Dentro de las cosas buenas lo primero que se debe destacar es la
unidad lograda. Ese trabajo de filigrana, de profunda resistencia y
cariño tiene en Ramón Guillermo Aveledo un representante de lujo. Ramón hizo un gran trabajo… la historia se lo reconocerá.
Lo segundo es destacar el tremendo esfuerzo de un candidato
incansable. Me cuento entre quienes no votamos en las internas por
Capriles y sin embargo terminamos votándole con tremendo entusiasmo el
domingo pasado. Capriles mejoró a lo largo del camino y desarrolló la
campaña más profesional que he visto en muchos años. A él un abrazo, la
seguridad de que nunca es malo experimentar una derrota durante una
carrera política exitosa y la tranquilidad de que en una próxima vez
apenas va a tener 46 años… más o menos la edad de todos los que fuimos
señalados como viejos prematuros por muchos de los integrantes de su
círculo íntimo.
Lo tercero es el avance logrado. Se recortó la última ventaja con
Chávez, se refrescaron alianzas, se acercaron nuevos liderazgos.
Dentro de las cosas que deben ser repensadas hay varias que no puedo
dejar de decir. Me cuento entre quienes aceptábamos que el resultado iba
ser muy reñido. Pero ni en la mente más creativa ví que alguien pudiese
imaginar un resultado como el obtenido. Todavía el mismo día, encuestas
a boca de urna en las cuales creo por su profesionalismo, reflejaban un
resultado sumamente estrecho. De repente… se transmiten las
urnas… y este guamazo. Una de dos: o los sistemas de información de la
oposición otra vez fallaron o… algo inexplicable aconteció nuevamente.
¿Quién nos ayuda a entender esto?
Evidentemente, este debate se tendrá que dar a puertas cerradas ya
que el chavismo logró que muchos opositores fueran los más entusiastas
defensores
del voto blindado. Pero… aún los que avizorábamos un resultado pequeño
merecemos una explicación satisfactoria. Un mea culpa. Una
responsabilidad asumida por alguien que no fue eficiente en su trabajo
o… simplemente nos mintió.
Otro asunto que debe ser repensado
es el de zapatero a su zapato. Periodistas metidos a políticos es tan
malo como políticos metidos a periodistas o empresarios que opinan lo
que se debe hacer, pero que silencian voces y le coquetean al poder.
Nuevamente quedó eso en evidencia. Yo, por ejemplo, abogo porque todos
volvamos a nuestros quehaceres… aunque sigamos pensando igual.
Que sigamos participando… pero cada quien en su frontera.
Otra cosa que debe ser repensada es comentada en los rincones pero no
veo por qué debe ser relegado el tema. En la campaña se trazó una línea
sinuosa que permitiese atraer a mucho chavista descontento. No sé si
fueron exitosos en eso… aunque sí noté que se intentó. Pero también
percibí claramente cómo fueron apartados los adecos, copeyanos, incluso
gente de PJ, precandidatos presidenciales y muchos que solo fuimos
radicales defensores de las libertades ciudadanas a lo largo de estos
años de oscuridad. Hipotéticamente, todos hacíamos daño. Todos nos
conseguimos puestos de lado y además… debíamos estar sonrientes. Y así
lo hicimos.
Vi a los adecos hacer ruedas de prensa con una imagen en cartón,
tamaño natural, del candidato. Y vi cómo quienes éramos calificados como
entrevistadores incómodos no teníamos acceso al tiempo del candidato.
También vi a varios de los políticos más brillantes de esta nueva generación casi que desaparecer del escenario.
Si al resultado de la tarjeta de la MUD se le suma el resultado
obtenido por la tarjeta de Un Nuevo Tiempo, eso encierra un mensaje.
¿Será interpretado? No lo sé. Ojalá que sí… porque entonces mucho
sacrificio que se hizo para acercar a los demás, según estos resultados,
fue en vano.
Lo cierto es que ahora se abre un paréntesis de reflexión que debe ser
aprovechado. ¿Podemos ser iguales que Chávez y actuar como algunos de
sus adláteres? Me niego a ello. ¿Hay libertad de expresión dentro de la
oposición para tratar estos temas? Lo veremos… pero deberíamos dar el
ejemplo. ¿Es necesario abrir la puerta a librepensadores en medio de un
profundo pesar nacional? Eso debe ser pensado. Por lo pronto, cada quien
a lo suyo.
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