Estoy de acuerdo
con los deseos del chofer. Como lo podemos hacer? Parecería muy sencillo. Se trata
de emitir un boletín serio firmado por los médicos quienes tratan al paciente,
en el cual se diga, exactamente, la naturaleza y pronóstico de la enfermedad que
aqueja al paciente.
Eso es todo.
Mientras esto no se haga persistirán las especulaciones sobre la salud del
paciente. Estas especulaciones o versiones de terceros quienes observan la situación
y obtienen información, buena o mala, de diversas fuentes dentro del mismo
círculo castrocubano , lo muestran como muy seriamente enfermo. A solidificar
esa matriz de opinión ha contribuído poderosamente la conducta del mismo
paciente, quien en las últimas apariciones se ha mostrado lloroso, apesumbrado,
como despidiéndose.
Y esta conducta propia
de quien se despide corre en paralelo con su manejo del régimen desde La Habana,
por “twitter”. Piensa el chofer que esta es una manera razonable de gobernar un
país? Y corre en paralelo con otra pretensión aún más irracional: ser
re-elegido por cinco años más. Piensa el chofer que esta ambición de
re-elección es apropiada para quien parece cantar : “Adiós muchachos, ya me voy
y me despido”?
Si el paciente
sabe que puede vivir en buena salud otros cinco años más, que sus médicos lo
digan y lo firmen. Pero si ello es improbable, seguir llamándose presidente y
gastar miles de millones de dólares y endeudar al país para hacer elegir un
cadáver, sería un acto de traición a la nación. Venezuela esperaría candor y
nobleza de parte de un líder, no lloriqueos, teatro y guabineo del paciente o “boletines”
emitidos por la adiposa ex - esposa, como el que aparece hoy en ND.
Anímese Maduro. Viva su apellido y dígale a su jefe que
sea sincero con la nación. Que haga como
el Quijote, quien vivió loco y murió cuerdo
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