26/2/12

La guerra con Irán y su repercusión en América Latina


BRECHNER
José Brechner
La agresión iraní contra el mundo está en un punto sin retorno. Si Occidente no se defiende ahora, la guerra con los ayatolas será nuclear.

Barack Obama quiere retardar el enfrentamiento pues teme que afecte negativamente a su campaña presidencial. El Nobel de la Paz Sin Motivo, no está dispuesto a tomar el riesgo de perder los votos de sus amorosos seguidores pacifistas.

Niccolo Machiavelli dijo: “Un príncipe no debe tener otro objetivo o pensamiento, ni debe tomar ninguna otra cosa para su estudio que la guerra, su organización y disciplina, porque ese es el único arte necesario para quien comanda”.

Obama tiene ego de príncipe pero nada de estadista. Obsesionado por ser querido por los enemigos de América, está escapando del compromiso con Israel, Arabia Saudí, Jordania, Qatar, Bahréin, los Emiratos y demás blancos de los iraníes para brindarles apoyo militar efectivo, pues éste significa participación directa en la batalla.

En su elocuente disertación sobre el conflicto, el sensato líder del mundo libre dijo que Israel va a atacar a Irán entre abril y junio. Al iluminado Comandante en Jefe se le olvidó dar la fecha y hora.

Desde entonces, Irán está realizando ejercicios militares y haciendo demostraciones bélicas. La teocracia amenazó con usar medidas preventivas que podrían significar un ataque a Israel.

Si dicho ataque llega a efectuarse, Israel obviamente se defenderá. A Jerusalén le conviene que la guerra se dé en este momento, pues con la debilitante descomposición o recomposición interna que sufren Egipto, Siria, Libia, es dudoso que los árabes quieran inmiscuirse en este revuelo.

En un inapropiado nivel militar, algunos jefes del ejército norteamericano, sorpresivamente están adoptando posiciones acordes con las ansias políticas de Obama de demorar el duelo.

En contraposición a lo que dijeron hasta ahora: que Irán está a un paso de convertirse en una amenaza nuclear, indicaron que todavía le falta uno o dos años más para lograrlo. Perorata esta que venimos escuchando hace cinco años.

Israel, cuya existencia se encuentra en juego, no puede darse el lujo de someterse a las especulaciones o intereses ajenos.

Para realizar un ataque seguro sobre las fuerzas iraníes, Israel debe enviar más de 100 aviones a una distancia de 1.500 kilómetros. Misión difícil pues la autonomía de vuelo de los F-15i y F-16i los obliga a recargar combustible en el aire.

Por primera vez, Israel precisa del apoyo físico norteamericano, mas nada indica que la Casa Blanca asuma decididamente su obligación de aliado, aunque repite que todas las opciones están en el tapete y la Quinta Flota se encuentra a un salto de Teherán.

Veremos que acontece en dos semanas, después de las conversaciones entre BO y Bibi en Washington.

Mientras se intensifica el despliegue de tropas iraníes y norteamericanas en el Estrecho de Ormuz y el Golfo Pérsico, Hezbolah-Latinoamérica con cuartel en Venezuela; se mueve en el Cono Sur, traficando armas, drogas, entrenando guerrilleros y tramando atentados terroristas.

Hace tres semanas se atraparon a tres miembros de esta organización en el sur argentino. Los sinuosos turistas planificaban ataques a entidades judías y mochileros israelíes.

La embajada iraní en Caracas es la más grande, numerosa y mejor pertrechada del globo. El Demente Coronel, más cercano al panteón que a la reelección, no se irá de este mundo sin obtener la gloria de provocar algún lio magistral. Éste puede incluir el emplazamiento de misiles apuntando al Tío Sam.

Todos estos años de tortura a los venezolanos para solidificar el modelo neocomunista no serán tirados por la borda por más que Chávez pierda en el voto popular. Su Ministro del Interior, el delincuencial Tarek el Aissami, podría llegar a imponer una dictadura férrea, pues los sondeos le dan la victoria a Henrique Capriles, el candidato opositor.

Si Capriles gana y no le entregan el poder, Estados Unidos deberá intervenir para poner orden en Venezuela y en el resto de la región, que sufrirá el efecto dominó de la caída chavista. La desaparición de Chávez más por Muerte que por Revolución, despertará el posible apoyo a los dictadores por parte de la OEA y por supuesto de la ALBA.

La poca libertad que todavía se respira en Latinoamérica va a desaparecer del todo, a menos que se le ponga freno a los ayatolas, pues los bolivarianos se alimentan tácticamente de éstos. Por primera vez Estados Unidos va a tener que volcar los ojos con seriedad a su patio trasero. La guerra en el Medio Oriente se ha convertido en la guerra de todos debido a la incursión islamista en el subcontinente que opera impunemente bajo el regazo de sus aliados izquierdistas.

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