16/5/12

Fernando Londoño Hoyos sobrevive al terror


Los terroristas fallaron en sus pretensiones de darle muerte aunque si lograron acabar con la vida de dos de sus escoltas
Las esquirlas se alojaron entre el corazón y los pulmones, gracias a la cirugía se han podido extraer
 Las esquirlas se alojaron entre el corazón y los pulmones, gracias a la cirugía se han podido extraer

Por Martha Colmenares
 
Fernando Londoño Hoyos sobrevive al terror. El ex ministro de Interiores cuando la primera gestión de Alvaro Uribe vive de milagro. Objetivo de  un atentado en Bogotá perpetrado por los terroristas de las FARC (así lo confirmo el general Luis Eduardo Martínez, comandante de la Policía), resultó herido, no sabemos que secuelas puedan dejarle las esquirlas que se alojaron  entre el corazón y los pulmones, que gracias a la cirugía se han podido extraer.  Un artefacto explosivo fue puesto en su camioneta y activado. Los terroristas  fallaron en sus pretensiones de darle muerte aunque si lograron acabar con la vida de dos de sus escoltas, causar además decenas de heridos en estado grave y cuantiosos destrozos.

Quienes lo admiramos nos sentimos conmocionados por lo ocurrido a este hombre  siempre presente por la causa de la justicia, la democracia y las libertades, de convicciones, sin tapujos, con una grandiosa capacidad de oratoria como pocos colombianos, y también con “habilidad para convencer”, algo que leí sobre su trayectoria, muy acertado por cierto.

Si  por algo es reconocido Fernando Londoño, es por su firmeza frente al terrorismo, a pesar de las amenazas. Hace tres años cuando se encontró  un computador a guerrilleros criminales de las FARC, en uno de los documentos incautados se  mencionaba que Fernando Londoño debía morir. El lo denunció con gallarda valentía en su artículo (lo publiqué en mi blog
 
)Condenado a muerte, entonces me conmovió, hoy me indigna, la indulgencia que se pretende con esta banda de narcoterroristas que tanto daño ha causado. Decía una de sus partes:

“La fe en Dios hace al hombre invulnerable al miedo y hasta insensible al dolor de la despedida. Es tan poco lo que dejo y tanto lo que espero, que siento defraudar a mis asesinos. Porque ni les temo ni los odio y esa forma de desprecio será el más duro castigo para su iniquidad. He descubierto también que no hay nada en el universo que se parezca al amor. El que he sentido de los míos, de mis amigos y de gente que nunca conocí, no solo es consuelo suficiente sino premio inmerecido. He comprendido, igualmente, que la plena conciencia del deber y la justicia vuelve al hombre inútil para la fuga y aun para la súplica. Tengo la esperanza de que al quedarme evitaré el destierro de muchos otros. Que al no silenciarme cobarde reemplazaré muchas voces que se apagan en silencios inútiles”.

Una vida en peligro, sin embargo, en su transcurrir las denuncias son expuestas con el coraje acostumbrado, desde su tribuna radial, ese formidable programa de radio “La Hora de la Verdad”, así como en sus artículos, y no se le escapa una.  Los últimos dos editoriales de su programa por ejemplo,  los  de este lunes 14 de mayo, y el del martes 15 de mayo minutos antes del atentado, me llaman la atención:

En primer lugar,   el relacionado al Marco Jurídico para la paz II
 
, expresaba su preocupación por el que pudiera ser aprobado un proyecto  de Reforma Constitucional que pretende darle “facultades al fiscal general de la nación y al presidente de la República para que procedan a lo que se llama priorización y selección y de los casos y de las personas autoras de esos casos que a su juicio merezcan el esfuerzo del Estado para buscar una condena. Los demás, los que no queden seleccionados entre la fiscalía y el gobierno nacional quedan perdonados”. Lo cual a su juicio, significaría la total impunidad para las FARC, su libertad absoluta, que celebrarán con el presidente Santos y sin intervención del congreso, limitado apenas a dar un “visto bueno”. 

Lo grave, lo condenable, es que  a pesar del atentado terrorista, a la Cámara no le tembló el pulso para aprobar el  tal  marco legal  y los únicos que salen con ganancias aquí son los narcoterroristas FARC.

Otro asunto inconveniente para la banda y sus aliados, es con motivo de lo que él llama “montaje”, en relación al “tinglado de la farsa para la liberación del francés Langlois. Un periodista  muy de izquierda que ha participado en muchos actos en los que casualmente siempre interviene la gente de las farc. Pero pues no tenemos elementos de juicio que nos permitan decir que el señor Langlois es miembro de las farc, simplemente es un simpatizante de extrema izquierda, le parece que los muchachos de las farc como le parece también a la Corte Suprema de Justicia obran por altruismo, es decir que son una especie de Robín Hood que le están robando a los ricos de Colombia para dárselo a los pobres…”.

Oportuno resaltar el llamado caso de los “paracachitos”, hoy reivindicado a raíz de las confesiones del ex magistrado chavista del tribunal Supremo de Justicia, Aponte Aponte, al reconocer que se trató de un montaje como así lo denunciaba  Londoño entonces, porque me dejó una experiencia aleccionadora: la del hombre que no abandona a sus conciudadanos.
Me complace poder decir que para entonces, 2004 al 2006,  se trató el tema, el de estos muchachos  colombianos que fueron encarcelados por varios años acusados por el delito de rebelión militar, acusados de paramilitares, quienes dieron testimonios de las torturas que padecieron para que señalaran a oficiales de las fuerzas armadas venezolanas. Atento estuvo cada semana, cada actuación del tribunal para darles apoyo. Vía telefónica participé en aquellos programas a los cuales fui gentilmente invitada, era emocionante escuchar su vehemencia,  la comprensión absoluta de lo que a miles de kilómetros ocurría en una sala de juicio o en una  cárcel militar venezolana. Ya luego, recientemente,  ha sido muy grato cuando hemos tratado los asuntos electorales en Venezuela o sobre los presos políticos.

La noticia está en las primeras planas de los medios colombianos y del mundo, impactada la comunidad internacional por lo ocurrido que deja  una ola de conmoción y angustia, en  un país, donde se comenzaba  a sentir destellos de paz por la política de seguridad implantada por el entonces presidente Álvaro Uribe,  y de pronto, ahora, se nota una especie de camino de regreso, donde la banda pareciera andar a sus anchas…

http://diariodeamerica.com/front_nota_detalle.php?id_noticia=7281 

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