“La fulana descentralización nos ha hecho mucho daño”. “La meritocracia jamás volverá a Venezuela”.
Estas son dos de las más recientes barrabasadas del gorila.
La descentralización simplemente es lo opuesto a la centralización del poder y de la toma de decisiones, lo que practica el gorila. Cntralización conduce a la dictadura. Según su criterio solo el gorila puede tomar decisiones en nuestro país, solo el gorila puede gobernar a Venezuela. Por el contrario, la descentralización significa poner la toma de decisiones en manos de aquellos quienes están más cerca del problema, significa delegar en quienes conocen mejor la situación esa toma de decisiones. Por eso USA ganó la segunda guerra mundial y Japón perdió. Era una democracia en acción, con toma de decisiones descentralizadas, frente a un imperio que creía en la divinidad de Hiroito, con rígidas estructuras de mando incapaces de reaccionar con agilidad.
Que podrá saber el gorila sobre la situación de las calles de San Fernando de Atabapo, o sobre las cloacas de Apartaderos si ni siquiera sabe lo que pasa en su casa, donde sus familiares se abanican con dólares? Que sabrá de como balancear un presupuesto nacional, estatal o municipal, cuando afirma que 8x7 son 52?
La descentralización es uno de los principios básicos de la buena gerencia pero no se ha hecho la miel para la boca del gorila. Este no gerencia, da órdenes atropelladas, contradictorias, que le salen del hígado.
Por su parte, la meritocracia, concepto que tanto odia, es un principio inobjetable en todos los ordenes de la vida en sociedad. Se trata de reconocer y premiar a los mejores. Sobre ese principio se basa toda sociedad efectiva. Si usted se destaca surge en la organización o en la sociedad, si usted se esfuerza ello es reconocido. Si usted se educa y es responsable tendrá el reconocimiento a sus esfuerzos. Al denigrar de este concepto el gorila nos dice que lo único esencial para el es la lealtad incondicional, no importa las cualidades de la persona. Eso lo lleva a rodearse de aristóbulos y cilias, giordanis y loyos, narcogenerales, adulantes, ladrones, limosneros y parásitos. Con esa corte de los milagros cree poder construír una Venezuela digna cuando lo que hace es destruírla.
Nunca ha estado más claro el deslinde entre las dos Venezuelas: la Venezuela del gorila, ferreamente centralizada, del despotismo que premia la sumisión, por un lado y la Venezuela educada, democrática, descentralizada y meritocrática por el otro. La elección no es difícil!
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