2/12/12

Un sutil hilo de negocios


*** Lo de las máquinas de votación es un negocio que gente procedente de la izquierda guerrillera reencarnada como negociantes en el aparato del Estado, viene explotando desde los años ochenta.
En anteriores artículos he indicado que existe un sutil hilo conductor entre el Grupo La Colina y Chávez. En ese grupo incluyo no solo a las caras visibles de esa organización, sino también a sus jefes ocultos que manejan los hilos y saben cuál es el objetivo real. Muchos del grupo son seguidores de buena fe. No tengo animadversión personal contra ninguno de ellos, pero considero que su permanencia en la Coordinadora Democrática y ahora en la MUD ha sido dañina para la Oposición. No merecen confianza. Los hechos son tercos.
La ligazón va de los años 70 en la Universidad Simón Bolívar hasta hoy en día. El cúmulo de coincidencias es sorprendente y significativo. Luego de su iniciación en la USB, pasando por la colina del IDEA y luego por la colina creativa de la UMET hasta llegar a las entrañas de la MUD, la continuidad es comprobable. En este artículo analizaré el período comprendido entre el 4F y la elección de Chavez en diciembre del 98.
En 1992, además del fatídico golpe ocurrieron embarazosos incidentes con las frecuencias militares que fueron asignadas fraudulentamente. Estos hechos conocidos como el Caso SICODENA. Fueron denunciados con pruebas concretas. Los gobiernos de CAP, Ramón J Velásquez y Caldera le echaron tierra al asunto. Por varios años una espesa capa de silencio rodeó el caso. Las alusiones a la cuantiosa estafa al tesoro nacional y el saqueo de las frecuencias militares desaparecieron de los medios. Había manos poderosas manejando estos hilos.
Despues del 4F Petkoff asomó la posibilidad que Caldera fuera el candidato del MAS a las elecciones. Caldera agradeció el gesto y las relaciones entre ambos líderes se estrecharon. En 1993 Petkoff pierde el control del MAS y se aleja del partido.
En esa época –años noventa- la empresa Inversiones Foktep, de Luben Petkoff, tenía conexiones con la oficina de INDRA en La Habana. Gracias a esos contactos, Luben empezó a hacer cabildeo a favor de INDRA en Venezuela. Esa empresa, que se dedica a múltiples negocios que incluyen tecnología, comunicaciones, armamento, etc., tiene larga experiencia contratando con los gobiernos de Cuba y Venezuela. Para la fecha había desarrollado un sistema de conteo de votos mediante lectoras ópticas que estaba tratando de vender al CSE.
En 1994 asume Caldera la presidencia y procede a ordenar el sobreseimiento de los golpistas. Ese mismo año su hijo Juan José recomienda a su amigo el médico Enrique Yéspica para ejercer la presidencia del Consejo Supremo Electoral. Al llegar a ese cargo, Yéspica se convirtió en un fanático del voto electrónico, asesorado por un grupo de técnicos españoles y venezolanos enviados por INDRA. Convencidos de las bondades del sistema, los directores del CSE, en votación dividida, acordaron realizar en forma apresurada una prueba piloto de esa tecnología en las elecciones regionales a realizarse en diciembre del 95.
Los resultados obtenidos de este ensayo (1995) fueron un fiasco y cuando las críticas llovieron sobre el CSE el Dr. Yéspica dio una rueda de prensa donde manifestó que el sistema no había fallado. Él presumía que había ocurrido sabotaje cometido por los personas creyentes en el lema “acta mata votos”. Nadie creyó esta versión y en ese momento parecía que el sistema de INDRA estaba desahuciado pese al apoyo de Yéspica. Poco después, Teodoro Petkoff es nombrado ministro de Cordiplan.
En abril de 1997 Chávez anuncia su decisión de ir a elecciones abandonando su postura abstencionista. Al formar el Polo Patriótico, empieza a subir en las encuestas. Simultáneamente el Congreso inicia el proceso para formular reforma de la ley Orgánica del Sufragio. Esta legislación fue aprobada en forma acelerada en diciembre del 97. Los cambios más importantes fueron el cambio del nombre del CSE por el de CNE, dándole rango de instituto autónomo, y la sorpresiva consagración de la automatización de los procesos electorales. La automatización del voto, que había sido dada por muerta en 1995 con el fiasco del ensayo piloto, resucitaba de contrabando en aquel 1997. Una mano peluda muy poderosa estaba operando.
Para fines del 97 el Congreso autorizó rápidamente los recursos para comprarle a INDRA un sistema electrónico para los comicios de 1998. Venezuela en ese momento estaba empobrecida con el petróleo a $8 por barril, y las prioridades eran otras. Tras bambalinas varios duendes estaban empujando duro por el voto electrónico.
En diciembre del 97 ya Chávez había pasado adelante en los sondeos de opinión. Es el momento en que el MAS decide unirse al Polo Patriótico. Algunos medios reportaron que Teodoro Petkoff aspiraba a continuar de ministro con Chávez. Con este propósito le había enviado mensajes a Chávez a través de José Vicente y Miquilena. Cuando Chavez negó esta posibilidad, Petkoff se separó del MAS y rechazó la candidatura del comandante.
A mediados de 1998 el CSE firma un contrato con INDRA para la compra de un sistema electoral con lectoras ópticas. En las primeras elecciones que ganó Chavez se usaron estas máquinas. Los indicios y opiniones sobre esa elección indican que los comicios fueron limpios, pero que el comportamiento del sistema no fue satisfactorio. Autoridades del CSE como Miriam Kornblith estaban en contra de continuar su uso. Posteriormente, Enrique Naime, experto electoral demócrata-cristiano y hoy Secretario Nacional de Organización de Copei, publicó su libro “Indra mata voto”, estocada final al negocio de las máquinas de INDRA, que allí murió.
Pero… Con la llegada de Chávez al poder SMARMATIC tomó el lugar de INDRA. Esa apasionante historia será el tema de mi próximo artículo.
PD: agradezco a los lectores que tengan información y comentario sobre este articulo que me los envíen a genpenaloza@gmail.com

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