18/12/11

¿LEY DE PRECIOS QUÉ…?

Que el Estado tiene el deber de regular el mercado para impedir el abuso de los fuertes contra los débiles es una responsabilidad que nadie niega, sin embargo los excesos del Estado centralista y planificador de la economía, en esa labor regularizadora, suelen generar efectos contrarios como corrupción, mercado negro, escasez y su perverso efecto que afecta solamente a los más pobres: La inflación, que en Venezuela bate records mundiales.


El alerta de un director del Banco Central no debe ser tomado a la ligera por el gobierno, pues, a pesar de su filiación chavista, la lucidez lo obligó a declarar que esta “es una Ley que hay que evaluar muy bien, hay que aplicarla muy bien, porque si no se hace de esa manera puede convertirse en un búmeran”, es decir que existe preocupación en el propio entorno gubernamental por la sanción de una ley de características ideológicas – “una norma “vital” hacia el proyecto socialista” - que en lugar de favorecer a los más pobres, como pretende justificar el discurso político del régimen, puede derivar en un mamotreto arbitrario que lesiones, precisamente, los intereses salariales de ese sector de la población, ya de hecho deprimido por la ausencia de políticas públicas coherentes, que logren abatir la inflación que devora el salario.


Y es que la obsesión por controlar, centralizar y planificar todo según su convicción totalitaria, lleva a los comunistas a cometer dislates risibles pero trágicos, que derivan irremediablemente en su fracaso histórico, hacia donde dirige Chávez sus naves por el odio que destila por la empresa privada y su capacidad productiva – aliada formidable del éxito de Lula da Silva en Brasil y de todos los países citados por Chávez en su declaración de guerra contra la producción nacional de bienes y servicios - exponenciada por el estrepitoso fracaso de sus intentos de emularla, a la cual no le basta con asfixiar con el control de cambio y su mercado paralelo forzado ni con la aplicación de impuestos que ya alcanzan el 50% de los ingresos empresariales, ni con las multas y cierres – doble y triple pena con el escarnio público – sino que ahora, manipulando el sentimiento popular por la dificultad para encontrar productos de primera necesidad en los anaqueles de los mercados y el alza de precios derivados de la asfixia gubernamental por el exceso de controles y cargas impositivas, le atribuye la culpa – definiéndola como “especuladora” - de las consecuencias naturales de su mala praxis económica, sancionando una ley que impone precios mediante la discrecionalidad de una Superintendencia ad hoc, que no revela los mecanismos metodológicos que aplicará para configurar el precio final de un producto, sino que este será fijado a ojo de buen cubero, con el garrote en la otra mano - artículo 24: La Fuerza Armada Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana, serán órganos auxiliares del Sistema Nacional Integrado de Costos y Precios.


Quiebra y cierre, o viceversa, con desempleo es lo que se avizora en el horizonte empresarial criollo, para alegría del capitalismo transnacional, que se frota las manos a la espera de la inmensa masa de divisas que le llegará por obra y gracia de la estupidez comunista, que no escarmienta en cabeza ajena, por lo que será escarmiento para cabeza ajena a partir del próximo – cada día más próximo para su desesperación – 7 de octubre de 2012.


Así lo creo yo


La experiencia obtenida a través de doce años de abundante legislación inoperante - sobre todo por la comprobada ineficacia del funcionariado chavista de todo orden y pelambre que a su conjuro oxida todo lo que cae en sus manos o lo transmuta en ¿cuánto ha pa´eso? - nos permite aseverar que esta ley es inaplicable y no pasará la prueba del tiempo, ya que no existe capacidad técnica ni metodológica para emprender esta gigantesca operación de detección de datos de millones de productos, análisis de las estructuras de costos de producción con su ingrediente de porcentaje de importación, o de capital en divisas, además de la revisión de inventarios y nuevas facturaciones y comparación de precios con los estándares internacionales, por lo tanto esta es otra de las danzas del vientre de Hugo Chávez para encantar las masas y conseguir sus voticos para su ansiada reelección – la palabra de la Parca vaya adelante - endilgándole de paso su ineficiencia generadora de inflación a un supuesto “poder monopólico o monopsónico” cartelizado, acaparador y especulador, que debe ser bien “monopsónico” para permanecer durante doce años en las sombras especulando como le ha dado la gana produciendo casi 800% de inflación, mientras Chávez se miraba el ombligo, hasta que… ¡eureka!... la campaña electoral lo tumbó del caballo en el camino hacia Cuba y zass… se la comió... Para 2012 no habrá inflación… Sí, oh.

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