Un funcionario iraní vinculado con el programa de
misiles balísticos de ese país es una de las piezas clave de un misterioso
proyecto militar venezolano que el presidente Hugo Chávez develó como una
fábrica de aviones no tripulados, pero que autoridades estadounidenses creen
que podría tratarse de eso, y de algo aún “más inquietante”.
Documentos obtenidos por El Nuevo Herald y fuentes cercanas
a la situación revelaron que el proyecto venezolano de aviones no tripulados
-conocido como M2- está a cargo del ingeniero de la Guardia Revolucionaria
iraní, Ramin Keshavarz, quien previamente trabajó en una de las compañías de
defensa del país islámico que fueron sancionadas internacionalmente por su
presunta relación con el programas de misiles.
“El trabajó antes en el programa de misiles de Irán. Fue el
designado por AIO [Aeronautic Industry Organization] para que fuera a Venezuela
a gerenciar el proyecto de la construcción de las instalaciones”, dijo una de
las fuentes consultadas que habló bajo condición de anonimato.
El AIO es una unidad del DIO (Defense Industry Organization),
compañía que a su vez es propiedad del Ministerio de Defensa de Irán y que es
la responsable del programa misilístico de Irán.
Las autoridades estadounidenses también están investigando
las operaciones de Parchin Industries en la localidad de Morón, en Venezuela.
La empresa iraní es la responsable de elaborar el combustible que emplean los
misiles de mediano alcance desarrollados por el país islámico.
Parchin, AIO y DIO se encuentran en la lista de empresas
sancionadas como parte de los esfuerzos de Estados Unidos y de Europa de
detener el programa iraní de desarrollo de armas nucleares.
Algunos de los documentos obtenidos por El Nuevo Herald
muestran que Keshavarz efectivamente está a cargo del Proyecto M2, nombrado “M”
en referencia al modelo de avión no tripulado Mohajer iraní.
Uno de ellos se trata de una carta dirigida a Keshavarz,
como gerente del proyecto, y a Abbas Fallah, director comercial de la
Organización de Industrias Aeronáuticas de las Fuerzas Armadas (AIOAF), en la
que un subcontratista venezolano solicitaba un incremento en el pago que tenía
que recibir debido a un aumento en los precios de los materiales de
construcción.
Hasta hace muy poco, las autoridades estadounidenses que
investigaban el proyecto ante la posibilidad de que incurra en violaciones de
las sanciones impuestas contra Irán, habían detectado seis modelos diferentes
de aeronaves no tripuladas que estarían siendo importadas al país.
La información recabada por las autoridades apunta a la
existencia de seis modelos diferentes de aviones no tripulados: Arpía, Arpía 2,
Aguaitabo, Justiciero, Vengador y Venezolano.
Uno de ellos fue mostrado el miércoles pasado por Chávez en
reacción a las revelaciones publicadas poco antes por el diario ABC de España,
sobre la existencia de las aeronaves.
“Es para la defensa de nuestro país”, expresó Chávez.
“Ahora, que Estados Unidos diga que Venezuela hay que
vigilarla porque está haciendo, no pierdan su tiempo. Es posible, es probable,
que dentro de poco salga que esos aviones tienen una bomba atómica en la
punta”, dijo irónicamente el gobernante.
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