Stratfor: Venezuela: La Elección Presidencial y las Bases de Apoyo de Chavez
Traducción TB
El
Presidente de Venezuela Hugo Chavez ha regresado a Venezuela luego de
haber recibido en Cuba la sexta ronda de radiación contra el cáncer
abdominal. Debido a que el sistema de gobierno creado por Chavez depende
mayormente de su supervisión personal, la preocupación por la salud de
Chavez presenta dudas sobre si Venezuela tendrá una transición pacífica
luego de las elecciones presidenciales el 7 de octubre.
Probablemente
la elección marcará un período de transición para el gobierno de
Venezuela independientemente del resultado. Aunque pareciera que el
Ministro de Relaciones Exteriores Nicolás Maduro sería el sucesor de
Chavez en el caso que el presidente no pudiera ser el candidato a una
re-elección, el Gobernador de Miranda Henrique Capriles Radonski ha
librado una campaña presidencial efectiva aunque modesta, mostrándose
como el candidato viable de la oposición. Quien quiera que resulte
electo presidente, tendrá que mantener la estabilidad en medio de varios
retos importantes.
Una
transición pacífica es posible, pero el riesgo de inestabilidad
seguiría latente. La placidez de la transición dependerá de la manera en
que el próximo líder de Venezuela maneje las estructuras claves de
apoyo del régimen de Chavez – apoyo popular, ingresos petroleros, el
estamento militares, las fuerzas de seguridad no militares y el gobierno
Cubano.
Análisis
La
vida o muerte de una persona, aunque se trate de un jefe de estado,
raramente cambia las fuerzas que propulsan al país. Pero la razón que
más aporta a la incertidumbre que rodea a las próximas elecciones
presidenciales en Venezuela, es el grado en que Chavez ha permeado el
sistema político del país.
Cuando
Chavez llegó al poder en 1999, redefinió el sistema político en
Venezuela dejando completamente por fuera de la estructura de poder a
los dos partidos políticos tradicionales y colocando en los puestos
claves a sus seguidores incondicionales. Desde entonces Chavez ha
mantenido un sistema de gobierno que depende netamente de su
participación personal. Para garantizar el poder, Chavez ha construido
un sistema de estructuras de apoyo que se adversan mutuamente, a fin de
poderlas enfrentar una contra la otra, si una de ellas se tornara
demasiado fuerte. Existen cinco estructuras de apoyo.
Los Cinco Pilares
Apoyo Popular
El
primer pilar de apoyo es la aceptación popular del gobierno venezolano.
A pesar del centralismo tradicional de los gobiernos Venezolanos, los
regímenes inevitablemente han servido a las masas. (Inclusive los
militares, en ocasiones, antes de entrar en conflicto con los gobiernos
civiles, prefirieron esperar hasta contar con la aprobación popular).
Chavez alcanzó su gran popularidad debido a las circunstancias
económicas y políticas existentes antes de su llegada al poder.
Aprovechando
el alza en los precios del petróleo de los 70 y 80, Caracas aumentó su
gasto público considerablemente para satisfacer las exigencias
populistas de un país sub-desarrollado. Durante ese período, la
corrupción plagó al gobierno y la inflación se elevó a niveles
insostenibles. Caracas trató de enfrentar estos problemas mediante una
reforma neoliberal, que incluyó la eliminación de subsidios y aumento de
impuestos. La respuesta más dañina a estas reformas fue el Caracazo,
que se desató en respuesta a un aumento en el precio de la gasolina, y
que dejó un saldo de 300 muertos.
Chavez,
para entonces un teniente coronel del ejército venezolano, irrumpió en
la política durante un fallido golpe en 1992, que lo llevó a la cárcel.
De fácil oratoria y con gran carisma, aún frente a la derrota, Chavez
impresionó al país en un momento cuando a todas luces el sistema
político del país se estaba desmoronando. Luego de su liberación de la
cárcel, Chavez nuevamente logró el liderazgo y fue electo presidente en
1999.
Como
líder, Chavez es una fuerte figura central capaz de reinar en las
diferentes facciones venezolanas. La imagen de Chavez es la de un hombre
común , y ha creado sus políticas alrededor del alivio de la pobreza.
Los programas de salud y distribución de alimentos en las áreas de menos
recursos son sumamente populares –aunque su implementación no sea
regular.
