23/5/09
Chávez muerto de hambre
La fiebre de la estatización a través de las expropiaciones ha convertido al país en una parcela de dominio inminente por parte del oficialismo. En realidad es una vulgar apropiación indebida disfrazada de expropiación legal, para arrebatarle a los privados lo que por derecho y justicia les pertenece. Esta confiscación de bienes privados al estilo Jalisco es una praxis muy propia de los regímenes totalitaristas como el actual gobierno nacional, que ante la incapacidad y carencia de talento profesional para realizar proyectos serios y productivos, se ven en la imperiosa necesidad de saquear el parque de la producción nacional en manos de los sectores no gubernamentales.
En el caso de este gobierno fascista del Teniente Coronel Hugo Chávez –rango militar con el que egresó de las Fuerzas Armadas, y que por cierto le irrita sobremanera cuando alguien se lo señala- no sólo están arrebatando a punta de fusil los bienes de los empresarios privados, sino que además pasaron el cepillo a las gobernaciones y alcaldías en manos de los opositores. La táctica es inicua y lerda, los chavistas sólo saben saquear y pintar. La inmensa mayoría de las contratistas petroleras que hace unos días el gobierno nacional asaltó en operación comando, horas después fueron desvalijadas y hurtadas. Los expropiadores oficialistas se llevaron ante la mirada inerte de PCP (dígase: Reserva Militar y Guardia Nacional) los motores de las lanchas, máquinas de soldadura, compresores, bombas, generadores, computadores, fotocopiadoras, cascos de seguridad, chalecos salvavidas, cajas de aceites, mangueras, herramientas de todo tipo, y artículos de oficinas, incluyendo: microondas, neveras, cuadros, pinturas, sillas, escritorios, papeleras, ceniceros, saca grapas, cargadores de celulares, bolígrafos, botellones de agua, cafeteras y las respectivas tazas para el café.
En otras palabras: el Estado expropió a los privados y los chavistas saquearon al Estado; aquí de verdad no cabe aquel proverbio español que dice: “ladrón que roba ladrón tiene cien años de perdón”. Ninguno tiene perdón, ni el Estado por su afán desmedido de decomiso al estilo cubano, ni los chavistas saqueadores que aprovechándose de sus camisas rojitas se robaron todo lo material que pudieron asaltar. Resulta que este apetito por lo no les pertenece no se termina y la vorágine saqueadora continúa. Ahora vienen por los bienes y obras de la Iglesia Católica. El “traga-liras” del anticlerical Antonio Guzmán Blanco a finales del siglo XIX despojó a la Iglesia de Venezuela de grandes edificaciones donde funcionan hoy el Panteón Nacional, el Palacio Federal Legislativo, Teatro Municipal, Alcaldía del Libertador, Correo Nacional, Palacio de las Academias, entre otras; pero después para compensar su demencia gubernamental construyó la Basílica donde se venera al Nazareno de San Pablo –que dicho sea de paso es la única Iglesia que tiene dos pórticos principales, uno en honor a Santa Ana y el otro a Santa Teresa en homenaje a su esposa Ana Teresa Ibarra-.
Al menos el “Ilustre americano” dejó una obra construida por las decenas que confiscó a lo macho y criollo, pero es que este excéntrico de Miraflores sólo sabe expropiar y pintar de rojo. El Teniente Coronel ha demostrado ser un “muerto de hambre”, bien lambucios que son estos oficialistas. Son incapaces de hacer una obra digna y meritoria. Ya amenazaron con arrebatarle a la Iglesia Católica las universidades, escuelas, medios de comunicación, dispensarios, comedores, canchas, casas de retiros espirituales y hasta algunos santuarios. En el Zulia le dieron el ultimátum a Fe y Alegría para que entregue el Instituto Universitario San Francisco; a las comunidades religiosas que atienden el sector educativo ya la zona educativa les informó que: “el ciudadano Presidente de la República quiere hacerse cargo de las escuelas católicas”; se oye con mucha insistencia que el Templo del Santísimo Cristo en el Municipio San Francisco (llamada popularmente la Iglesia del Padre Vílchez) obra arquitectónica majestuosa que fue renovada por el Gobierno Regional, Alcaldía de San Francisco, empresas privadas y pueblo en general, será expropiada para cederla como templete a los miembros de una secta humorística que se hace llamar “católicos reformados” y que los chavistas los tienen como “capellanes oficiales” de las instituciones del PSUV.
Todo indica que mientras los señores Arzobispos y Obispos de Venezuela estén en la ciudad de Roma del 1º al 18 de junio del 2009, realizando la tradicional “visita ad limina Apostolorum”, entrevista canónica que cada cinco años los obispos del mundo entero la realizan en diferentes fechas para dar cumplida cuenta pastoral de sus respectivas iglesias locales ante los discaterios de la Santa Sede, los “expropiadores rojitos” se abalanzaran contra las obras sociales, religiosas y educativas de la Iglesia venezolana, y nos dejaran –por ahora- con las puras capillas y santuarios. En el Zulia nos quitaron el Puerto, aeropuertos, carreteras, puentes y semáforos, y aquí no pasó nada. ¿Pasará lo mismo si le arrebatan a la Iglesia Católica sus bienes sociales patrimoniales que están al servicio de las comunidades y más necesitados?
Yo por mi parte, no me quedaré de brazos cruzados contemplando pasmosamente el atraco a mano armada contra mi Iglesia. Es como si violaran a mi madre y en vez de salvarla con mi vida, me escondiera lleno de miedo y de espanto. Católico chavista ya te llega la hora de decidir: ¿O te haces cómplice del ultraje a tu santa madre la Iglesia o dejas a un lado tu fanatismo político y la defiendes como bautizado que eres? Recuerda que antes de ser chavista tus padres te bautizaron como hijo de la Iglesia de Cristo Jesús. Que en esta hora aciaga el Señor y la Virgen María nos bendiga a todos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario