Este sábado 21 de marzo, el presidente Hugo Chávez, exhibiendo sus habilidades histriónicas y citando a Lenin, recalcó que la reconstrucció n social y económica sólo es posible con el socialismo del proletariado y su organización y anunció al país sus medidas “anticrisis”. Según el mandatario lo que se busca es proteger, preservar y seguir el avance de su proyecto revolucionario.
Un breve análisis de lo anunciado indica que las medidas a tomar se quedaron cortas ante lo que se esperaba, y más grave aún, fueron muchísimo menos de lo que requiere la situación.
Para comenzar, el mandatario decidió no devaluar la moneda ni aumentar la gasolina. Y aunque no lo mencionó, en sus planes parece que tampoco está reducir las regalías a Cuba, Bolivia, Nicaragua, entre otros gobiernos subvencionados por Chávez, ni mucho menos reducir el gasto en equipos bélicos y armas.
En resumen los falaces anuncios van en dos direcciones: Una, con rumbo para reducir, supuestamente, el gasto público en Bs.F.11,1 millardos (6,7%) y la otra que conduce a exprimir “ingresos” no productivos y a seguir endeudando al país.
El primer detalle es que sólo propuso unos paños tibios para lograr tal reducción del gasto. Entre otros anunció: 1) Reformular la premisa del precio del petróleo contemplada en el Presupuesto de 2009, de $60 por barril a $40 por barril – y la producción de 3,45 millones de b/d, a 3.17 millones de b/d. 2) Priorizar y reorientar las divisas para llevarlas a cero gastos por exquisiteces. 3) Eliminación por decreto presidencial del gasto suntuario en todo el sector público. 4) Ajustes en las remuneraciones de las nóminas superiores de la Administració n Pública. Incluso “sugirió” que se legislara en esa materia. Y 5) Fusionar y simplificar los organismos públicos.
Por el otro lado, anunció un aumento del salario mínimo en 21%. Según el mandatario el impacto de esta medida es de Bs.F.3,4 millardos, incluyendo a las misiones de Madres del Barrio, pensionados y jubilados tanto de la administració n pública como del IVSS. El incremento se concretaría en dos etapas: 10% el 1º de mayo, y 11% (es decir, el 10% de 110%) el 1º de septiembre. El aumento salarial es menos de la mitad de la inflación proyectada, por tanto el salario mínimo terminará siendo 20% menos en términos reales.
Con respecto a las medidas para “llenar la brecha” de los ingresos propuso: 1) Incrementar en tres puntos el IVA, de 9% actual a 12%. 2) Intensificar la eficiencia en la recaudación de impuestos.
Y 3) aumentar el endeudamiento interno programado para este año en Bs.F.22 millardos, desde Bs.F.12 millardos, hasta Bs.F.34 millardos, dejando claro que serían los bancos los que absorberían la mayor parte de estos bonos. Para ese fin, indicó que se modificaría la ley con respecto al encaje –esa porción de los depósitos que se mantienen en el Banco Central como respaldo de los mismos– para que los bancos puedan destinar dinero del encaje a la compra de los bonos. Esto es gravísimo: no sólo debilita a la banca y merma las garantías a los ahorros de los ciudadanos, sino que, además, sería altamente inflacionario, una inyección de Bs.F.22 millardos de diner inorgánico (de la maquinita).
El Presidente también afirmó que la deuda de Venezuela era sólo de 13,8% del PIB, cálculo que omitió la deuda de PDVSA y las nacionalizaciones pendientes de Sidor, Banco Venezuela, las cementeras y las mejoradoras de la Faja, entre otras. Tomando en cuenta estas, resulta que la deuda venezolana estaría en el orden del 30% del PIB es decir, lo mismo que en enero de 1999.
Finalmente, quedan por definir las medidas no anunciadas las cuales se irán conociendo gota a gota.
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