22/2/13

Venezuela: crecen las sospechas por nexos con el terrorismo islámico


Nelson Castellano Hernández, ex cónsul venezolano en París, denunció que la Asamblea Nacional aprobó un proyecto de intercambio de prisioneros con Francia para liberar al terrorista Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos "el Chacal", que cumple condena en ese país

"El Chacal" fue defendido por Chávez desde un comienzo. Para el líder bolivariano se trata de un “luchador revolucionario”, mantenido “bajo secuestro” en Francia desde 1999 por una “injusta” condena a cadena perpetua.

Ramírez Sánchez fue miembro activo del Frente Popular para la Liberación de Palestina y de diversas organizaciones armadas islamistas. Se lo acusa de infinidad de crímenes, que van desde homicidios hasta narcotráfico, pero fue condenado en Francia por el asesinato de dos agentes de la Dirección de Vigilancia del Territorio, el servicio de inteligencia de Marruecos.

Según afirmó Hernández en El Universal, la encendida defensa del chavismo, que culmina ahora con este proyecto de ley para extraditarlo, se debe a que el gobierno bolivariano y el terrorismo islámico tienen objetivos comunes.

Esto habría sido confirmado por el ex embajador iraní en Venezuela, Mohammed Razza Hidari, que en su momento denunció que la administración chavista enviaba a Irán “armas y uranio comprados a organizaciones criminales”. Como contrapartida, "muchos grupos latinoamericanos de Hezbollah llegaban a Irán para adquirir conocimientos".

Los Estados Unidos también está siguiendo la pista de los vínculos entre el chavismo y las organizaciones islamistas extremas. Un claro indicio de este nexo fue la reciente detención en Alemania de Tahmasb Mazaheri, ex presidente del Banco Central de Irán, portando un cheque no declarado de 300 millones de bolívares (70 millones de dólares).

Mazaheri es director de la filial venezolana del Export Developement Bank of Iran, que asiste financieramente al Ministerio de la Defensa iraní.

Hernández señaló el papel determinante que tendría en esta historia el peruano Edwar Quiroga Vargas, alias Vargas Houssein, que recorre los distintos países de la región dictando conferencias que combinan la revolución bolivariana con el Islam. Fue fotografiado en numerosas oportunidades junto a los presidentes de Venezuela, Nicaragua (Daniel Ortega), Bolivia (Evo Morales) y Ecuador (Rafael Correa). Todos ellos referentes del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América).

También se lo ha visto junto Edgardo Rubén Assad, alias Sheij Sahail Assad, responsable de Hezbollah en Latinoamérica y discípulo de Mohsen Rabbani, acusado por los letales atentados ocurridos en 1992 y 1994 contra la embajada de Israel en Buenos Aires y contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).

Rabbani es siempre bien recibido en Venezuela y en otros países de la región. Se lo acusa de reclutar soldados para la revolución islámica.

Entre ellos, destacan los hermanos Nasserddine, dos venezolanos sospechados de tener una red de lavado de dinero, reclutamiento y entrenamiento. Uno de los dos está acreditado como diplomático en la embajada de Venezuela en Siria.

En este marco, una sucesión de hechos ocurridos en los últimos años abona aún más las sospechas. Hernández menciona entre estos a la detención de un activista implicado en una conspiración para hacer estallar el aeropuerto de Nueva York mientras esperaba que un avión lo llevara a Venezuela; el decomiso en 2009 por parte de Israel de un cargamento de armas y municiones rusas e iraníes en el barco Francop, que se dirigía al puerto venezolano de Guanta; y la participación de Chávez como anfitrión en una “cumbre de terroristas” a la que asistieron altos líderes de Hamas, un jefe de operaciones de Hezbollah y el secretario general de la Yihad Islámica de Palestina.

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