15/1/12

PDVSA: el silencio de los coprolitos frente al desastre

Ahora calla, antes chillaba contra PDVSA
El Universal de hoy trae una noticia que hace 30-40 años hubiera causado una gran conmoción en Venezuela: ocho fallas operacionales en las refinerías venezolanas en un mes. La noticia es la siguiente:
“De acuerdo con los reportes de los trabajadores petroleros y a los comunicados de Petróleos de Venezuela, desde diciembre de 2011 hasta la fecha se han sucedido al menos ocho fallas en las refinerías El Palito (de 140 mil barriles diarios de capacidad), Amuay (de 645 mil barriles diarios), y Cardón (de 310 mil barriles).
El 5 de diciembre se reportó una parada de emergencia en la unidad de coquización retardada (CRAY) de la refinería Amuay, causada por la solidificación de material de coque en las líneas de la unidad. Y casi en simultáneo a este evento se reportó una paralización de la unidad destiladora (planta II) también de la refinería Amuay. A raíz de ello, se detuvo la producción de kerosén y de los destilados parafínicos destinados para la planta de lubricantes. Al día siguiente, el 6 de diciembre, se conoció de una falla en la unidad de coquización retardada en la refinería Cardón, originada por una falla en una de las bombas de la planta. El evento comprometió la producción de nafta, butano y propano, y el procesamiento de crudo en las plantas de Destilados y Catalítica.
La planta del complejo de lubricantes Cardón se paralizó el 24 de diciembre por una falla en la bomba GA-1, afectando la obtención de aceites. El 3 de enero Pdvsa anunció que realizaría una parada de cinco días en la unidad de Craqueo Catalítico Fluidizado (FCC) de la refinería El Palito para corregir una falla en el Sistema de Válvulas Deslizantes. El viernes 6 de enero se produjo la explosión del horno F-301 en el complejo reformador de la refinería Cardón, afectando la producción de naftas y gasolinas de alto octanaje para exportación. Y en la noche de ese día una falla eléctrica en la planta Genevapca dejó sin energía a la planta catalítica en Cardón. Y el lunes de esta semana salió de funcionamiento la planta-2 (PVAY-2) de la unidad de Destilación en Amuay. La falla se produjo por la rotura de un tubo del horno F-100. EJT”.

En la Venezuela de los 1980’s el menor problema que apareciera en PDVSA era motivo de profusos comentarios y críticas de la opinión pública. Una “colita” en un avión de PDVSA generaba voces de indignación de los Gonzalo Barrios, los Siuberto Martínez o los Radamés Larrazabal. La izquierda de Mieres, Losada Aldana y Mendoza Potellá tronaba contra los gerentes venezolanos “vendidos” a las transnacionales, como lo sigue haciendo un tal Rafaél Quiróz (no confundirlo con Alberto Quirós) desde su “cátedra” universitaria.

Hoy hay un casi total silencio frente al desastre de PDVSA. Comida podrida por toneladas, robos y asaltos a mano armada a los fondos de pensiones, gabarras hundidas, taladros chimbos, contratistas fantasmas, Danny Glover, el sinverguenza de Zelaya y hasta Naomí Campbell viajando en los aviones de PDVSA, reservas fraudulentas, refinerías colapsadas, subasta de la Faja a los Chinos, liquidación de activos en el exterior, peculado de uso a todos los niveles de la empresa y del ministerio.
Y nadie dice nada, todos callan. Se murieron o se cansaron los patriotas, los extremistas y los anti-imperialistas, de hablar pendejadas. Ahora si están contentos con el desastre actual. Quienes ayer criticaban la paja en el ojo ajeno callan ante la tremenda viga en el propio. Y los patéticos restos de la Venezuela democrática, esos coprolitos de AD, Copei , MAS y URD, así como los duros de matar del comunismo internacional, andan arrastrándose por allí, mendigando favores del gobierno o dedicados a arrullar a sus nietos en silencio cómplice. Para ellos todo está “excesivamente normal”, famosa frase del hampón que firma sus crónicas excrementicias como Marciano. Ese era otro que hablaba pendejadas de la PDVSA que si funcionaba y ahora guarda silencio frente al desastre que se come a lo que queda del país.
Fauna indecorosa, sangre de esclavos.

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