Chavez
sigue siendo el político más popular del país. Su grado de aprobación
se ha mantenido en 50% o más, y sigue en esos niveles a pesar de los
serios problemas que enfrenta el sistema económico venezolano, que
incluye una altísima inflación, fallas eléctricas, y una escasez de los
productos básicos y de viviendas.
Ingresos Petroleros
El
segundo pilar de apoyo de Chavez es la producción petrolera. Con el
descubrimiento del petróleo en Venezuela a principios del siglo XX, el
país de inmediato y en casi su totalidad se concentró en su producción.
Desde la Segunda Guerra Mundial y hasta finales de los 90,
el país se diversificó un poco, utilizando la renta petrolera para
financiar el desarrollo de las industrias secundarias, tales como la
producción de acero y de alimentos.
Pero
desde 1999, y especialmente después de un golpe de estado fallido en el
2002, que implicó a la alta gerencia de PDVSA, Chavez despidió a la
mayoría de los trabajadores de alto rango gerencial y técnico. El
personal de PDVSA se ha duplicado desde entonces, pero la producción ha
disminuido. La producción petrolera pasó de 3.2 millones de barriles
diarios en el 2001 a un estimado de 2.4 millones de barriles diarios en el 2012.
La
baja en la producción refleja una disminución en nuevas exploraciones y
producción, así como un deterioro en la capacidad de producción en los
campos petroleros. Además, en la medida que las reservas del Lago de
Maracaibo disminuyen, la composición del petróleo venezolano se ha hecho
más pesado, lo cual aumenta la importancia de los yacimientos de la
faja bituminosa del Orinoco,
La
calidad de los yacimientos del Orinoco exige mayores niveles de
inversión, mayor compromiso por parte de los inversionistas, y mayores
niveles de riesgo. Aunque un nuevo régimen se abriera a inversiones
extranjeras, se necesitarían varios años para aumentar la producción
petrolera. Sin inversiones en el área de miles de millones de dólares,
la industria petrolera venezolana se enfrenta a un estancamiento, en el
mejor de los casos – siendo lo más probable, que sufra un declive
gradual.
En
2009, PDVSA le entregó al gobierno el 93% de sus ingresos por concepto
de impuestos, dádivas y depósitos en cuentas bancarias del gobierno. En
el 2010, le dio el 97% de sus ingresos. Es obvio que el petróleo es la
fuente de ingresos más importante de Venezuela. Aunque el país sufriera
una desestabilización luego de las elecciones en Octubre, quien ostente
el poder deberá mantener esos niveles de producción a como dé lugar.
El Estamento Militar
Los
militares tienen casi un monopolio en lo que se refiere a las armas,
con lo cual retienen una importancia considerable en cualquier escenario
de transición o de desestabilización. Los militares han participado en
tres golpes fallidos desde 1992. En cada caso, las fuerzas armadas
buscaron generar un apoyo popular frente a un cambio de régimen o
trataron de capitalizar un descontento general. Las intentonas fallaron
en parte porque no había suficiente apoyo político para producir un
cambio de gobierno, y los militares en sí no estaban lo suficientemente
unidos frente a la intentona.
Para
minimizar la amenaza que representan las fuerzas armadas, Chavez ha
mantenido a los militares altamente divididos. Es más, su participación
en el crimen organizado, la polarización política, y las divisiones
regionales han dejado a los militares fracturados y débiles. Es posible
que los elementos dispares dentro de las fuerzas armadas fallaran en sus
cálculos antes de las elecciones, llevándolos a actuar en contra de
Chavez antes de que éste hubiera perdido por completo su legitimidad.
Este es un peligro en potencia, especialmente entre los líderes
militares que se sienten amenazados por sanciones internacionales en su
contra y que dependen del régimen actual para protegerlos de una
extradición. Frente a este escenario, los choques entre las diferentes
facciones militares no deben descartarse por completo.
El
resultado más probable es que los militares apoyarán, o por lo menos se
rehusarán a participar en un gobierno civil, a menos que la seguridad
pública se desestabilice por completo.
En
casos anteriores de descontento general, los militares se mantuvieron
fuera del conflicto hasta estar seguros que el gobierno habría perdido
su legitimidad. A pesar del riesgo de fragmentación interna, los
militares se verán obligados a intervenir si la seguridad pública se
viera comprometida debido a los resultados electorales. (La seguridad
pública se pudiera ver perjudicada si Chavez pierde las elecciones, gana
una re-elección pero queda incapacitado o le entrega el poder a un
gobierno inefectivo). Se dice que las facciones dentro del estamento
militar han estado elaborando diferentes planes para enfrentar semejante
eventualidad, aunque los mismos aún no resultan muy claros.
Fuerzas Auxiliares de Seguridad
Las milicias bolivarianas y la Guardia Nacional
son las fuerzas secundarias militares a tomar en cuenta en el caso de
una transición. Las milicias bolivarianas fueron creadas como un
mecanismo para contrarrestar a los militares y fueron organizadas por
organizaciones vecinales en ciudades y pueblos de toda Venezuela, además
son la póliza de seguro contra cualquier golpe militar. Recientemente,
Chavez le ha dado prioridad a las facciones de la Guardia Nacional y las ha colocado bajo su control inmediato.
Al
crear grupos armados, que apenas tienen una leve conexión con las
fuerzas armadas, Chavez logró que cualquier acción directa en contra del
gobierno sea más riesgosa y aumentó las posibilidades de que cualquier
amenaza contra su gobierno desate una violencia generalizada. El hermano
del presidente y Gobernador de Barinas, Adan Chavez, de forma tácita
acepta el uso de estas milicias al decir que sería imperdonable que el
gobierno se limitara sólo a lo electoral, y que no considerara cualquier
otra forma de lucha, incluyendo la lucha armada.
Pero
la utilidad de estas milicias es limitada. Aunque los militares tienen
un control estricto de la mayoría del armamento que emplea las milicias,
no resulta muy claro cuál es el grado de control real que tienen de las
armas y su distribución.
El Gobierno Cubano
Cuba
juega un papel importante en mantener a Chavez en el poder, y actúa
como un observador fiel y externo de los asuntos políticos en Venezuela.
El ex-presidente cubano Fidel Castro ha sido el mentor personal de
Chavez y éste se ha beneficiado de los servicios de inteligencia de un
ente extranjero cuyo interés principal es mantener el flujo de petróleo
barato, para maniobrar y manejar la situación altamente traicionera de
la política nacional. Es probable que los cubanos estén dispuestos a
cooperar con quien ostente el poder en Caracas. Sin embargo, los dos
gobiernos están conectados ideológicamente. Cuba puede estar preocupada
porque la elección de un presidente más pragmático afectaría el flujo de
casi 90.000 barriles de petróleo subsidiado que recibe a diario.
Cuba
no tiene mucho poder sobre Venezuela fuera del convenio que tiene con
el régimen de Chavez. La participación que tenga el gobierno cubano en
el gobierno venezolano se ve con mucho escepticismo en todo el país. Sin
embargo, los cubamos mantienen muchos aliados en Caracas. Cualquier
cambio de régimen implicaría una evaluación del flujo de petróleo hacia
Cuba, y una decisión en ese sentido generaría un debate –y hasta quizás
un revuelo —entre la élite política.
Debido
a la posición del gobierno, el Ministro de Relaciones Exteriores tiene
una relación personal muy cercana con el régimen cubano. La Habana
sabe pueden contar con Madura para la continuidad de las relaciones
bilaterales, y lo que es más importante, con el suministro de petróleo.
Capriles no está ligado al régimen cubano, pero ha prometido continuar
con los despachos de petróleo hacia Cuba. Sin embargo, a los cubanos sin
duda alguna les preocupa que si la victoria electoral fuera para
Capriles, perdieran al benefactor venezolano de la isla.
Venezuela: The Presidential Election and Chavez's Bases of Support
Venezuelan President Hugo Chavez has returned to Venezuela after reportedly undergoing his sixth round of radiation therapy for abdominal cancer in Cuba.
Because the system of governance Chavez created depends largely on his
personal oversight, Chavez's health concerns have cast doubt on whether Venezuela will undergo a peaceful transition after the Oct. 7 presidential election.
The
election likely will mark a transitional period for the Venezuelan
government regardless of the outcome. While Venezuelan Foreign Minister
Nicolas Maduro appears to be Chavez's successor in the event the
president does run for re-election, Miranda department Gov. Henrique
Capriles Radonski has waged a modestly effective presidential campaign,
showcasing himself as a viable opposition candidate. Whoever becomes president
will have to maintain stability amid several outstanding challenges.
A peaceful transition is possible, but the risk of instability remains. It is the manner in which Venezuela's
next leader deals with the Chavez regime's key support structures --
popular support, oil revenue, the military, non-military security forces
and the Cuban government -- that will determine the placidity of the
transition.
Analysis
The
life or death of a single individual, even a head of state, rarely
changes the forces driving a country. But the degree to which Chavez has
permeated the political system is the main contributor to the
uncertainty surrounding the impending Venezuelan presidential election.
When Chavez came to power in 1999, he redefined Venezuela's
political system by ignoring the two-party power structure and placing
his own loyalists in key positions. Chavez has since maintained a system
of governance that depends heavily on his personal involvement. To
retain power, Chavez constructed a system of mutually adversarial
support structures against which he can pit one another if one becomes
too strong. There are five such support structures.
The Five Pillars
Popular Support
The
first pillar of support is popular acceptance of the Venezuelan
government. Despite the traditional centrality of Venezuelan
governments, regimes inevitably serve at the pleasure of the masses.
(Even the military at times has awaited public approval before clashing
with the civilian governments.) Chavez's popularity was a product of the
economic and political circumstances that preceded his rise to power.
Using oil revenues from price spikes in the 1970s and 1980s, Caracas
rapidly expanded government expenditures to satisfy the populist
demands of an underdeveloped country. During this period, corruption
plagued the government and inflation rose to untenable levels. Caracas
attempted to address these issues through neoliberal reform, including
eliminating subsidies and raising taxes. The most damaging response to
the reforms was the 1989 riots, known as the Caracazo, which were
triggered by a rise in the price of gasoline and left an estimated 300
people dead.
Chavez,
then a lieutenant colonel in the Venezuelan army, made his entrance
into politics during a failed coup attempt in 1992, for which he was
jailed. Well-spoken and charismatic even in defeat, Chavez impressed Venezuela
at a time when the country's political system clearly was breaking
down. After his release from prison, Chavez again sought leadership of
the country and was elected president in 1999.
As a leader, Chavez is a strong central figure capable of reining in Venezuela's
various factions. Chavez's persona is that of the common man, and he
has built his policies around poverty alleviation. Programs that
distribute food and health care in poor areas are highly popular -- even
if they are inconsistently implemented.
Chavez
remains the most popular politician in the country. His approval rating
usually is 50 percent or higher and has remained consistent despite
serious problems in Venezuela's economic
system, including consistently high inflation, basic goods shortages,
the rising frequency of electricity failures and rampant housing
shortages.
Oil Revenue
The second pillar of Chavez's support is oil production. With the discovery of oil in Venezuela
in the early 20th century, the country immediately and almost entirely
became focused on its production. From World War II to the late 1990s,
the economy diversified somewhat, using oil money to finance development
of secondary industries, such as steel and food production.
But
since 1999, and particularly after a failed coup attempt in 2002 that
involved senior management from state-run oil firm Petroleos de
Venezuela S.A. (PDVSA), Chavez fired most of PDVSA's higher-level and
technically skilled workers. PDVSA's staff has since doubled, but output
has declined. Oil production dropped from a high of 3.2 million barrels
per day (bpd) in 2001 to an estimated 2.4 million bpd in 2012.
The
decline in production reflects a decline in new exploration and
production, as well as a deterioration of production capacity at extant
oil producing facilities. In addition, as reserves in the Maracaibo region are depleted, Venezuela's oil composition has become heavier and sourer, making bitumen deposits in Orinoco even more important.
The quality of the Orinoco
deposits requires greater levels of investment, greater commitment from
investors and a higher level of risk. Even if a new regime invited
substantial amounts of investment, an increase in oil production would
take several years to achieve. Without tens of billions of dollars in
investment, Venezuela's oil industry faces stagnation at best; more likely, it will decline gradually.
In
2009, PDVSA gave 93 percent of its income to the government through
various taxes, grants and deposits into government accounts. In 2010, it
gave 97 percent of its income. Clearly, oil is Venezuela's
most important source of revenue. If the country were to destabilize
after the October election, continued output would be a political
imperative for whoever is in power.
The Military
With
its near monopoly on arms ownership, the military is a critical
consideration in any transition or destabilization scenario. The
military has been involved in three failed coups since 1992. In
each instance, elements of the military either sought to generate
public support for regime change or attempted to capitalize on existing
unrest. The attempts failed in part because there was not enough
political support for a change in government, and the military itself
was not united behind the effort.
To
minimize the threat posed by the armed forces, Chavez has kept the
military highly divided. Indeed, involvement in organized crime,
political polarization, poor staffing and regional divisions have left
the military fractured and weak. It is possible that the disparate
elements of the military could miscalculate ahead of the election,
moving against Chavez before he has lost full legitimacy. This is a
particular danger among military leaders who are under international
sanctions and rely on the current regime to protect them from
extradition. In this scenario, clashes between different military
factions should not be ruled out.
The
most likely outcome is that the military will support, or at the very
least refuse to involve itself in, a civilian current government unless
public security completely destabilizes.
In
past instances of unrest, the military abstained from conflict until it
was sure the government had lost legitimacy. Despite the risk of
internal fragmentation, the military will be compelled to intervene if
public security is compromised by the outcome of the election. (Public
security could be jeopardized if Chavez loses the election, wins
re-election but becomes incapacitated or cedes power to an ineffective
government.) Factions within the military have reportedly been making
plans for such an eventuality, though those plans are not clear.
Auxiliary Security Forces
Bolivarian
militias and the National Guard are secondary military forces that must
be considered in the event of a power transition. Built as a tool to
counterbalance the military and organized by neighborhoods throughout
Venezuelan cities and in the countryside, the Bolivarian militias are
one of Chavez's insurance policies against a military coup. More
recently, Chavez has prioritized factions of the National Guard and put
them under his direct control.
By
creating armed groups with only a faint connection to the armed forces,
Chavez has made any direct action against the government more risky and
has increased the chances that any threat to his government will
trigger widespread violence. The president's brother and the governor of
Barinas department, Adan Chavez, tacitly condoned the use of these
militias by saying it would be inexcusable for the government to limit
itself only to the electoral and not look to other forms of struggle,
including armed struggle.
But
these militias may have limited utility. While the military is believed
to maintain strict control over most of the weapons used by the
militias, the degree to which it actually controls arms distribution is
unclear.
The Cuban Government
Cuba plays an important role in keeping Chavez in power by serving as an outside and loyal observer of political affairs in Venezuela.
Former Cuban President Fidel Castro has even served as a personal
advisor to Chavez. Using the intelligence assets of an outside player
with a key interest in keeping cheap oil flowing has helped Chavez
maneuver carefully and manage a potentially treacherous domestic
political situation. The Cubans probably are willing to cooperate with
whoever is in power in Caracas. However, the two governments are closely aligned ideologically; Cuba
may be concerned about how the election of a more pragmatic Venezuelan
president would affect the more than 90,000 barrels of subsidized oil
that Cuba receives every day.
Cuba does not have a great deal of power over Venezuela
outside its arrangement with the Chavez regime. What Cuban involvement
there is in the Venezuelan government is viewed with deep skepticism
throughout Venezuela. Nevertheless, the Cubans maintain many allies in Caracas.
Any regime change would put the oil shipments in question, and a
decision to halt the oil shipments would certainly trigger debate -- and
perhaps turmoil -- among the political elite.
Because of his position in government, Foreign Minister Maduro has a close personal relationship with the Cuban regime. For Havana,
Maduro can be counted on to maintain bilateral relations and, more
important, oil deliveries. Capriles is not as close to the Cuban regime,
but he has promised to continue shipping oil to Cuba.
Nevertheless, the Cubans undoubtedly worry that a Capriles electoral
victory could force the island nation to lose its Venezuelan
benefactor.
VENEZUELA SANGRA...
Y no me preguntes lo que debes hacer, dime lo que estás haciendo por tu patria...
Somos la magia del verbo...
Somos tinta indeleble vertida en la sangre de un pueblo.
Hace muchos años, un 15 de agosto, en el monte Sacro de Roma, el joven mantuano y oligarca, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar
Palacios y Blanco, juró ante su maestro la libertad para su patria,
ofreciendo su vida para cumplirlo. ¡Hoy los que deberían ser servidores
públicos y garantes de ese juramento, lo pisotean! Violentando la vida,
derechos y Libertad de los ciudadanos.
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nosotros si respetaremos su Libertad. Sólo esperamos que algún
día podamos ayudarlo retransmitiendo su mensaje a miles, miles y miles
de personas encadenadas a este grupo por y para la LIBERTAD...
CON JUSTICIA Y DEMOCRACIA EN EL CAMINO DE LA LIBERTAD
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