgueses y a sus socios de afuera, tendrán que terminarlas. La compradera de chatarra bélica a los rusos y de autos que no sirven a los iraníes, también deberán ser proscritas y desconocidos los tratados internacionales que no se ajusten a las leyes, sino que sirvieron para enriquecer a unos cuantos sinvergüenzas.

Venezuela será otra, cuando la misión del pueblo se enrumbe en sacar a Chávez, y cuando funcione esa nueva generación de compatriotas, llevándola hacia el recuentro y prosperidad. Esta misión será determinante para el futuro de la nación y de sus habitantes, las demás no corren riesgo alguno de desaparecer; nada que ande debe erradicarse, lo que debe extirparse es ese cáncer invasivo llamado “revolución” y que terminó siendo la mayor artería en la historia del país, y en trece años está acabando con todo.

Los compatriotas en el momento de votar no deben temer vayan a ser excluidos, si en Venezuela se origina un cambio; inversamente la experiencia “revolucionaria” ha sido tan infausta”, que quienes lleguen estarán obligados en recuperar esa tierra donde gratamente quepamos todos. Y viendo las proximidades navideñas, donde podamos deferir esas tradiciones compartiendo San Nicolás con El Niño Jesús entre gaitas y villancicos. Degustando las hallacas y el pan de jamón en una gran familia llamada Venezuela.

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