El escenario político de 2012 no puede ser más ominoso para el oficialismo bolivariano. Por primera vez, en más de una década, la oposición venezolana reúne el mayor número de factores imprescindibles para perfilar una opción electoral de triunfo. Otros factores endógenos y exógenos, algunos fortuitos, pero todos concurrentes fortalecen la propuesta opositora y debilitan la bolivariana.
Las primarias excedieron las expectativas y contra todos los pronósticos oficialistas se eligió un candidato unitario con un inédito número de votos. Independientemente de estos esfuerzos la realidad es terca y la enfermedad del presidente es un componente que continuará generando incertidumbre, debilitando la estrategia oficialista y mejorando en consecuencia la propuesta opositora. En estas circunstancias la dinámica política es de sobra conocida. Los acomodos y reacomodos, preceden a desgarramientos como el del gobernador de Monagas. Nada nuevo.
Para complicar aún más el escenario electoral de los bolivarianos, en EEUU también tiene lugar un proceso electoral presidencial y allí la política exterior es un tema de mayor relieve que en Venezuela. Como se sabe, en tiempos en que era más productivo ser enemigo de EEUU, el presidente Chávez lo designó el enemigo número uno en su lista. EEUU no ha llegado a tanto pero oficiosamente el gobierno bolivariano ha sido “a pain in the ass” para los demócratas y un “peligro claro y presente” para los republicanos. Como en cualquier parte del mundo, los procesos electorales gringos también crispan los ánimos y el tema Cuba-Venezuela, por obra de los influyentes republicanos de origen hispano, ha devenido en un “hot issue”. Mitt Romney, el probable triunfador de la nominación republicana, ha respondido a esta influencia y se ha comprometido públicamente a “arremeter” en caso de triunfar, contra los regímenes de Venezuela y Cuba, a cuya alianza calificó como “maligna”.
En este formato, congresistas impusieron al Departamento de Estado la obligación de investigar las relaciones de Irán con América Latina y no es un secreto que en el extenso expediente de inteligencia se incluye la conspiración que involucró a diplomáticos de Venezuela, Irán, México y Cuba. En nombre de algunos congresistas que apoyaron esta decisión, Ros-Lehtinen prometió en Miami que “Romney luchará contra los esfuerzos despóticos de Castro y Chávez”.
Irán y Siria
Los antecedentes diplomáticos de EEUU demuestran que el pragmatismo de la política exterior de EEUU responde a una rígida interpretación del realismo político y no se conmueve con sentimentalismos. Pocos aliados de EEUU alcanzaron la importancia estratégica de Irán con el Shah de Irán. No obstante una vez defenestrado del poder por la revolución islámica, el gobierno prohibió continuar el tratamiento de cáncer en Nueva York que gracias a las gestiones humanitarias de Henry Kissinger y David Rockefeller, había iniciado. El Shah y su familia debieron refugiarse en la isla panameña de Contadora, concedida por el dictador Manuel Noriega.
¿Se podría esperar un mejor trato al presidente Chávez o a sus allegados? Si bien las acciones que se están considerando contra el presidente Chávez son un tema de rumor en Washington (el Departamento de Estado no quiere que se le asocie a una “estrategia de hiena”), indicios apuntan a que las circunstancias negativas que vive el régimen bolivariano y el presidente Chávez son vistos por los “duros” y halcones del establecimiento estadounidense como incentivos para intensificar la guerra silenciosa.
El propio gobierno bolivariano ha contribuido a justificarlas. Sus incomprensibles alianzas con Irán y Siria, donde el interés venezolano está ausente, sólo dejan margen para concluir que lo que los anima es un anacrónico antiamericanismo. Que China y Rusia protejan sus intereses en Irán y Siria, es comprensible. El apoyo logístico de Venezuela a Irán y Siria no tiene contraprestación material. Un caso extraño de geopolítica incluso en los estándares de personalismos exacerbados.
Mientras tanto, para el regocijo de Henrique Capriles, la distracción del oficialismo en atender los ataques exógenos será mayor. Roger Noriega es sólo uno de los que ha asumido esta confrontación de forma abierta y sin esguinces, otros están detrás de bastidores con el propósito de aprovechar a fondo estos factores concurrentes que hacen del gobierno bolivariano un ente con una capitis diminutio, como llamaban los romanos a los sometidos a un proceso judicial en inferioridad de condiciones.
Sin contar que, a esta madeja bolivariana, se podría agregar los que muchos consideran como una inminente intervención armada en Siria y/o un conflicto en Irán, tema de otro análisis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario