Hace
tres dias el presidente saliente declaró:
1.
Que
no desea acabar con el sector privado;
Que bien lo disimula! Ningun régimen
venezolano ha sido tan destructor del sector privado como el suyo. Las
expropiaciones, el hostigamiento, no tienen precedente en nuestra historia.
Solo un demente puede mentir de manera tan desfachatada.
2.
Que
el es muy “autocrítico” porque “nadie es perfecto”;
Aquí hay dos evidencias de
desequilibrio. Primero nos dice que es “autocrítico” cuando la realidad es
totalmente opuesta. Este personaje nunca ha aceptado que los errores son de él
sino que se los traslada a otros, frecuentemente sus acólitos, a quienes
humilla en público, lo mismo que hacía Calígula. Luego nos dice “que nadie es perfecto”
sugiriendo que él se acerca bastante a serlo. Un caso claro de narcisismo
patológico.
3.
Que
cada falla de su gobierno es “una cachetada” para él;
Esto confirma su pretensión, arriba
mencionada, que los errores del régimen son siempre atribuíbles a otros. Dice
que siente cada error que se comete como una cachetada y, por supuesto, las
cachetadas se las dan otros, no se las da el mismo. Esta cachetadamentazón, por
cierto, lo tiene como un cacure.
4.
Que
un país se construye “con el esfuerzo de todos”.
Esta es probablemente la señal más
clara de la enajenación mental del personaje. Alguien quien tiene 14 años tratando
de erigirse, primero en presidente, luego en líder, después en monarca y,
finalmente, de emperador, habla ahora de la necesidad de que “todos” hagan su
aporte. Y, como pueden hacerlo, si el mismo orate no lo permite? Aun recuerdo como el
nombre de República Bolivariana fue rechazado casi unanimemente en la
Constituyente 98% chavista, mientras el Calígula barinense andaba de viaje y
como, a su regreso impuso ese nombre y barrió el suelo con los
constituyentistas. Y como impuso a
Ameliach en Carabobo. Y como afirma : “Solo
yo puedo gobernar a este país”.
Díganme ustedes si estas no son vainas de loco.
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