23/1/12

MUD, POLITICAS PUBLICAS

"Lo único que queremos es que Venezuela funcione"
Entrevista a Pedro Benítez, Coordinador de Políticas Públicas de la MUD,

Hugo Prieto|ÚN.-Después de un arduo trabajo, que implicó reuniones con partidos políticos y personalidades con experiencia en diversos temas, la Mesa de la Unidad le propone al país los lineamientos para un programa nacional de gobierno, en un documento que suscribirán mañana los seis precandidatos de la oposición. Pedro Benítez, coordinador de políticas púbicas de la MUD, afirma que "no se trata de patentar la rueda, ni la invención del agua tibia, lo único que queremos es que Venezuela funcione; hacer las cosas que un país tiene que hacer para funcionar". Benítez traza una raya y advierte: "es un programa radicalmente opuesto al gobierno de Hugo Chávez", aunque la propuesta no incluye desmontar los programas sociales del actual gobierno.

¿Qué evaluación han hecho de la situación económica de Venezuela?
El régimen de Hugo Chávez es un fracaso total. Este es el gobierno que ha tenido más recursos en la historia republicana de Venezuela, del siglo XIX para acá. Además, ha tenido poderes ilimitados para cambiar la Constitución, el nombre del país, esos cambios cosméticos, pero no ha podido resolver los grandes problemas: ni los que heredó ni los que se han agravado ni los más recientes, que han aparecido. No se trata de si hay buenas o malas intenciones, sino de que el modelo que se ha pretendido imponer es un fracaso, entre otras cosas, porque es centralista, arbitrario, de improvisación continua, de caprichos, cuyo único objetivo es concentrar el poder absoluto en un solo individuo.

¿Hacía donde están mirando ustedes? ¿Cuál es el modelo que pudiera encajar en Venezuela?
No hay un dilema entre socialismo y capitalismo. Ese dilema también se resolvió, tanto en el pensamiento político como en la práctica. Los 30 países con mayor Índice de Desarrollo Humano tienen una coincidencia: son democracias representativas, con una fuerte participación popular. Además, tienen instituciones fuertes. Son países que han entendido que hay ciertos aspectos sociales de los cuales el Estado se tiene que ocupar, que no todo se lo puedes dejar al mercado. De hecho, ese es el gran debate que hay en Europa. El Estado tiene que atender la infraestructura y la seguridad social, tiene que ocuparse de que la salud y la educación sean gratuitas y de calidad para todos los ciudadanos. Esas son las metas del mundo moderno y lo que nosotros estamos planteando, simplemente, es que Venezuela tiene que dar los primeros pasos para incorporarse a ese mundo moderno.

¿Podría enumerar algunos de esos pasos?
Si no tenemos un sector privado que genere puestos de trabajo, que invierta, que cree empleo, no vamos a progresar. Si no modernizamos el Estado para que sea más eficiente, con funcionarios públicos mejor preparados y mejor pagados, no vamos a funcionar. Si no descentralizamos la administración pública, que los problemas se resuelvan donde se originan, si no le devolvemos las competencias y recursos que la Constitución les da a municipios y estados, no vamos a ser eficientes. Eso es lo que han hecho los países que han tenido éxito. Esa es la agenda que nosotros le estamos proponiendo a Venezuela.

Uno de los grandes déficit de la democracia venezolana es la falta de transparencia. No de ahora, sino del pasado. No hay mecanismos legales e institucionales que permitan advertir si las cosas funcionan o no, tal como usted lo plantea.
Número uno. Hay que restablecer los mecanismos de la democracia venezolana: que el elector, a través de su voto premie o castigue. Es el primer control que tiene que haber. En Venezuela, a partir de 2000 para acá, todo eso se ha desvirtuado, entre otras cosas, porque el chavismo ha montado toda una maquinaria para impedir que ese mecanismo funcione. Segundo, la opinión pública. El gobierno no puede perseguir la libertad de prensa o acosar a los medios de comunicación, con eso no vas a resolver los problemas, más bien los está tapando. Número tres, que sí es una falla del pasado, en Venezuela hace falta un poder judicial, transparente y profesional. Eso es fundamental para que investigue y sancione. Nuestra propuesta institucional está haciendo mucho énfasis sobre esa debilidad. Un poder judicial que no responda ni a las presiones políticas ni a las presiones económicas.

