Chacumbele no sólo designó minpopodefensa al general Henry Rangel Silva sino que lo colocó al abrigo de toda crítica. Esta, por definición, para Chávez, constituye un ataque. Y un ataque a Rangel Silva es un ataque nada menos que a toda la FAN.
Ahora bien, Chávez, si Rangel Silva pronuncia una frase sediciosa anunciando que la FAN no acatará ningún resultado electoral que no sea tu reelección y cualquier venezolano que revire contra esa frase, absolutamente anticonstitucional e ilegal, ¿estaría atacando al general y por ende a la FAN? ¿Lo has colocado también por encima de la Constitución? O sea, que el susodicho tiene una suerte de patente de corso para emitir opiniones francamente contrarias a la Constitución, otorgada nada menos que por el Comandante en Jefe de la FAN. En su discurso para el Guinnes había asegurado, siete veces en su perorata de más de 9 horas, que la FAN se cuadrará ante quien gane las elecciones presidenciales.
Con esas palabras desmentía implícitamente a Rangel Silva. ¿Cómo interpretar este doble lenguaje? ¿Un rasgo de maquiavelismo, para endulzarle la píldora al general, después que lo dejó colgado de la brocha en relación con sus palabras golpistas? ¿O es que Chávez se niega a sí mismo con el espaldarazo a Rangel, asume las frases de este y lanza al pipote de la basura las que él mismo pronunciara unos días antes? Vaya uno a saber. Pero lo cierto es que lo dicho, dicho está, y Chávez, más allá del blindaje con el cual pretende forrar a Rangel Silva, ha sentado una suerte de doctrina: la FAN obedecerá la voluntad del pueblo.
Esa es la frase que importa.
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