El modelo brasileño se ha convertido en una especie de aviso luminoso. ¿Qué puede hacer Venezuela para sacar a millones de personas de la pobreza? ¿Qué puede hacer para tener una democracia vigorosa? Por mencionar dos pilares del modelo que impera en ese país.
Como Brasil, como Chile, como Uruguay y como los países que están avanzando, Perú y Colombia. ¿Qué es Brasil? Una democracia en la que hay división de poderes y una fuerte competencia política. Un modelo descentralizado, donde los municipios y estados tienen mucho poder, mucha fuerza; una economía de mercado, abierta a la inversión privada, nacional y extranjera; con reglas claras. Pero ellos entendieron que eso no es suficiente, que hay una gran deuda social y un sector de la población que si no lo atiendes con programas sociales, no para que se mantengan pobres, sino para que salgan de la pobreza, no vas a resolver el problema.

¿Cómo se estructura esa alianza? ¿Cómo se convence a la gente para que identifiquen los problemas de la deuda social, que son variados y cuantiosos, y trabajen en su solución?
Para ganar tenemos que estar unidos, pero no somos únicamente una alianza electoral. Tenemos un proyecto de país. En 2009, por ejemplo, la Mesa constituyó una comisión política. De ahí surgieron 100 Soluciones para la Gente y 23 puntos para la Agenda Parlamentaria, de cara a las elecciones legislativas de 2010. Posteriormente, la Mesa se reorganizó y esa instancia se convirtió en la Comisión de Políticas Públicas. En el marco de la precampaña, se incorporaron los jefes de programas de cada uno de los partidos de oposición y así mismo se creó una unidad técnica que recoge la opinión de más de 300 profesionales de altísima calificación. Del trabajo de esa dos instancias, una política y otra técnica, surgió este papel de trabajo, que hemos denominado Documento y Lineamientos Programáticos para un Programa de Unidad Nacional, que suscribirán mañana los precandidatos de oposición.

¿Es un modelo similar al de la Concertación en Chile?
Sí, eso es correcto.

¿Por qué no se lo anuncian al país en esos términos?
Mañana vamos a tener el acto donde se lo vamos a presentar formalmente al país. El 26 de diciembre pasado se firmó el acuerdo de gobernabilidad. Y mañana vamos a presentar el contenido programático de ese plan. La MUD y los partidos que estamos allí nos trazamos una ruta para relevar al gobierno de Chávez por la vía pacífica, electoral, democrática, cívica y política, en el marco de la Constitución. Esa es nuestra ruta y está es la propuesta. Vamos a tener un candidato unitario y un programa también unitario.

¿De largo plazo?
Estamos frente a una grandísima oportunidad, y lo hemos planteado varias veces, para que alrededor de grandes temas de políticas públicas se llegue a grandes acuerdos nacionales. En materia educativa, de salud, de petróleo, de infraestructura y vivienda. Los países que han tenido éxito es porque han tenido continuidad administrativa, no importa el color del partido que venga.

Aquí hay un gran problema de credibilidad, porque hay caras nuevas, pero no hay ruptura con el pasado, con las siglas de lo que se ha denominado aquí la IV República.
La democracia es obra de los seres humanos y por tanto son defectuosas, pero a diferencia de los gobiernos autoritarios, la democracia tiene la posibilidad de perfeccionarse. Hemos advertido varias cosas en este trabajo ¿De dónde viene el sistema eléctrico que tiene Venezuela? ¿Qué gobiernos crearon Guri, además de toda la infraestructura eléctrica que hay en el país? ¿La infraestructura sanitaria? ¿Las empresas de Guayana? ¿Eso de dónde apareció? ¿De la nada? No. De varias generaciones de venezolanos que hace 40 ó 50 años tuvieron una visión, un proyecto político. Allí está la obra de la democracia venezolana. ¿La vamos a dejar perder? No estamos ante un dilema entre pasado y futuro, sino entre democracia y autoritarismo, entre atraso y progreso, entre tiranía y libertad.

¿Por qué el gobierno se apropia de los programas sociales y le dice a los venezolanos que la oposición no tiene ideas?
A todos los precandidatos les he escuchado propuestas, de distinto tipo, sobre temas sociales. La mesa está proponiendo unos lineamientos generales sobre política social. En Venezuela, esas políticas no las inventó este gobierno. Ya previamente existían programas que, por cierto, Brasil y México han aplicado. El programa de cuidado diario para las madres trabajadoras, el programa materno infantil para la alimentación, fueron los núcleos de unos programas que se han desarrollado con muchísimo éxito en Brasil. Son programas que inventamos los venezolanos. ¿Qué ocurrió? En 1998, el gobierno de Chávez los desmanteló. Lo que no va a hacer el gobierno de unidad nacional es desmontar los programas de este gobierno. Pero sí le vamos a cambiar el criterio, porque la idea es darle a la gente herramientas para que aprenda a pescar, no darle el pescado permanentemente para mantenerlos en la pobreza.

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